Capítulo 35 "En mil pedazos"

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Estiro mis brazos entumecidos. Me había recostado en ellos y se habían quedado dormidos. Si que se sentía feo.

-Digo, si esta eso de que mandaran a arreglar el auto de tu padre creo que es obvio que ahorrar para un auto es tonto.

-¿Max aprovechándose de la situación?

-Claro que no, solo es como simplicidad. El auto de tu padre ocupa toda la cochera, Chris deja afuera el suyo. Si tuviera auto, lo tendría que poner en la acera. Entonces, ahora el irresistible y adorable Chris se ofreció arreglar el auto y mamá pondrá dinero. Auto asegurado.

-Será mi auto, te lo prestare.

-Nuestro auto, cuatro días mío tres tuyo.

-Un día tuyo, seis mío.

-Toda la semana mío, te dejo montarte.

-No molestes Max, pero supongo que será de los dos. Porque ya no estará los planes del que queríamos comprar. Por fin te tendré fines de semana. Me estaba cansando de estar sola esos días.

-Eh... respecto a eso, bueno seguiré trabajando con papá.

-¿Por que? Digo has ahorrado lo suficiente para lo que quieras comprarte, ya no necesitas ser agradable con él por un auto.

-Es mi papá, apesar de todo, lo aprecio y a veces nos llevamos bien.

La impresión me hace sentir furiosa, pero no puedo molestarme. Es su padre, no puedo decirle que no lo vea. Debería de alegrarme que al menos de vez en cuando se soportan.

-Bueno no voy a decir nada. Yo más que nadie debería saber la importancia de que puedas ver a tu padre -le respondí con un toque de sentimentalismo.

-Yo te adoro Mia -me dice abrazandome con una sonrisa.

-Yo también me adoro.

Su cuerpo se aleja de mí, lo observó levantar una ceja de forma contundente.

-Oh no, lo siento. Ese ego solo yo lo puedo usar.

Ruedo los ojos risueña y por fin consigo sentir mis brazos normal otra vez. Es un alivio.

Al rato de encontrarnos ahí despejamos la mesas al aire libre, para volver a clases. Y soy consiente que en las multitudes de estudiantes hay miradas hacia mí. Otra vez son los jugadores de fútbol. Nunca habían hecho tanto eso. Me estresa pensar en posibilidades de que puede ser.

Me topo con la mirada de varios y veo la malicia en ellas. Es escalofriante.

Cuando me dirigí hacía mi última clase, alguien me sorprendió. Era Allen. Era muy difícil saber en quien confiar, no confiaba en él todavía pero en clases era como mi amigo. Lo dejaba estar el tiempo que quisiera a mi lado, evitando pensar cosas más allá de eso.

-¿Joy, puedes ser sincera conmigo?

-Supongo.

-¿Estoy gordo?

-¿Que? -le pregunto confundida volviendo mi mirada hacía él.

Levanta su camisa negra mostrando su estómago y me sorprendo por el acto, no tiene un six pack, su estómago es plano como si el hubiera intentado conseguir cuadritos pero come demasiado y apenas quieren notarse. Hay un indicio de una V que aparece en los hombres que hacen mucho ejercicio, pero la de él no es muy marcada, es notable apenas. Su estomago es normal comparado con los músculos en sus brazos. Apartó la mirada porque se estaba desviando hacía otro lado.

-¿Estoy gordo? Alex y Chase me dijeron gordo. Digo como mucho, bueno demasiado. Bueno ahora mismo tengo hambre. Pero no estoy tan gordo. ¿Tu que dices?

Black AngelsWhere stories live. Discover now