SATY WITH MY • ᵗᵉʳᶻᵒ ˣ ᵒᵐᵉᵍᵃ •

□ Memories. Act 1 □

-Entre los pechos de alguien no seré feliz, pervertido-Comento. Ocasionando qué su amigo riera más.

La conversación continúa, Simón comentandole a su amigo qué recibido menos golpes de su padre esta semana, y Martín teniendo a un más ganas de golpearlo, aun que su amigo no había sido el único. Hace dos dias tubo otra pelea, y las monjas lo castigaron golpeado su espalda con un trozo de madera, aun no podia dormir bien con ese dolor. Pararon cuando escucharon pasos acercarse a la abitacion.

Simón suspiro -Creo que es hora de irme. Deben ser las parejas de nuevo, creeo que hoy es uno de esos días ¿No?-Dice levantandose y acomodando su ropa.

Martín asiente, guardando lo que queda de la comida en su escondite secreto bajo la cama -Gracias, Simón. No sé qué haría sin ti-.

Simón le da una palmada en el hombro con una sonrisa reconfortante -Lo se, no puedes vivir sin mi-Se burlo, dandole algunas palmadas en el hombro de su amigo.

Martín lo empujo un poco -Callate, idiota...-Dijo sonriente-Bueno, espero que alguien se fije en mi... o simplemente me quedaré aqui-Se acosto en su cama aun con poco de dificultad por su dolor en la espalda.

-No te preocupes, Martín, pronto encontraras a una "mami" qué te ame mucho-Se deslizó por la ventana asta estar fuera de ahí, por suerte la abitacion no estaba en un pizo alto de ahí -¡Adiós!-Se despido, y después corrio y ocultandose ocasionalmente sin qué nadie lo vea.

Martín ríe un poco, escuchando cómo su amigo desaparece fuera de la ventana. La rutina del orfanato vuelve a envolverlo, pero por un momento, ha sentido un atisbo de alegria gracias a Simón.

La puerta se habré revelando a una hermana con una expresión serie -Martín, al patio...-Ordenó.

Y como siempre, no lo dejarían en paz.

Al salir al patio, lo invadio las risas de los demás chicos emocionados, algunos siendo bonitos para aquellas parejas que deseaban adoptar y criar a un niño, Martín ya se había a ser ignorado.

Se sentó bajo la sombra del árbol más grande de el orfanato, un poco lejos de el patio, observando con melancolía cómo un par de niños pequeños eran recibidos por una pareja sonriente. El orfanato bullía de actividad ese día, pero él prefería la tranquilidad del patio trasero, lejos del bullicio y las despedidas, pero no podia, sera arrastrado otra vez por las monjas.

Con solo catorce años a sus espaldas, Martín ya había visto venir y marchar a muchos niños adoptados. A veces se preguntaba por qué a él nadie parecía elegirlo. ¿Acaso había algo mal en él que los demás podían ver y él no? Pero de igual manera no le importaba, escaparía como sea de aquí.

Una sombra cayó sobre él, interrumpiendo sus pensamientos. Martín alzó la mirada y se encontró con una mujer joven de cabello castaño y ojos azules intensos, casi igual a los suyos, eso le sorprendio. La mujer se sento a su lado, aun su mancha su lindo vestido, parecia una mujer humilde, sin muchas riquezas.

-Hola, ¿Como te llamas?-Al no tener espuesta, continuó -Mi nombre es Amalia persner- dijo con una sonrisa cálida mientras se acercaba un poco mas-¿Cómo estás hoy?-.

Martín se encogió de hombros, sin saber qué responder. No estaba acostumbrado a que alguien mostrara un interés genuino en su bienestar. Ademas de que no era muy bueno hablando.