xCap.19x

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El partido entre los Falcons y los Sharks de San José había entrado ya en el segundo período. Ganaban los locales dos a uno y había una marcada diferencia entre los dos equipos. Jessie estaba entusiasmado con el juego y se levantaba de su asiento cada vez que algún jugador cometía una falta o era sancionado. A su lado, Mónica se limitaba a calmarlo y a decirle que estaba haciendo el ridículo. De vez en cuando miraba a _______ y ponía cara de fastidio. Parecía que no disfrutaba del partido con la misma euforia que su marido.
Liam y _______ estaban sentados junto a sus vecinos pero ella notó, casi de inmediato, que lo que menos llamaba la atención de él era el partido; ni siquiera había celebrado los dos goles. En cambio, continuaba con su rol de novio perfecto y su brazo se extendía sobre el hombro de _______; era tan largo que sus dedos llegaban hasta allí donde nacían sus senos. Ella temía que él pudiera sentir cómo su corazón había comenzado a palpitar alocadamente dentro de su pecho. Su mano no se movía, pero el calor que emanaba traspasaba la tela gruesa de su sudadera y le quemaba la piel.
Liam estaba atento a la multitud que había asistido a ver el partido pero no olvidaba dónde estaba su mano. Tuvo que reprimir varias veces el impulso de acariciar la curva de su cuello para luego sujetarla del rostro con suavidad y besarle la boca.
Se dijo que lo hacía por el simple hecho de no levantar sospechas con sus vecinos. En el edificio, todos creían que eran novios y era mejor que continuaran creyéndolo. Sin embargo, por más que se engañara, sabía que lo hacía porque quería hacerlo, porque cualquier excusa era buena para estar cerca de _______.
De repente, un niño que sostenía un enorme vaso de refresco de cola llamó su atención. Tenía el cabello rojizo y llevaba una sudadera de los Falcons; coincidía con la descripción del niño que había entregado la caja. Siguió buscando entre la multitud, pronto descubrió que no era el único niño pelirrojo dentro del pequeño estadio. Contabilizó cuatro en total, pero solo dos llevaban la insignia del equipo que iba venciendo.
_______ notó la expectativa en el rostro de Liam; sabía cuál era su verdadera misión al asistir a aquel partido.
—Vuelvo en un momento —le dijo y se puso de pie.
_______ no tuvo más remedio que quedarse sentada en la grada a esperarlo.
Lo observó mientras se alejaba y caminaba hacia la grada ubicada frente a ellos. Se acercó a una mujer que estaba acompañada por un niño pelirrojo. Desde allí vio que Liam le mostraba su placa y el rostro de la mujer se puso pálido. Luego se dirigió al niño y, después de hablar un momento con él, los dejó que siguieran disfrutando del partido. A juzgar por la expresión en el rostro de Liam, aquella charla no había sido positiva.
Lo vio dirigirse hacia otra grada ubicada a un costado y acercarse a otro niño pelirrojo; éste, como el anterior, llevaba una sudadera de los Falcons.
Estaba acompañado por un hombre que _______ supuso sería su padre. Una vez más, Liam sacó su placa y después de intercambiar algunas palabras con el niño y con el hombre sentado junto a él, se alejó y regresó a su lugar. Esa vez su rostro denotaba satisfacción.
—¿Has tenido suerte? —preguntó _______ mientras se sentaba junto a ella.
—Sí, el segundo niño con el que he hablado es el mismo que entregó la caja en tu casa. Irá mañana mismo a la comisaría para que lo interroguemos y para ver si reconoce a Jack Gordon —le informó y la tomó de la mano.
—Liam, ¿es realmente necesario? —_______ miró sus manos unidas.
Él la miró y luego observó con el rabillo del ojo a Mónica y a su marido.
—Debemos hacerlo, cariño. —Esbozó una sonrisa seductora—. Considéralo como parte de mi trabajo.
Trabajo. _______ lo sabía, ella siempre había formado parte de su trabajo, sin embargo, escucharlo de sus propios labios era mucho más doloroso aún. ¡Y ella que creía que existía un vínculo especial entre ellos!
