CAPITULO 25: HOSPITAL

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Largas horas había pasado en aquella silla en la sala de espera del hospital. Habían niños llorando y gritando, personas quejándose, médicos y enfermeras moviéndose de un lado al otro–sin contar que tuvo que ver a un hombre vomitar frente suyo–. Estaba desesperado por salir de inmediato de aquel horrible lugar.

Isabel estaba en las mismas, diciéndole a Mangel que quería irse de allí. A pesar de que Rosa solo tuvo un simple desmayo por tener las defensas bajas, el doctor le aviso que le harían unos exámenes. Sus padres eran los que se movilizaban mientras él cuidaba de su pequeña hermana.

Estaban dirigiéndose a la cafetería del hospital para comprarle algo a la pequeña Isa que estaba desesperada por comer algo. Termino comprándole unos doritos y un chocolate para que le dejase en paz.



Al fin, sus padres junto a Rosa habían salido con unos papeles en la mano, acompañado de unas placas de radiografía. Mangel lo primero que hizo al verlos, fue abrazar a su nana.

–Oh pequeño. –susurro. – No pasa nada.

–Cómo que no, Rosa. –Intervino su madre. – Si no fuera por Miguel, no nos fuéramos enterado sobre lo mal que estabas. –regaño.

Mangel las miro extrañado para posteriormente tomar los papeles que tenían en la mano. Eran exámenes de sangre, otro sobre orina, no entendía ni la mitad de las cosas que salían allí. Su madre tomo los papeles por él.

–Te explico en el auto.


Después de tantos sermones y regaños por parte de Carmen hacia Rosa y su padre diciéndole que pararan de gritar en el auto, fue él quien termino contándoles que Rosa lo que tenía era que cuidarse de ahora en adelante por tener grandes problemas en la sangre. No era algo tan grave por ahora, si no se cuidará si tendría graves problemas que podrían pasar a algo mucho peor. Ahora los cuidados hacia Rosa tenían que ser algo estricto con lo que debía hacer, comer y beber.

Finalmente, llegaron a casa después de ir a comprar la larga lista de medicamentos que le habían mandado además de comida para cenar. Había sido un largo día.



Mangel subió a su habitación acostándose en su cama, estaba más cómoda de lo normal. Suponía que era por lo cansado que estaba. Su móvil vibro en la mesita de noche de su lado y lo cogió con la sorpresa de que tenía hasta llamadas perdidas de Rubén, acompañado de insultos por no contestarle los mensajes de preocupación. Por todo lo pasado había olvidado contarle a su novio. Termino disculpándose, contándole sobre su largo día en el hospital y sobre Rosa, que el joven lo tomo un poco mal por no haber estado acompañándolo en esos momentos. Mangel decidió no contarle a Rubén sobre su viaje a Londres para evitar problemas entre ambos, o al menos para disfrutar más con él.



La semana había pasado, Rosa se estaba quedando en casa por mientras Carmen se ofreció a cuidarla. Las cosas con ella no estaban resultando nada a su favor.

Rubén había llegado de Noruega justo en la mañana. Mangel estaba tan emocionado como un niño pequeño por volver a ver a su novio. Supuso lo cansado que estaba y no quería molestarlo tan pronto. Sin embargo y para su sorpresa, el chico se apareció en su casa.

Sus padres se veían tan cómodos hablando con Rubén, a pesar de que no sabían que era su novio. Rosa le prometió a Mangel que no le diría nada a sus padres hasta que estuviera realmente listo para decirle, aunque nunca había pasado por una situación similar.

More Than Words. (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora