Un caos.

992 99 6
                                    


Un verdadero hombre abrazo los hechos y sus palabras, en una sola linea, un solo camino y un solo destino.

ACRC.



Nunca se considero un hombre afortunado, tampoco alguien desafortunado. Tenia que luchar como cada alma que conocía en el sistema para sobrevivir, cuando empezó a cobrar vidas ajenas se autoconvencía que si bien no era la vida ideal, podría ser peor, siempre podía ser peor pero ahora, era como si estuviera siendo recompensado por cada gota de sangre asesina que había escurrido entre sus dedos, por cada persona que había liberado, por cada zarpazo justiciero que no le correspondía a el dar y le asustaba, porque en todas las historias donde hay alguien invencible como si de un dios se tratara, era elevado y luego dejado caer desde el punto mas alto para perderlo todo.


Para perder lo que mas amaba.

Orión tenía que cuidarse, cuidarla. Cuidarlos. La expresión de calma en el rostro de su pequeña mujer dormida lo mantenía centrado en que siempre debía ser así, el movimiento del coche no parecía ser tan siquiera un problema con lo cansada que asumía que esta estaba, puesto que con los labios entre abiertos y con su cabeza acurrucada en el pecho de este que no dejaba de vibrar soltaba aún así pequeños ronquidos.


Tan adorable, tan fuerte y tan frágil. Ella lo es todo.


El alfa pelinegro no pudo evitar descender la mano lentamente por el hombro de esta, acariciándole con la punta de los dedos y estos, traviesos pasaron al contorno de su busto, luego su abdomen donde su cálida palma se extendió y descendió un poco hasta el vientre de esta. Orión agradecía lo inteligente que era la naturaleza, su cachorro estaba allí sano y salvo pero sin haber dado señales porque tenia una mami muy estresada, su pequeño hijo se había mantenido seguro pero aún así estaban las pistas en el aire, ese pequeño aroma a miel que dejaba fluir para que el supiera que estaba allí, la conexión de un alfa con sus cachorros era mítica, el lo sabia pero jamás se imagino que al punto donde unas horas atrás no podía ni siquiera olerlo bien y ahora podía escuchar el martilleo de ese pequeño corazón guerrero.


No pudo evitar inclinar la cabeza mas abajo con cuidado de no despertar a Phoebe, tenia la necesidad de soltar las palabras, de hablar por primera vez en su vida, no solo ir haciendo hecho las cosas si no también hacerse oír.


Como si pudiera entender el peso de cada palabra, todas para su bebé.


—Te prometo cachorrito que no importa lo que haga falta, llegaras a este mundo y tendrás todas las herramientas que necesites para crecer. Te juro que tendrás un padre presente, algo celoso y sobreprotector siempre aquí—susurró con cariño, su voz era tan baja que llegaba a vibrar por lo profunda que era pero sentía que estaba siendo escuchado, que su cachorro lo oiría— Prometo que haré lo que haga falta por ti y por tu madre, ambos vivirán una vida feliz—aseguró con cariño.


Orión odiaba las promesas pero sabia que podía cumplir esa, que dedicar su vida a su familia ahora era lo correcto. Tendría que hablar con James cuanto antes, estaba cansado de ser un Alfa de una manada que no era suya, James tenia obligaciones y el por supuesto que no abandonaría su puesto como general pero se acabo la caza de Omegas, se acabo todo para él. No vería a Phoebe en la posición de Oliver, no arriesgaría a que su hijo no lo conociera. Se acabo el escuadrón para él, los entreno, educo y adiestro bien si ellos deseaban continuar podían hacerlo, pero él se tomaría su retiro definitivo. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 23 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Un zorro para un loboWhere stories live. Discover now