Capitulo 1.

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La gente buena sufre hasta que se vuelve mala. Esa es una lección muy importante que me ha enseñado la vida, y la he aprendido conforme pasa el tiempo. Una persona nunca es lo que dice ser, porque cuando es dañada cambia, pero no para mejorar, nadie cambia para mejorar cuando la hacen mierda..

El cielo está más precioso que nunca, el sol radiante y un paisaje increíble se asoma por la ventanilla del avión en el aproximadamente viajan cuarenta y pocos pasajeros.

Estoy volando a mi ciudad natal después de cinco años. Hinata, mi mejor amiga desde que tengo memoria y uso de razón, está sentada a mi lado leyendo con suma atención su libro favorito que casualmente es Romeo y Julieta.

Estudiamos juntas la secundaria en Italia, pero ella también nació en Konoha. Sus padres se quedaron allá por asuntos de negocios y la verdad es que no hubo mucha diferencia, ellos también son dueños de una empresa al igual que los míos y se mantienen muy ocupados la mayor parte del tiempo, por lo tanto, estará viviendo conmigo durante el último semestre de la preparatoria, y quizás la universidad.

La quiero como a una hermana. Cuando sus padres salían de viaje, ella se refugiaba de su soledad en mi casa, al igual que cuando los míos no estaban, yo iba a la suya y hacíamos unas pijamadas inolvidables.

—Sakura ¿estas bien? has estado muy pensativa todo el viaje. —pregunta preocupada, mientras dejaba su libro de lado.

—Estoy bien... es sólo que hace tanto que no hemos estado aquí. Supongo que todo ha cambiado mucho.

—Recuerdo vagamente los viejos tiempos, sin embargo, lo único que se ha quedado grabado en mi mente es un chico rubio hiperactivo que siempre estaba detrás de ti. —sonríe, con un brillo en los ojos.

—Ah, sí, se llamaba... Naruto, creo. 

—Estaba loco de amor por ti. —dice desviando la mirada. 

Sus ojos se apagaron por un momento. También me acuerdo claramente que ella se sonrojaba brutalmente cada que ése chico se acercaba, se ponía nerviosa hasta el punto de tartamudear y se perdía viéndole más tiempo de lo normal.

—Éramos sólo unos niños, además, puede que volvamos a verlo...

—Ahora que han pasado tantos años, puedo confesarte me gustaba en ése entonces. — murmura en un hilo de voz.

—¿Y por qué no me lo habías dicho, tonta? Podría haberlos juntado antes de irnos de aquí.

Sus ojos se abren de la sorpresa e inmediatamente su rostro comienza a tomar color. Abre la boca como si quisiera decir algo, pero la voz no le sale.

—Sabes... tal vez al llegar pueda darle un pequeño empujón para que te invita a salir.

—No lo harías. —chilla de repente con demasiado pánico.

—No me retes. —contesto burlona.

Los siguientes minutos nos dedicamos a recordar algunas cosas que sucedieron antes de viajar a Italia. Cuando éramos pequeñas teníamos muchos amigos de nuestra misma edad, incluso mayores, por eso es que la despedida fue dura.

Pero quién diría que después de cinco años aquí estaríamos de nuevo, en un avión de regreso a casa.

—Pasajeros del vuelo 372 con destino a Konoha, favor de abrochar sus cinturones, estamos a punto de aterrizar. —habla la voz de la aeromoza por el parlante.

Aseguramos el cinturón y Hinata me toma de la mano con fuerza en cuanto sentimos una sacudida. Desde que éramos pequeñas siempre ha tenido miedo a los despegues y aterrizajes de los aviones, así que toma mi mano y cierra sus ojos. Niego con la cabeza divertida, es una miedica.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora