‒ . . . ‶ Mi corazón late rápido cuando estas cerca, mi cara arde y mis nervios no tardan en hacerse presentes al ver tu rostro. Quizá te estoy amando más de lo que quiero . " . . .
Ꮢodny, usualmente conocido por su apodo " EL CHICO DORADO ", es un...
Tantas veces te he visto caminar por la desnuda acera que refleja el rayo del sol, tantas veces admiré tu cara, tu voz, tus ojos. Esos bellos ojos. Pero nunca me acerqué, son solamente miradas desviadas al instante o que perduran unos pocos segundos.
Solo quisiera que pudiéramos entablar una conversación que nunca terminase, una que sea el comienzo de todo.
08:19 AM.
17/05
El chico dorado se encontraba sentado a lo lejos esperando a que Stronbol llegue, mientras se aburría decidió perder el tiempo dibujando algo, mayormente tonterías sin sentido o chistes que llegaban a ser oscuros. Aunque no era un tipo de persona que demostrase tener ese sentido del humor, solía hacerlo con personas de confianza.
- R.
"Creo que es un buen día, es mejor que los últimos que he tenido y quizás mi suerte este por cambiar en poco tiempo. ¡Ojalá sea así!, Estoy cansado de tener que siempre estar agotado o mal. Nunca lo demostré cuando hacía videos en YouTube, no quería que se diera a entender mi sufrimiento ni mucho menos que mis espectadores se sientan incómodos al oírme hablar de esa forma tan deprimente."
Eso pensó el muchacho que tan pronto suspiró escuchó unos suaves y lentos pasos, parecían dirigirse a él, con algo de nervios levantó levemente la mirada percatándose de un chico no tan bajo, se podría decir que de unos 179cm de alto, algo esvelto y que miraba para todas partes evitando el contacto visual con este mismo. Rodny por otro lado admiraba la belleza de aquel individuo desde lejos, no dijo nada, pero sus ojos a su vez lo decían todo.
- ¿Está ocupado? – Señaló el asiento que como único dueño tenía la mochila del pelirrubio que mantuvo silencio unos segundos.
- Ah. ¡AH!, No, claro que no. Siéntate, lo lamento estaba algo distraído. – Explicó algo angustiado mientras corría su mochila y la colocaba en el piso frío del lugar.
- No es necesario que te disculpes por eso, es una simple tontería. A cualquiera le podría pasar, incluso a mí. – Soltó una leve risita que obtuvo como respuesta una sonrisa del contrario. - ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Rodríguez, pero dime Rodny o Ro. El que más te agrade. ¿Y el tuyo? – Cuestionó el de dorado que observó con ansias a espera de la respuesta.
- Dime Legolaz. – Habló fríamente el de morado que se quedó cabizbaja con una expresión neutra.
El de traje elegante mantuvo silencio al escuchar la respuesta tan amarga y que tan repentina.
"¿Habré dicho algo ofensivo? Me duele mucho el pecho, es como si la culpa me estuviera consumiendo mi corazón poco a poco haciendo que el dolor me haga sufrir lo mismo que a él le hice sentir."
Mientras el ambiente se hacía aun más incómodo, Rodri decidió hablar para derretir ese hielo imponente entre ambos. Con algo de nervios comenzó a contar algunas cosas sobre Stronbol sin mencionar su nombre.
- Él es mi amigo desde hace ya varios años, podría suponer que es muy divertido pasar tiempo con él y hablarle, me siento bien cuando estamos juntos. Es una persona bastante enérgica e extrovertida si me lo preguntas a mí, lo quiero, es buen amigo. – Comentó felizmente.
- Y... ¿quién es él? Me da curiosidad saberlo, espero que no te incómode. – Consultó volteando su vista hacia el muchacho de dorado con mucha curiosidad ante el desconocido.
- No me molesta que preguntes eso, cualquiera querría saber. Su apodo es Stronbol, es más conocido por ese nombre. – Aclaró mientras observaba el rostro atento del contrario con una sonrisa. – Creo que incluso habla con todos en la institución...
- Stronbol... ¡oh sí! – Respondió con una leve sonrisa en el rostro al saber que tenía algo en común con el muchacho a su lado. – Es uno de mis cuantos amigos aquí, es verdaderamente genial. Quizá hoy podríamos sentarnos los tres juntos para charlar y conocernos mejor.
Antes de que siquiera Rodny respondiera el timbre comenzó a sonar dejando pasar unos 30 alumnos, entre ellos se encontraba Stronbol que parecía no haber dormido nada, con cansancio tomó asiento al lado de Legolaz. Ambos muchachos que anteriormente se hallaban hablando miraron con sorpresa a su amigo sin decir ni una palabra hasta que el de rojo estrelló su cabeza contra la mesa.
- Stronbol, qué hiciste anoche para tener esa cara tan... uh, fea digamos.
- No recuerdo nada, solo sé que salí a una pequeña fiesta y también que bebí. Incluso que me ofrecieron tomar algo que no recuerdo como se veía pero su sabor era horrible. – Se lamentó hasta que sintió una suave y cálida mano tocarle el hombro.
- Bueno, no te preocupes por eso, hoy seguro que vas a tener la oportunidad de poder dormir plácidamente en tu cama. Mañana te vas a tener que sentir mejor seguramente. – Comentó el de pelo morado. – Vos tranqui, Stronbol. No creo que sea algo grave.
Rodrigo sintió algo en el pecho, era como si de repente otra vez ese dolor se le hiciera presente, pero no por culpa. Por otra cosa. Haciendo que este mismo se incrementara más y más al ver el toque de la mano de ese chico con el otro. No quería admitirlo ya que se conocían hoy y sentir esa necesidad de apartarlo le provocaba resentimiento hacia su propio ser. Suspiró profundamente mientras cerraba sus ojos un poco y volvía a dibujar con algo de enojo.
~ No necesitas sentir eso. Tú sabes cómo me siento contigo. ~
Sintió un escalofrío al escuchar eso, pero al voltear Legolaz solo estaba sacando apuntes. La herida seguía presente pero el dolor en vez de incrementarse se disminuyó. Cuando la clase terminó tenían que ir a talleres de arte, a Rodrigo le iba muy bien en eso e incluso sus notas eran muy buenas, pero al contrario, su "amigo", era algo torpe y no llegaba nunca al 10, usualmente rondaba entre un 7 y 8.
- L.
"Odio tanto los talleres, pero tendré que esforzarme más desde ahora si quiero terminar de una vez por todas."
Eso pensó de manera frustrada recordando todos sus errores en arte, le iba mejor en labores de literarios, en ese tipo de trabajos conseguía un diez siempre por su forma de expresarse con las palabras en una simple hoja de papel. Cuando no tenía nada que hacer creaba poemas relatando cosas pasadas u incluso romances fallidos.
Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.