cap.15

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-¿Y bien? -Liam y Diana habían estado esperando los resultados de las pruebas del bisturí encontrado en la casa de Jack Gordon, durante más de dos horas.
El criminalista de turno esbozó una amplia sonrisa.
-Hemos hallado rastros de tejido epitelial perteneciente a las dos últimas víctimas. -Se quitó los guantes de látex-. Sin duda es el objeto con el que talló los mensajes en la piel.
Liam y Diana se miraron y no fue necesario decir nada. Aquello era lo que estaban esperando: un golpe de suerte que les permitiera seguir adelante en la investigación.
-Volvamos a la sala de interrogatorios-dijo Liam y salió del laboratorio-. Jack Gordon tiene mucho que contarnos.
Diana lo siguió y prefirió quedarse fuera y ver todo a través de la ventana de cristal.
Jack Gordon alzó la vista cuando Liam entró en la pequeña oficina.
-Creía que no iba a regresar. -Estaba molesto.
-Creía mal, señor Gordon. -Se sentó en la silla y arrojó una carpeta sobre la mesa-. Espero que haya tenido tiempo de reflexionar mientras ha estado aquí solo.
-No tengo nada que decirles porque no he hecho nada -le respondió secamente.
Liam abrió la carpeta y se la acercó.
-¿Reconoce este objeto?
Jack Gordon lanzó una mirada fugaz a la foto que Liam le estaba mostrando.
-Jamás lo he visto en mi vida.
-Pues eso no es posible. -Le acercó la foto aun más-. Obsérvelo con detenimiento.
-¡Ya le he dicho que no lo he visto antes!
Liam se recostó contra el respaldo de su silla.
-Es extraño, porque lo hemos encontrado en un cajón dentro de su habitación.
Jack Gordon abrió los ojos como platos. Estaba asombrado pero también asustado.
-¡Eso no puede ser! -Volvió a mirar la foto del bisturí-. ¡Nunca antes lo había visto! ¡Tiene que creerme!
-¿Y cómo supone que ha llegado hasta su habitación?
-No... no lo sé. -Comenzó a sacudir la cabeza-. ¡Tal vez alguien con uniforme y placa lo ha plantado ahí para culparme, no es la primera vez que eso sucede!
-¿Por qué íbamos a hacer eso? -preguntó recogiendo el guante.
-¡Para encarcelarme y hacerme pasar por culpable y decir que la policía ha cumplido con su deber! -gritó.
Liam percibió el sudor en las manos de Jack Gordon.
-Eso es solo paranoia pura, Gordon. -Lanzó un suspiro-. ¿Por qué no me dice lo que quiero escuchar?
-Ya le he dicho que no tuve nada que ver con el secuestro de _______ -respondió más calmado-. Han pasado cuatro años y nunca nadie me ha vuelto a buscar en todo ese tiempo, ¿por qué ahora de nuevo? -Yo soy el que hace las preguntas aquí -le recordó-. Dígame lo que sucedió la noche en que _______ fue secuestrada. -Pronunciar su nombre le provocaba un cosquilleo en el estómago.
-Pasé por la biblioteca porque sabía que ella estaría allí. -Entrelazó las manos temblorosas encima de la mesa-. Estaba esperando el autobús y me acerqué a ella.
-¿Y luego?
-Me ofrecí a llevarla, pero ella se negó y entonces me fui.
-¿No insistió?
-No, me dijo que prefería esperar el próximo autobús.
-¿Qué hizo luego?
-Me fui directamente a casa, subí a mi habitación y me acosté a dormir.
-Sus padres atestiguaron haberlo visto esa noche, ¿verdad?
-Sí, ellos confirmaron que yo estaba durmiendo cuando _______ desapareció.
-Ambos sabemos que, a veces, nuestros padres son capaces de hacer lo que sea por nosotros.
-¿Está insinuando que mis padres mintieron para protegerme? -Sus dedos se crisparon.
-No sería la primera ni la última vez que algo así sucede.
-Ellos dijeron la verdad, yo estaba durmiendo en casa -aseguró-. La última vez que vi a _______ estaba bien y esperando al autobús.
-¿Ha oído hablar del Asesino de las Flores, señor Gordon? -pregunto entonces Liam.
-Por supuesto, no hay nadie en Fresno que no sepa del caso. Ha salido en las noticias y en los periódicos -respondió con indiferencia.
-Una de las informaciones que se ha filtrado a la prensa es el hecho de que el asesino ha dejado un mensaje escrito en el cuerpo de sus dos últimas víctimas. -Señaló la foto-. Un mensaje escrito con este bisturí.
-¿Me está acusando de ser el Asesino de las Flores?
-No lo estoy acusando de nada, señor Gordon, solo lo estoy interrogando.
-Pero, ¿qué tiene que ver el secuestro de _______ con esos crímenes?
Liam entrecerró los ojos para observarlo con detenimiento. Parecía realmente consternado por lo que estaba sucediendo, aunque se había topado con muchos delincuentes a lo largo de los seis años que llevaba de policía, solo se atenía a lo que le mostraban las evidencias, y las evidencias decían que el bisturí usado por el asesino se había encontrado en poder de Jack Gordon.
