Capitulo 2

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El trayecto de regreso se sintió absurdamente corto. Apenas hubo palabras entre nosotros, solo el rugido de la moto y el frío de la noche. Al llegar, él se despidió de forma breve, casi indiferente, como si todo el viaje no hubiera significado nada.

Me quedé mirando cómo se alejaba, la luz trasera de su moto desvaneciéndose en la oscuridad. Algo en su partida me dejó inquieto, como si hubiera una pieza faltante que no podía ubicar.

Entré a mi habitación con la intención de dormir, pero en cuanto me tumbé, supe que sería imposible. El techo parecía inmenso en la penumbra, y aunque el silencio lo cubría todo, mi mente no dejaba de gritarme.

¿Por qué me sentía así? Inquieto. Nervioso. Como si algo estuviera mal, pero al mismo tiempo, como si todo estuviera en su lugar.

Cerré los ojos, intentando obligarme a desconectar, pero ahí estaba otra vez. Su rostro apareció en mi mente, tan claro como si aún estuviera frente a mí. Su mirada, sus palabras, esa voz tranquila que parecía inquebrantable.

"Shadow"

Susurré su nombre sin darme cuenta, y mi pecho se apretó. ¿Qué me estaba pasando? No tenía sentido.

Una risa baja escapó de mis labios, más por incredulidad que por diversión.

—Estás loco —me dije a mí mismo, sacudiendo la cabeza, como si eso bastara para alejar esos pensamientos.

Pero no se fueron. La noche avanzaba lentamente, y con cada minuto, esa sensación extraña permanecía. Como si él hubiera dejado una huella invisible en mí, una que no sabía cómo borrar.

*  *  *

¿Otra vez lunes? Necesitaba más días de descanso. Mi cama parecía la única opción sensata, el único lugar donde no tenía que hacer nada, donde las cosas no se sentían tan pesadas. Pero ahí estaba, otra vez, la voz de Tails sacándome de mi letargo.

—¡Sonic, se hará tarde! ¡Apúrate ya!

Sabía que debía ir, que no podía quedarme en casa todo el día. La universidad era algo que no podía evadir, aunque cada vez se sentía más como una rutina interminable y monótona.

El día transcurrió con la misma normalidad que siempre. Las clases, las caras conocidas, las conversaciones que no llegaban a nada... lo único que realmente quería era comer.

Nos sentamos en la cafetería, y fue entonces cuando Amy apareció con otra chica que no conocía. Se presentó como Rouge. Tenía una presencia intensa, como si supiera exactamente el efecto que causaba. Podía notar que tenía esa energía de "chica inalcanzable", la que coquetea por el simple gusto de hacerlo, dejándote con las ilusiones rotas. Knuckles, por supuesto, era su víctima más obvia. No podía dejar de mirarla. La discreción no era algo que él entendiera.

—Amy, entonces, ¿quién será el afortunado en acompañarte a ese concierto? —preguntó Rouge, con una sonrisa llena de curiosidad, pero también de algo más. Me miraba fijamente.

Me sentí como si de alguna forma me estuvieran evaluando, como si fuera parte de algún tipo de examen social del que no quería formar parte.

—Aún no lo sé —respondió Amy.

Decidí actuar como si no lo hubiera notado.

—¿Por qué no vas con ese chico? —dije de forma indiferente, sin pensar demasiado—. Seguro que se merece ir más que cualquiera de nosotros.

—No estoy seguro, no conozco a esa banda —respondió una voz grave, inconfundible.

Me giré, sorprendido. No me había dado cuenta de que Shadow estaba allí. No sabía que él también estaba en esta universidad. Su presencia era casi intimidante. Al instante sentí cómo me atrapaba en su mirada, aunque él la desvió casi al instante.

Invisible stringWhere stories live. Discover now