— ¿Sabes que me puedes contar lo que piensas, verdad?.
La pregunta cayó en oídos sordos, la única persona en la habitación para escucharla estaba en su propio mundo, mirando, con ausencia, por la ventana.
— A-Lian... ¿Me escuchaste?.
El llamado hizo que el nombrado finalmente apartara sus ojos del cielo nublado, de los árboles desnudos por el invierno, de los pocos animales que corrían para esconderse del frío de la blanca nieve. Era una escena vestida de blanco y gris, que combinaba magníficamente con la habitación en la que se encontraba.
— Si, se que estás aquí para mí, QingXuan. Gracias. — Su mirada se posó en la de su amigo, con su típica sonrisa, sonrisa que para cualquiera que conociera a Xie Lian hace más de tres años, se daría cuenta de lo vacía que se veía ahora.
Shi QingXuan solo suspiró, ya no le extrañaba que su amigo se viera así de ausente todos los días. Trataba de animarlo y darle la mayor normalidad que pudiera, pero traerle normalidad a alguien que ya había pasado más de dos años confinado en una habitación de hospital era una tarea ardua. En el fondo se sentía bastante culpable de la situación de su amigo, porque si tan solo... Si tan solo le hubiera insistido más en ir al doctor la primera vez que lo vió diferente, si tan solo no le hubiera hecho caso cuando se desmayó por primera vez y le dijo que solo era cansancio, si tan solo no fuera esperado hasta que ya fué muy tarde.
Trataba de darse ánimos pensando en que ya pronto se recuperaría y podrían ir al centro comercial a comprar ropa y cosas bonitas como lo hacían antes, pero llegar a la habitación de Xie Lian y verlo así, le hacía volver a la fría y dura realidad nuevamente.
—¿Estás seguro que estás bien, no necesitas que te lleve a la enfermería? — preguntó Shi QingXuan mientras se sentaba en frente de Xie Lian en una de las mesas de la cafetería de la universidad - Te ves más pálido y delgado, ya casi no vas al club de esgrima...
— No tienes de qué preocuparte QingXuan, es solo que se vienen varios parciales y he estado bastante ocupado estudiando, no es nada de lo que preocupar-
Pero su oración se había cortado repentinamente, como si algo se hubiera atravesado en sus vías respiratorias y le impidiera respirar. Desesperado, empezó a toser y toser sin parar, desgarrando su garganta en el proceso.
Respirar, necesitaba respirar.
Sangre.
Había mucha sangre, como pétalos de rosas entre sus manos y en el piso de la cafetería, saliendo por su boca. Ni siquiera logró procesar todo lo que estaba ocurriendo, cuando todo empezó a volverse oscuro.
El pobre Shi QingXuan estaba en pánico mientras hacía llamadas por teléfono y los que estaban en la cafetería sé arremolinaban a su alrededor.
— Lo digo en serio, A-Lian... — frunció un poco el ceño mientras hacía un pequeño puchero, para luego volver a relajar su expresión y suspirar. No importaba cuanto le suplicara, siempre iba a decir que estaba bien, siempre iba a esconder lo que realmente pensaba y cuando lograba tocar un mínimo atisbo de sus pensamientos, simplemente cambiaba de tema.
— ¡Por cierto!, te descargué nuevas canciones que estoy seguro te gustarán más que las que te traje la última vez — Shi QingXuan sacó un pequeño y viejo reproductor de música, tenía una pequeña pantalla donde se podía ver las listas de reproducción, el nombre de las canciones y los artistas, lo usaba en sus años de secundaria y ahora era divertido usarlo como en ese entonces.
— Y como me dijiste que te gustaban más las canciones tranquilas, busqué varios artistas ¡y creo que las canciones de Mac DeMarco y las de Ichiko Aoba en especial te van a gustar mucho! — además, usarlo justo para traerle música a Xie Lian había sido su nueva manera de hacer que el castaño hiciera más que leer libros de contaduría y ver por la ventana. Recientemente, había escuchado que la música realmente tenía un impacto positivo para recuperarse de enfermedades, así que hacer esto le daba algo de esperanza.
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˙˚ʚ ԋҽαɾƚ ƚσ ԋҽαɾƚ ɞ˚˙
FanfictionXie Lian tenía muchas esperanzas y metas en su vida, quería disfrutar de ella lo más que pudiese. Pero luego de dos años confinado en una cama de hospital, esos sueños y esperanzas se ven truncados... Esto hasta que el nuevo doctor asignado a su cas...
