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Es viernes, el día del partido de Lacrosse empieza en veinte minutos, y estoy en el vestuario con mi uniforme de porrista puesto, lista para salir a escena

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Es viernes, el día del partido de Lacrosse empieza en veinte minutos, y estoy en el vestuario con mi uniforme de porrista puesto, lista para salir a escena. A pesar de haber practicado toda la semana con las chicas y Lydia, los nervios me están consumiendo viva. Cada segundo parece pasar más lento que el anterior, y mi corazón late con fuerza en mi pecho, como un tambor frenético marcando el ritmo de mi ansiedad.

Observo a las otras porristas a mi alrededor, radiantes de emoción y confianza, intercambiando risas y palabras de aliento. Pero para mí, el uniforme que antes me parecía preciosos ahora se siente incómodamente ajustado.

El sonido de la multitud comienza a filtrarse en el vestuario, aumentando mi nerviosismo. ¿Y si tropiezo? ¿Y si olvido la coreografía? El miedo al fracaso me abruma, y por un momento, siento que no puedo respirar.

Pero lo que realmente me tiene aterrada es el giro en que me lanzan por los aires. A pesar de haber practicado una y otra vez, el pensamiento de estar suspendida en el aire me llena de terror.

Entonces, una mano cálida se posa en mi hombro, y levanto la mirada para encontrarme con la mirada tranquilizadora de Charlie.

—Lo harás genial, Lexi—. me dice con una sonrisa reconfortante.

—Tu tambien—. digo y ella sonrie mas ampliamente.

Una determinación renovada se enciende dentro de mí. Con un suspiro profundo, me enderezo, ajusto mi uniforme y me preparo para salir al campo tomando mis pompones. Porque aunque los nervios puedan estar presentes, sé que tengo el coraje y la habilidad para brillar en el momento que me espera.

O al menos eso me repito junto con las palabras de aliento que Fran me dijo hace una semana.

—Chicas.— habla Lydia con voz firme, reuniendo nuestra atención mientras nos preparamos para salir al campo.— Hoy es nuestro día. Hemos trabajado duro todo el mes y hemos llegado hasta aquí juntas. Sé que algunas de ustedes están nerviosas, pero recuerden lo fuertes que son. Tenemos que animar al equipo en el primer juego de la temporada. Ese es el objetivo esta noche. ¡Vamos!

Siguiendo el liderazgo de Lydia, salimos al campo con determinación y gracia, listas para ofrecer nuestro mejor desempeño y animar a nuestro equipo hacia la victoria. O ese es el objetivo del equipo porque por mi parte solo quiero mantenerme con vida para el final de la noche.

El traje que llevamos es de un rojo opaco que complementa perfectamente el atuendo de los jugadores de Lacrosse. Con detalles en blanco que resaltan elegantemente sobre el fondo rojo. Los pompones, del mismo tono rojo, son esponjosos y tienen algunas tiras blancas que combinan con nuestras faldas. Todos traemos zapatillas blancas, distintos modelos pero todos con zapatillas blancas, Lydia fue bastante estricta cuando nos pidió eso.

Cuando entramos al campo se llenan de vítores las gradas, nosotras meneamos los pompones justo como Lydia nos indicó.

Pocos segundos después el partido comienza en el momento que el Coach hace sonar el silbato que le cuelga del cuello.

ADICTIVO | Derek HaleOnde histórias criam vida. Descubra agora