Capitulo 3

89 14 1
                                        


Al final, Shadow se quedó en mi habitación y yo en la de Tails.

En algún momento de la madrugada, tal vez ya al amanecer, escuché el sonido de la puerta principal cerrándose suavemente. La lluvia había cesado, y el silencio de la casa era absoluto. Supe de inmediato que Shadow se había ido.

Volví a quedarme dormido sin darme cuenta del paso de las horas. Fue solo cuando el timbre de la puerta sonó, abrupto y ruidoso, que me desperté sobresaltado.

Al abrir la puerta, no pude creer lo que veía. Allí estaba Shadow, sosteniendo una bolsa de comida.

—¿Shadow? —pregunté, la sorpresa evidente en mi voz.

Él levantó la bolsa con una ligera sonrisa.

—Traje algo de desayunar. 

Al mirar dentro de la bolsa, vi los chili dogs del restaurante al que fuimos. Una oleada de emociones me invadió, desde alivio hasta gratitud. El hecho de que hubiera venido hasta aquí solo para traerme esto me conmovió profundamente.

—No tenías que hacer esto —dije, sintiendo una mezcla de vergüenza y aprecio—. Pero gracias.

Shadow asintió, su mirada suave pero fija en la mía.

—Es mi forma de decir gracias. Después de todo, me dejaste quedarme aquí la noche, aunque sea todavía un simple conocido.

—Bueno, yo diría que ya no eres un simple conocido. Ya somos amigos, ¿no?

Lo invité a pasar nuevamente, y mientras preparaba un lugar para que se sentara.

—¿Te gustaría quedarte a desayunar? Hay bastante comida, así que tendrás el placer de que te comparta —dije.

Shadow aceptó con una sonrisa, y en poco tiempo estábamos sentados en la cocina, compartiendo la comida y platicando nuevamente.

Shadow aceptó con una sonrisa, y en poco tiempo estábamos sentados en la cocina, compartiendo la comida y platicando como si nada.

—Shads, por lo que entendí, no eres de esta ciudad, ¿verdad?

—No, no lo soy. Me mudé aquí con Rouge. Al principio no quería, pero ella me convenció, diciendo que tal vez aquí me sentiría mejor.

—Conozco varios lugares geniales para divertirnos. Hace tiempo que no salgo. Además, puedes usar algo de mi ropa, ya que noto que todavía tienes mi pijama.


*  *  *

Lo llevé a una sala recreativa de videojuegos. El lugar estaba lleno personas, probablemente eran ya casi las dos de la tarde, y el ambiente vibraba con la energía de un sábado en pleno apogeo. Grupos de amigos se arremolinaban frente a las máquinas, y las luces y sonidos inundaban el espacio. La mezcla de risas y gritos emocionados creaba una atmósfera contagiosa.

—Ya recargue la tarjeta, ¿Qué jugamos primero? —le pregunté, alzando la tarjeta con una sonrisa.

—Te gustan mucho los juegos —comentó Shadow.

—¿Se nota? —respondí con un toque bromista

Él me lanzó una mirada tranquila, pero penetrante. Había algo en la forma en que me observaba, que me hizo sentir consciente de cada uno de mis movimientos.

Nos acercamos a una de las máquinas de carreras, donde los autos brillaban en la pantalla, esperando a ser seleccionados. Me senté en uno de los asientos mientras le pasaba la tarjeta.

Invisible stringDonde viven las historias. Descúbrelo ahora