—¿Cómo fue que te enfermaste? —preguntó Shadow, curioso.

—Me quedé esperando el camión. No iba realmente abrigado, y anoche hacía un frío que casi me congelo —respondí mientras tomaba la cobija y me envolvía con ella, buscando algo de calor.

—Deberías cuidarte mejor, si no te gusta estar solo cuando estás enfermo

—No es eso —respondí rápidamente, sintiéndome algo avergonzado—. Solo no quería que te fueras.

La miré brevemente, notando cómo su expresión cambiaba, sorprendida por lo que acababa de decir. Parecía no haber esperado una respuesta tan directa. Por un instante, su mirada se suavizó, y me invadió la curiosidad de saber qué pasaba por su mente en ese momento.

Casi sin darme cuenta, volví a quedarme dormido. Al despertar, sentí una sensación de aturdimiento y desorientación. La oscuridad de la habitación me envolvía, y el silencio se sentía denso, inquietante. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando pensé que Shadow podría haberse ido por mi extraño comportamiento.

Me levanté de la cama, aún mareado, pero con la sensación de que, al menos, me sentía algo mejor. La luz tenue en la sala me llamó la atención, y, con cautela, me dirigí hacia ella. Allí estaba Shadow, sentado frente a su laptop, inmerso en lo que fuera que estuviera haciendo.

—Sonic —dijo, levantándose rápidamente al verme— ¿Qué haces levantado? —Su tono sonaba molesto, pero también había una clara preocupación.

—Lo siento —murmuré, sintiéndome algo avergonzado— He estado todo el día en cama y necesitaba moverme un poco.

Shadow me guió con cuidado hasta el sofá de la sala y me ayudó a sentarme, asegurándose de que estuviera cómodo.

—¿Quieres comer algo? —preguntó, su voz más suave ahora.

—Sí, tengo un poco de hambre —respondí, intentando sonar lo más normal posible, aunque no podía evitar la debilidad que aún sentía.

—Te compré unos chili dogs de ese lugar que te gustan. No es la comida más saludable, especialmente en tu estado, pero lo importante es que comas algo —dijo Shadow, con una mezcla de cuidado y resignación, mientras me alcanzaba la caja.

—Oh, Shads, si sigues tratándome así, vas a terminar por enamorarme —dije, soltando las palabras sin pensarlo, sorprendiéndome a mí mismo por lo directo que había sido.

Shadow arqueó una ceja, claramente sorprendido, pero algo en su mirada también mostraba diversión. Me sentí un poco más incómodo.

—Bueno, era una forma de decirlo —aclaré rápidamente, sintiéndome un poco tonto— No es como si fuera a pasar, ya sabes, bro.

Me sentí bastante tonto después de mi comentario.

Shadow se acercó con un plato de chili dogs y lo dejó frente a mí, casi sin pensarlo.

—Aquí tienes, espero que te gusten. Yo voy a seguir con esto — dijo mientras señalaba su laptop sobre la mesa — no tardo mucho.

Miré los chili dogs con algo de aprecio, pero no podía evitar sentirme un poco incómodo.

—Lamento haberte hecho quedarte cuidándome, no era mi intención —murmuré, sintiéndome algo tonto por la situación.

Shadow se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa.

—No es un problema, Sonic. No te preocupes tanto

Me dispuse a comer mientras él se dirigía a la mesa. Pensé que sería genial voltear el sofá, como aquella noche, para poder verlo mejor en vez de tenerlo de espaldas. Pero me quedé quieto, sin atreverme a moverme.

Invisible stringWhere stories live. Discover now