No cuando pensé que éramos algo especial.

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Somos pasado, somos presente y somos futuro. Todo al mismo tiempo.

ACRC.


La vibración del sonido inundo su cavidad auditiva, tan molesto. el refunfuño se hizo presente como un eco en la habitación, perezosamente tanteo a su lado pero el calor del gran corpóreo se notaba haber desaparecido hace mucho tiempo, podía jurar que escuchaba pasos y detuvo su respiración enfocándose en ellos. Eran pesados pero no tan afincados como para ser masculinos, entonces lo detecto, como si las ondas del sonido le declararan que arriba había mas de una persona, la profunda inhalación solo confirmo sus sospechas no importaba que tan abajo estuviera, podía olerlas. Era un olor que conocía bastante bien pero le creaba una nueva tensión a sus hombros Desearía que fuera en otro momento Estaba cansada, como si cada gramo de juventud se le hubiera escurrido por las manos descuidadamente, sus pasos no tardaron en levantarla de la cama, descalza y caminar hasta donde estaba el bullicio.

Lo ojos de Phoebe se ampliaron por un pequeño instante, casi dejando de mostrar el asombro en su expresión pero se encargo de mantenerla a raya al notar que estas se paralizaban al verla, poco le importaba a la Omega las dos humanas pero si se sentía incomoda por la presencia de Megan, sin embargo forzó una pequeña sonrisa mas parecida a una mueca en su dirección Es tan incomodo.

—Phoebe..— Y luego silencio, Megan había pronunciado su nombre como si le pesara y lo había dejado caer, estaba jodidamente nerviosa y todos en la sala lo notaron, la mujer no dejaba de balancearse sobre sus pies sin percato alguno —Me alegro que estés bien—declaró apenada.

Claro, seguro que es así. El sarcasmo en los pensamientos de la menor no tardo en llegar.

—Si, también me alegro de estar bien— El resentimiento estaba en cada palabra, todas en la sala lo notaron, notaron ese; No gracias a ti en su oración.

Las hojas del árbol combatieron contra las castañas, como si no fueran parte de un mismo ciclo de vida. Los ojos de ambas en una extraña sintonía, el rubor llego a las mejillas de Megan pero Phoebe no se inmuto ante eso. Sabía que no debía estar enojada, Megan era una luna no tendría tiempo para ella, pero no podía evitarlo, no podía evitar sentir un poco de resentimiento por demostrar que son amigas cuando no lo son. Entonces Bee cedió, aparto su mirada concentrando su cabeza en observar como casi todo estaba como antes, era claro que la vajilla era nueva y que las cortinas y telas, que antes llenaban el suelo, fueron reemplazadas por nuevas que una de las mujeres doblaba con esmero tratando de ignorarlas, la cubeta que ocuparon para restregar los vidrios estaba llena de agua sucia y roja, el lugar olía a desconocidas, a limpiador, a nuevo y eso no le agradaba.

Tan cómodas revoloteando por aquí.

Megan volteo sobre sus pies y por un segundo la pelirroja pensó que se marcharía pero su voz inundo la sala —Pueden retirarse, yo terminare el resto— Las mujeres la miraron con incertidumbre pero solo se limitaron ha asentir y retirarse, dejándolas.

Bee solo paso sus manos por su vestido, como si las arrugas en este fueran más importantes que cualquier cosa, casi dio un salto atrás cuando unas manos pararon en sus mejillas, estaban cálidas y venían acompañada de unos ojos que la observaban con pena y pequeños remolinos de lagrimas amenazando con salir en ellos.

No hagas esto, no hagas que me sienta mal por estar enojada.

—Perdóname Phoebe, me equivoque. Se que Orión no es un niño pero cuando me entere de lo del beso de Milo— Carraspeo un poco, respirando pero sin apartarse —Pensé que no lo querías, que se estaba equivocando en apresurar las cosas contigo y por uno segundos—Entonces sus manos se apartaron de la Omega menor y ella un poco dolida temió por lo que seguía —Se lo duro que es vivir bajo etiquetas que otros han puesto sobre ti, se que no soy esa clase de persona pero Orión siempre ha sido una extensión de la familia, me segué y luego me avergonzaba tanto por equivocarme que no sabia como mirarte a la cara— El discurso decayó y ahora la Omega mayor era un mar de lagrimas.

Un zorro para un loboWhere stories live. Discover now