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La lluvia cae suavemente sobre el techo del auto, mezclándose con nuestras risas y gritos de emoción después del partido de Lacrosse

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La lluvia cae suavemente sobre el techo del auto, mezclándose con nuestras risas y gritos de emoción después del partido de Lacrosse. Brett, Lori, Charlie y yo estamos dentro del auto, todavía disfrutando del triunfo de esta noche. Nos estacionamos frente a la casa de Brett, pero ninguno de nosotros quería salir aún del auto.

Es como si estuviéramos en nuestra propia fiesta privada.

—Adoro todo esto.— dice Lori estirandose.— pero deberíamos entrar, Brett.

—¿Qué hora es?.— pregunta Charlie mirando su celular.— Mierda, ya son las doce de la noche, tengo que estar en mi casa en... Hace veinte minutos.

—Ya, yo te voy a dejar.— digo volviendo a encender el auto, Brett me besa la mejilla y hace lo mismo con Charlie. Lori se despide con la mano y se bajan del auto. Corren hasta estar bajo techo y ahi arranco el auto para emprender rumbo a casa de Charlie.

—¡No puedo creer que hayas dado esa voltereta mortal, salió genial!—. me festeja Charlie dando un golpecito en sus piernas.— Crei que morirías...

—Oye pero dijiste que me saldría bien

—¿Y qué otra cosa iba a decirte?—. me mira divertida—. Una amiga SIEMPRE da ánimo a sus amigas, no importa la situación

Nos cambiamos de ropa en los camerinos así que afortunadamente ahora estamos con un pantalón de buzo en lugar de esa falda diminuta y un jersey calentito en lugar de ese top que me ponía los pelitos de gallina por el frío. La lluvia siempre viene con un frío de muerte.

Dejo a Charlie en su casa y me voy directo a la mía

¿que sí le conté a charlie sobre el hombro dislocado? No, no lo hice. Sentía que hoy era un dia para celebrar a Brett y la victoria del equipo, hablar sobre mi brazo que ya no está dislocado lo considero información irrelevante.

Mi celular empieza a sonar en el asiento del copiloto así que decido, por el bien de mi propia vida, orillar el auto y responder la llamada del Tío Noah.

—Hola—. respondo, me exalto un poco al oír un trueno romper el cielo.— ¿qué pasa?

—¿Dónde estás, hija?

—Ya voy en camino a casa—. digo y él suspira algo aliviado.— llego en unos minutos, me quede en casa de brett un rato y se nos fue la hora, estoy en casa de Charlie.— es una mentira chiquita porque no estoy segura de que a mi tio policía le agrade la idea de que paré en medio de la oscuridad para hablar por teléfono. Ni siquiera a mi me agrada del todo

—Esta bien, maneja con cuidado, esta lluvia solo traerá accidentes esta noche.— dice preocupado.

—Si, nos vemos.— corto la llamada.

Justo cuando estoy a punto de volver a encender el auto, escucho el aullido mas desgarrador atravesar el aire.

Una sensación de inquietud se apodera de mi. ¿qué-fue-eso?. Mis manos se tensan en el volante, mi corazón late con fuerza contra mi pecho.

ADICTIVO | Derek HaleWhere stories live. Discover now