«Debo detener a mi padre, tengo que detenerle». Aquellas palabras marcarán un antes y un después en la vida de Evelyn. Las persecuciones han comenzado en el mundo mágico y Evelyn junto a sus amigos deben abandonar sus hogares para realizar una tarea...
Me dolía la garganta, la sentía apretada, el roce de aquella mano seguía ahí. Abrí los ojos y me deslumbró un resplandor verde y dorado. Puse la mano en alto para taparme de aquella luz cegadora.
Vi dolorida el alrededor, tratando de sentarme con cuidado, oliendo la humedad del moho y la tierra, escuchando cantar a los pájaros.
Sentí un gran alivio al ver las figuras de mis amigos. Hermione apoyada sobre sus rodillas junto a la cabeza de Ron. En cuanto vi a mi amigo, todas mis preocupaciones se borraron al instante.
Ron tenía todo el costado izquierdo manchado de sangre, y la cara, pálida y grisácea, destacaba sobre la hojarasca del suelo.
Rápidamente, me puse a su lado, apartándome el cabello hacia un lado para poder verle mejor. Harry y las chicas también se percataron de aquello y fueron hacia donde estábamos nosotros.
He= ¡Evie! ¡Rápido, mi bolso! Hay una botellita con esencia de díctamo.
Cogí el bolso de Hermione y me puse a buscar lo que Hermione me había pedido.
E= ¡Accio díctamo!
Una botellita marrón salió disparada del bolso; la atrapé y volví rápidamente junto a Hermione y Ron, que tenía los ojos entornados; entre sus párpados solo se veían dos estrechas franjas blancas de globo ocular.
He= Vale, quítale el tapón.
Dk= Hermione, su brazo.
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