-El hombre que secuestró a _______ hace cuatro años es el autor de esos asesinatos -dijo con cautela.
-¿Y creen que yo lo he hecho? -Se pasó las manos por la cabeza.
-Usted fue la última persona que vio a _______ aquella noche y ahora encontramos una evidencia importante en su poder.
-¡Pero yo no he hecho nada! ¡Ni hace cuatro años ni ahora! -Se puso de pie, estaba fuera de sí-. ¡Ni siquiera he visto a _______ en todo ese tiempo y tampoco conocía a las chicas que han matado!
Liam se levantó de la silla y le ordenó que volviera a sentarse de inmediato.
Jack Gordon parecía no escucharlo. Comenzó a caminar en círculos por la habitación.
-¡Quiero un abogado!
-¡Lo tendrá, se lo aseguro! ¡Ahora, siéntese!
Él obedeció y Liam se dio cuenta de que ya no seguiría respondiendo a sus preguntas hasta que su abogado estuviera presente. No tuvo más remedio que detener el interrogatorio para no violar su derecho.
Fuera, Diana y Phil lo estaban esperando.
-¿Qué crees? -preguntó su jefe y miró a través del cristal a Jack Gordon.
-No sé, el bisturí ha aparecido en su casa y conocía a _______ en la época del secuestro. -Hizo una pausa para lanzar un suspiro-. ¿Han encontrado algo más que pueda incriminarlo?
Diana negó con la cabeza.
-Podemos relacionarlo con las dos últimas víctimas gracias al bisturí, pero...
Liam la interrumpió.
-¿Tenía sus huellas?
-Estaba inmaculadamente limpio -respondió Phil Conway.
-Eso no significa nada -dijo Diana-. Sabemos que es demasiado inteligente para dejar algún rastro.
-Y, sin embargo, sí deja restos de sus víctimas. -Liam no estaba del todo convencido-. ¿Cuánto tiempo podemos tenerlo bajo arresto?
-Cuarenta y ocho horas -dijo su jefe-. Después de eso, si no se presentan cargos debemos soltarlo.
-No tenemos mucho tiempo, entonces. -Miró a su compañera-. Será mejor que nos pongamos en marcha.
_______ observó, por enésima vez, la pequeña cena que había preparado y que había servido sobre el baúl del salón comedor. Frank, desde la puertaventana de la terraza, contemplaba con atención los dos platos en los que _______ había colocado los trozos de carne y la ensalada.
Echó un vistazo al reloj. Si Liam no llegaba en unos minutos la cena se enfriaría y todo su esfuerzo no habría servido de nada. Fue hasta la habitación, no sin antes advertirle a Frank que no se acercara a la improvisada mesa por nada del mundo. Corrió hasta el cuarto de baño y contempló su aspecto una vez más. Llevaba un vestido corto de gasa color celeste, y se había soltado el cabello. Estaba nerviosa; era la primera vez que preparaba una cena para Liam a pesar de ser plenamente consciente de que no era una experta a la hora de cocinar. Había preparado una receta que le había enseñado Elizabeth tiempo atrás y estaba orgullosa de los resultados. Se miró una vez más en el espejo y volvió al salón.
Liam no llegaba y tampoco había llamado. No había tenido más noticias desde que les había comentado, a él y a Diana, que su ex novio vivía en la misma calle donde habían rastreado la llamada a la emisora de radio. Había supuesto que regresaría temprano por la noche y por eso se había decidido a prepararle aquella cena, pero al parecer no iba a llegar.
Caminó pesadamente hacia el baúl y miró la comida en los platos. Hasta el apetito se le había quitado con la espera, tenía el estómago cerrado. Los nervios y la ansiedad estaban causando estragos en ella.
Se dejó caer en el sofá y cuando Frank se acercó lo recompensó con un pedazo de carne horneada.
-Al menos, disfrútala tú -le dijo y apenas le sonrió.
Subió las rodillas al sofá y apoyó la espalda. ¿Habrían ido a buscar a Jack Gordon? ¿Acaso sería él quien la había secuestrado aquella noche y, después de tanto tiempo, había vuelto para acecharla? No podía creerlo; ella y Jack habían sido novios y se negaba a creer que hubiera sido el autor de aquellos actos tan crueles. Jack Gordon no era un asesino, no el Jack Gordon que ella había conocido y del cual se había enamorado cuando tenía veintidós años. Nunca había vuelto a saber de él en todo ese tiempo y la última vez que lo había visto había sido en aquella fatídica noche en la que su vida había cambiado para siempre. Se mordió los labios. Si hubiese aceptado que él la llevara en su coche hasta su casa todo habría sido muy diferente y su vida no se habría convertido en una pesadilla.
Tal vez tampoco las cosas habrían sido tan así. Si aquel sujeto pretendía raptarla lo habría hecho en cualquier otra ocasión; habría esperado el momento oportuno para acercarse a ella.
El destino no se podía cambiar ni torcer, y aquel hombre parecía estar marcando el suyo desde aquella noche.
Se rodeó las piernas con ambos brazos y se quedó un instante así con los ojos cerrados. Buscó en su mente el momento en que había visto a Jack por última vez.

No me olvides[Liam&Tu]TERMINADAWhere stories live. Discover now