snowy cat › jikook

꒰ O2/O2 ꒱

—¿Estarás bien Kookie?, por favor dime qué me dejarás visitarte... O, visitarlos...—habló justo después de soltarme, mirándome con los ojos algo cristalizados—Llámame si necesitas algo, o si quieres salir... También puedo ser niñera de Soo cuando gustes...

—Gracias Jim, realmente te agradezco mucho tu atención... Y también gracias por todo lo que has hecho por nosotros, jamás sabré cómo pagártelo... Por supuesto que puedes venir de visita cuando quieras, siempre estaremos felices de verte.—respondí con una sonrisa triste.

—No hay nada que agradecer, siempre lo hice de corazón.—sonrió de la misma manera.

Nos miramos a los ojos durante unos segundos eternos, en lo que yo pude detallar el bonito color chocolate que tenían sus iris, el tono más claro que se formaba gracias al sol que entraba a la estancia, y el precioso brillo que poseían ante todo.
Y ahí lo comprendí por completo.

Realmente estaba enamorado de Jimin.
Deseaba quedarme con él, iniciar de cero y poder formar una pequeña familia a su lado... Mi corazón se aceleraba con tan sólo pensarlo.
En esos ojos ví mi vida, pude verme perfectamente reflejado ahí, como si ellos fueran mi verdadero hogar.

Me perdí en él, mi corazón se enganchó al suyo, y ahora... Realmente no sé de dónde sacaré la fuerza para cruzar la puerta y nunca volver.

—Ya debo irme... Es un camino algo largo hasta mi nuevo departamento y no quiero llegar tarde...—hablé por fin, desviando la mirada—Supongo que te veré después...

—C-claro, nos veremos pronto...—respondió, mientras yo cargaba de nuevo a Soobin.

Caminamos hasta la entrada y abrió la puerta con lentitud, yo respiré profundo antes de avanzar hacia afuera.
Jimin me veía con tristeza y un toque de desesperación... No supe porqué, hasta unos instantes después.

—Adiós Jimin, te voy a extrañar.—me acerqué a darle un beso en la mejilla, cosa que lo hizo sonrojar. Yo nunca lo había hecho, pero simplemente me negué a irme sin al menos eso.

Salí del departamento a paso rápido debido a la vergüenza, sin dejarlo responder; sin embargo, a los pocos segundos, él vino corriendo hasta mi, con las mejillas rosadas todavía y un par de lágrimas corriendo por ellas.

Me tomó de la mano, deteniendo así mi avance y haciendo que mi maleta cayera al suelo. Yo me giré a verlo confundido, pero a la vez, agradecido.
No me había dejado ir así nada más.

—No Kookie, no puedes irte... No quiero que lo hagas...—confesó con la respiración ligeramente agitada—¿Puedes quedarte conmigo?...

—P-pero... ¿Porqué?—regresé un par de pasos, y Soobin le dió los brazos a Jimin. Me causó tanta ternura como le sonrió y apretó sus manitas para que él lo cargara. Por supuesto, su petición fue concedida al instante.

—Porque... Me enamoré de ti Jungkook... Sentí algo por ti desde la primera vez que te ví, y eso sólo fue evolucionando hasta que un día... Acepté que te amaba con todo mi corazón, y que me dolería el alma cuando te fueras.—explicó sollozando, sin dejar de sostener mi mano.

—¿De verdad?...—él asintió, mientras mi bebé intentaba limpiarle las lágrimas con sus pequeñas manos—Y-yo...

—Entiendo si no me correspondes, sé que no debí enamorarme porque sólo teníamos un trato de hospedaje y...—sin avisarle, e interrumpiendo sus palabras, lo tomé de las mejillas suavemente.

Me atreví a besarlo con todo el amor que había contenido en mi ser, y mi corazón saltó de emoción cuando Jimin me correspondió.
Mis orejas de gato aparecieron en mi cabeza debido a tantas sensaciones que experimenté en ese sólo momento, y pude percibir el calor subiendo hasta mi cara, dejándola roja.

No sabía si él seguiría mi beso... Pero en definitiva, fui muy feliz por haberlo intentado y ganado.

—También estoy enamorado de ti.—solté con una sonrisa al separarnos de nuestro primer beso—Y si tú me lo permites... Quisiera quedarme contigo...

—Hagámoslo bien... ¿Te gustaría ser mi novio?... Y, ¿me dejarías ser el padre de ésta bolita de amor?...—preguntó con una preciosa sonrisa rectangular, misma que le mostró a mi nene cuando terminó su frase.

—¡Por supuesto que sí!—lo abracé fuertemente, viendo como mi bebé también lo abrazaba. Creo que no soy el único que ama a Jimin.

—Te amo mi gatito de invierno.—volvió a besarme suavemente, poniendo su mano libre sobre mi mejilla.

Y mientras me perdía en ese contacto lleno de amor, mi niño nos sorprendió con su primera palabra.
Él estaba tan feliz con su padre adoptivo, que luchó por articular su nombre para llamar su atención.

—¡Min!—dio pequeños aplausos, y se echó a reír cuando ambos lo miramos totalmente sorprendidos y atónitos.

Ambos besamos las mejillas gorditas de mi bebé, y luego nos volvimos a mirar, ésta vez, sin ocultar lo enamorados que nos sentíamos.
Al fin mi corazón está en paz... Y el corazón de Jimin está feliz conmigo.

¿Qué más puedo pedir?, si el invierno me lo a dado todo ya.