«¡Reacciona, _______!», se dijo para sus adentros. «¡No imagines lo que no es!» Tal vez Liam Payne, además de ser un competen te detective, era un excelente actor que representaba su papel no solo frente a sus vecinos.
Se preguntó si no había estado actuando con ella desde el principio. Prefirió no responderse, porque la respuesta a aquella duda era demasiado dolorosa.
Después de que el partido finalizase, Mónica la buscó.
—Ven, charlemos un poco —le dijo, mientras su marido y Liam caminaban delante de ellas y comentaban los pormenores del partido.
_______ le sonrió, era una mujer simpática y a pesar de que renegaba de su marido, se notaba que lo adoraba.
—¿Sabes?, hace más de un año que conocemos a Liam y nunca nos había presentado a ninguna novia suya —le dijo mientras lanzaba una mirada a Liam que escuchaba con atención como su esposo le explicaba la jugada que había llevado a los Falcons a anotar su tercer gol, el que les había dado la victoria definitiva.
—Me halaga ser la primera —respondió _______ deseosa de seguir escuchando lo que Mónica tenía que decirle.
—Ha traído varias mujeres a su casa, eso sí —bajó el tono de su voz para evitar ser oída—. Jessie y yo hemos visto desfilar unas cuantas por allí.
_______ intento sonreír de nuevo pero no pudo. No tenía ningún motivo, ni el menor derecho, sin embargo sintió celos.
—Puedo imaginármelo —se limitó a responder. Seguramente una de aquellas conquistas se había dejado olvidado el sujetador en alguna de sus visitas.
—Pero ahora parece que va a sentar cabeza. Te ha encontrado a ti y no dudó en pedirte que fueras a vivir con él. —Su rostro regordete adquirió una expresión de emoción—. Ambas sabemos cuál es el siguiente paso.
_______ alzó las cejas.
—¿Siguiente paso?
—Sí. Cuando Jessie y yo llevábamos ya tres años de novios él me pidió que probáramos la convivencia. Compartimos el techo diez meses antes de que por fin me lo propusiera.
Entendió finalmente aquello de lo que Mónica estaba hablando, pero no podía decir o hacer algo para sacarla de su error.
—No lo sé —respondió. ¡Por Dios, ni siquiera sabía qué decirle para salir del paso!
—Hacéis una pareja muy bonita, _______; además reconozco a una mujer perdidamente enamorada cuando la veo.
_______ se detuvo en seco. ¿Qué estaba diciendo aquella mujer? ¿Acaso estaba representando su rol de novia de Liam tan bien? Ella no estaba enamorada de Liam, no podía estarlo.
Lo observó. Seguía caminando junto a Jessie un par de pasos por delante. De repente, como si supiera que tenía sus ojos clavados en la espalda, Liam se dio la vuelta y la miró. No era la primera vez que la miraba de aquella manera; sin embargo, _______ sintió que ella lo estaba contemplando de un modo diferente. Él le sonrió y ahí supo entonces que era verdad. El papel que había estado desempeñando se había vuelto contra ella: lo amaba. Amaba a Liam Payne y ya no podía negarlo. Desvió la mirada de inmediato, temerosa de que él descubriera lo que sus ojos ya no podían ocultar...

Tras despedirse de Mónica y Jessie entraron en casa, no sin antes prometerles que cenarían con ellos lo antes posible. Frank les salió al encuentro. Saltó primero sobre _______ y Liam levantó la mano en gesto de desaprobación.
—Creo que estoy comenzando a sentirme celoso —comentó mientras _______ se agachaba para saludar a Frank con unas cuantas caricias en la cabeza. Luego, como si el perro hubiese entendido sus palabras, se acercó a él y se tumbó sobre sus pies—. No estoy muy seguro de si debo aceptar tus zalamerías ahora.
Extendió la mano para tocarle la cabeza y sus dedos terminaron rozando los dedos de _______.
—¿Tienes hambre? —le preguntó él y buscó su mirada.
_______ tragó saliva; ya ni siquiera se atrevía a mirarlo directamente a los ojos, no después de haber descubierto que lo amaba.
