"Fufufu.Si estoy en lo correcto,espero que mi plan deje resultados". Pensó la mujer divertida.
-Pues entonces has tus maletas Sanji, te vienes con nosotros-Dijo entre risas Sachi.
Todos rieron por esas y otras bromas, incluso los mugiwaras ¡Incluso Sanji!. Luffy sentía que todo el mundo había enloquecido, y su enojo solo incrementaba. Tan solo imaginar que Sanji se iba con otros piratas y preparaba comida únicamente para ellos le generaba un horrible malestar que ya no aguantaba.
-¡Claro que no!-Gritó furioso el moreno, poniendose de pie y estirandose hasta el rubio de cejas de sushi, colgandose de él y enrollando sus brazos en su cuerpo sin intenciones de soltarlo-. Si quieren un cocinero busquen en otro lado ¡Sanji es mío!-Exclamó enojado viendo con el ceño fruncido a Trafalgar.
Todo el lugar quedó en silenció, los mugiwaras sorprendidos por la reacción tan posesiva de su capitán, mientras los invitados estaban levemente asustados por la mirada de odio que les dedicaba el sombrero de paja, y Sanji por su parte, estaba sonrojado hasta las orejas, tan desconcertado que no pudo reaccionar, ni siquiera para darle una patada al joven que le apresaba entre sus brazos. Por otro lado, Robin sonreía complacida con el resultado que obtuvo, al parecer no estaba equivocada.
Durante el resto del encuentro, Luffy no se despegó ni un segundo del blondo, asegurando que si lo dejaba ir la tripulación contraria lo robarían para nunca devolverlo, pese que sus compañeros ya le habían explicado diez veces que solo eran bromas, se rehusaba a soltarlo.
Ahora mismo, los visitantes se habían retirado a su submarimo, luego de que Luffy tuviera una "amable charla" con el cirujano de la muerte, en la cuál básicamente lo obligó a prometer que no se llevarían a su cocinero. Los sombrero de paja ya habían terminado de limpiar y se habían ido a descansar; solo quedaba el rubio lavando los platos, mientras Monkey se aferraba con fuerza a su cintura.
Sanji quería morir, toda la situación con Luffy se le salía de las manos. Primero, la posesiva reacción que tuvo al oír las bromas de los piratas Heart, luego no se separo de él en todo el día e incluso ahora lo tenía detras abrazando su cintura. Podía sentir que su pobre corazón latía sin cesar y el calor subía a sus mejillas. El pobre Sanji no comprendía como pudo haberse enamorado de ese joven inquieto
Él siendo un gran amante de las mujeres, había caído a los pies de ese hombre que ahora torturaba su corazón, alguien matelo.
-Sanji-Murmuró el más bajo reposando su cabeza en la espalda del contrario-. Tú nunca te irías con nadie más ¿Verdad?-Preguntó temiendo la respuesta, reforzando el abrazó.
-Claro que no Luffy, jamas me alejaría de ustedes-Respondió con un tono de voz suave y una pequeña sonrisa.
Luffy sonrió, complacido con la respuesta del rubio.
-Que bien, porque aunque quieras irte, jamas lo permitiría. Sanji es solo mío-Declaró feliz, sin maldad, aunque el cocinero sabía bien que hablaba en serio.
El sonrojo volvió a su rostro tras esas palabras. Una vez termino su tarea y todo estaba limpio, se volteó aún con los fuertes brazos del menor aprisionadolo, quedando cara a cara, se cruzó de brazos.
-Lamento informarte Luffy, que yo no soy de tu propiedad-Declaró viendo al nombrado fruncir el ceño.
-¿¡Eh!? pero si eres mi cocinero-Protesto con un puchero.
-Soy tu cocinero ¿pero acaso ves una marca tuya o tu nombre escrito en algún lado de mi cuerpo que diga que te pertenezco?-Negó el rubio ya queriendo irse. Si seguían así, probablemente se desmayaria.
Luffy bufó y bajo la mirada. Sanji tenía razón, no había nada que probará que era de él, entonces pensó que si no había ninguna marca suya, pues la haría.
Escuchaba una suave vocecilla en su interior que le decía:"no lo hagas, Luffy", mientras otra voz aún más fuerte le decía:"Hazlo Luffy". Eligió hacerle caso a la segunda voz.
En un impulsivo movimiento, Luffy llevó sus labios al cuello del rubio, dónde dejó primero un efímero beso para luego sacar sus dientes clavandolos en el mismo lugar y succionar la piel, escuchando como el contrarío jadeo sorprendido y soltaba un quejido de dolor.
-Listo, ahora todos sabrán que eres mío-Exclamó con alegría una vez se separó del cuello ajeno, viendo orgulloso la marca rojiza que había dejado.
Sanji quedó estático en su lugar, procesando lo que acababa de ocurrir. Llevó una mano a la marca que decoraba su piel ahora.
3, 2, 1...
Y el rubio le soltó una patada tan fuerte que mando al menor al otro lado de la habitación, mientras le gritaba millones de insultos y un bonito rojo carmín adornaba su rostro y parte de sus orejas. Luffy simplemente rió al ver esa linda expresión.
...
Al día siguiente durante el desayuno, todos observaban con extrañeza al rubio, prestandole más atención a él que a la comida.
-¿Qué me ven? ya coman o se les va a enfriar. Excepto ustedes, Nami-Swan, Robin-Chwan, ustedes pueden verme todo el tiempo que gusten-Hablaba el blondo mientras fumaba su décimo cigarrillo del día, apenas eran las siete de la mañana.
Todos voltearon la mirada, avergonzados al verse descubiertos, menos Zoro, a él le daba igual.
Al lado del rubio, el capitán deboraba de su desayuno, sin darse cuenta la bolita de vergüenza que era el cocinero junto a él.
-Sanji...¿Qué te paso en el cuello?-Preguntó Nami nerviosa.
El hombre se sonrojo hasta las orejas, ¿Cómo diablos iba a explicar lo que hizo Luffy sin morir de la pena?.
-No es nada mi querida Nami-Swan. Solo me picó un bicho, nada serio-Mintió, viendo como ahora quien se preocupaba era el pequeño reno.
-¿Qué clase de bicho Sanji?, tengo que revisarte ¡Podría ser venenoso!-Exclamó Chopper mientras se levantaba y jalaba el pantalón del blondo para llevarlo a la enfermería.
Mientras Sanji ponía resistencia para no ser llevado, todos observaban la escena, hasta que la voz de un peli negro llamó su atención.
-Hola, soy el bicho-Habló Luffy con una sonrisa de oreja a oreja para después seguir tragando todo.
Todo quedó en silenció. Hasta que las risas de la tripulación llenaron la habitación y Sanji quería que la tierra lo tragase y lo escupiera en Latinoamérica.
-No puedo creer lo que acabó de oír, aunque claro yo no tengo oídos, yohohoho-Reía el esqueleto.
Definitivamente Luffy era alguien celoso, sobre todo si se trataba de su lindo y querido cocinero. Por supuesto que, cada que la marca que le hacía al rubio desaparecía, corría a hacer otra para recordarle a todo el mundo que era SU cocinero, Sanji con el tiempo simplemente lo acepto, y no ponía ningún tipo de resistencia a que el sombrero de paja hiciera lo que quisiera con él.
Porque Luffy era su capitán, su celoso capitán. . . . . .
Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou mettre en ligne une autre image.
Holi.
Nomás a mi se me ocurre actualizar minutos antes de ir al colegio 😔
¿Qué les pareció? Sinceramente bo me convence mucho pero se hizo lo que se pudo.