Capitulo IV: Las clases (parte 1)

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Me desperté aturdida por el sonido del despertador, y vi la hora, 6:00 am, tarde un poco en recordar lo importante que era el día de hoy, el primer día de clases, me levante con energía y me dirigí al closet y hurgue en el hasta encontrar al vestido que había elegido antes, y después me encamine al baño para tomar una breve ducha.

Después de estar vestida, vi la hora 6:15, justo como tenía planeado, empecé a cepillar mi cabellera castaña, tratando de que se viera presentable.

Después baje rápidamente y busque en la alacena y tome la primera caja de cereal que me encontré, me serví y empecé a comer como si no lo hubiera hecho en años, al terminar, subí rápidamente y tome mi mochila.

-¡¡Ya me voy!!-grite sin detenerme a ver si mi madre me había escuchado.

De camino a la escuela, traté de distraerme de todas las preocupaciones respecto al primer día de clases y entrar a un lugar nuevo.

Al llegar a la puerta me quede mirando fijamente la puerta pensado en lo que estaba a punto de hacer, lo que podría pasar y lo fácil que sería huir en este momento, pero al final me decidí a entrar por aquel feo portón café.

Caminaba por los pasillos, desorientada, tratando de averiguar que tendía que hacer en esos momentos, hasta que me tope a una señora alta y flaca como cuatro palos unidos, en vez de extremidades, dándole apariencia de una profesora de Ballet con pocas pulgas.

-Eres de nuevo ingreso ¿cierto?-dijo bruscamente.

Asentí con rapidez intimidada por su tono autoritario y apariencia rígida.

-Me lo esperaba- murmuró con molestia y empezó a andar rápidamente por el pasillo, mientras yo solo me quede en mi lugar observándola, de repente se detuvo en seco y me dijo con desesperación- ¿Acaso no vienes?


Me eche a correr hasta llegar a unos pasos de ella y siguió su recorrido hasta llegar a la dirección, al entrar vi a varios chicos acomodados en una fila alrededor de la habitación.

-¡Encontré a otro estudiante perdido!- dijo la señora con alegría sarcástica, me quede en la puerta con los ojos muy abiertos atemorizada por el gran grupo de gente que se encontraba ahí, hasta que alguien me susurró por la espalda- se supone que te tienes que formar- en ese momento reaccione y me dirigí hasta el final de la fila, seguía aturdida, hasta que un dedo con manicura y una larga uña postiza se encajó en mi hombro.
-¡¡Reacciona!! Llevas media hora sin moverte y ya avanzó la fila- me dijo una chica que estaba detrás de mí.

En cuanto me dieron mi horario y la clave de mi casillero, salí rápidamente a dejar mis cosas y seguir vagando por los pasillos sin un rumbo fijo, hasta que fui a dar en el baño de chicas, al cual me decidí por entrar.

Al entrar vi a un grupo de chicas, todas amontonadas sobre el espejo, tratado de "mejorar" su aspecto, me quede observando como abrían su escote y acortaban sus faldas en un intento desesperado de atraer a algún tipo y deshacerse de la soltería con sus cuerpos, y simplemente no pude soportarlo, entre al primer baño libre que encontré.

Al salir vi que las chicas seguían en el espejo, y sus comentarios se escuchaban hasta donde yo me encontraba
¿¡Lo viste!? Ésta súper bueno

¡¡Lo pido sólo para mí!!

Me acerqué con timidez y les dije:


-Mmm necesito lavarme la manos- en ese momento una de ellas volteó me barrio con la mirada, mientras yo solo le ofrecí una pequeña sonrisa.


-¿¡Y qué!?¿Te las lavo yo o qué?


- Me encantaría- dije con sarcasmo- pero tú y tu peluquería andante me estorban.


En ese momento varias de las chicas formaron un círculo alrededor mío indignadas, mientras me gritaban varias cosas.

Y termine tirada en el suelo.

La Vida de una Chica FracasadaWhere stories live. Discover now