—Sí —contestó y procuró mantener la voz firme.
—Pidamos una pizza —sugirió mientras observaba cómo Frank se acomodaba sobre el sofá—. Sé que no suena tan especular como la cena que habías preparado anoche, pero siento que debo compensarte de alguna manera.
_______ creía que no mencionaría aquel asunto, aunque, cuando lo hizo, no supo qué decir.
—No te preocupes por eso —dijo—. Iré a cambiarme; tú, mientras tanto, pide la pizza.
Liam asintió y la dejó marcharse a la habitación. Presentía que _______ intentaba evitarlo de una manera bastante sutil. Algo había pasado después del partido de hockey, estaba seguro de ello.
Se sacó el teléfono móvil del bolsillo del pantalón y antes de pedir la pizza marcó el número de su compañera.
—Marin, he encontrado al niño- fue lo primero que dijo.
Del otro lado de la línea la voz de Diana sonaba ronca.
—Estupendo, Payne —dio un bostezo.
—¿Te he despertado?
—¿Tú qué crees? He aprovechado que mi hermana y su esposo han salido de compras con los niños para descansar un rato —dijo impaciente.
—Muy bien, quería avisarte de que el niño y su padre irán a la comisaría mañana temprano.
—Crucemos los dedos, Liam. Si logra identificarlo entonces lo tendremos cogido por el cuello y no habrá artilugio legal que logre sacarlo —dijo esperanzada.
—Esperemos que así sea.
—¿Cómo ha estado el partido?
—Han ganado los Falcons.
—Me alegro. —Se hizo un silencio—. ¿Estás en tu casa?
—Sí, acabamos de llegar.
—Bien.
Liam tuvo el presentimiento de que su compañera quería decirle algo más, pero solo se limitó a despedirse y colgó.
Se quedó mirando el teléfono un instante antes de llamar para pedir una pizza en Angelo's.
Unos minutos después, _______ se reunió con él en la cocina.
—La pizza no debería tardar —dijo él mientras buscaba un par de latas de cerveza.
—Genial, porque me muero de hambre —respondió ella de pie junto a la puerta.
Liam la observó. Había reemplazado la sudadera de los Falcons y los vaqueros por una blusa color rojo borgoña y una falda blanca con pequeñas flores estampadas. La fina tela de algodón caía sobre sus piernas libremente y llegaba hasta la altura de sus rodillas. Ella necesitaba moverse, no podía soportar más los ojos verdes de Liam que desnudaban cada milímetro de su cuerpo.
Caminó hacia el aparador.
—¿Por qué mejor no bebemos vino? —Sacó la botella que había quedado de la noche anterior.
Él le sonrió.
—Me parece estupendo. —Levantó el dedo índice—. Con una condición.
A _______ le preocupó el tono de misterio en su voz.
—¿Cuál sería esa condición?
—Que veamos alguna de las películas de mi colección.
—¿Beber vino y comer pizza mientras miramos una película de terror? —preguntó y alzó las cejas.
—¿No es un plan maravilloso? —Una sonrisa divertida surcó su rostro.
—Pues... no exactamente, pero creo que podré soportarlo.
—¡Te encantará!
_______ asintió, aunque no estaba en absoluto convencida. Estaba a punto de decirle que ella sería quien elegiría la película, pero unos golpes en la puerta se lo impidieron.
—Debe de ser el repartidor de pizza —dijo Liam y fue hacia el salón.
_______ buscó un par de copas y cogió la botella de vino blanco. Cuando salió de la cocina, comprobó que la idea de elegir ella misma la película que verían no daría resultado. Liam ya había quitado el disco de su estuche y lo estaba colocando dentro del reproductor de DVD. Respiró resignada mientras colocaba la botella y las copas encima del baúl.
—Es de mozzarella y aceitunas negras —le dijo y señalo la pizza—. Espero que te guste.
—Con el hambre que tengo me comería hasta la caja —respondió mientras se pasaba una mano por el estomago.
Él sonrió y la invitó.
—Ven, sentémonos

No me olvides[Liam&Tu]TERMINADAWhere stories live. Discover now