09 - Jeno

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Veía cómo Jaemin se paseaba por la sala. No había dicho una sola palabra desde que le dije acerca de los hilos de nuestras vidas. Se levantó y salió de la cocina. Lo seguí, por supuesto.

Jaemin entró en la sala y empezó a pasear. Seguía paseando. Retorcía sus manos juntas y murmuraba para sí, aunque no podía entender lo que estaba diciendo, aparte de una ocasional mención de mi nombre.

Y no tenía ni idea de cómo hacer para que se sintiera mejor. Esta cosa emocional no era algo a lo que un guerrero estuviera acostumbrado. Podíamos matar a un Vadok, salvar al mundo del mal, y luchar hasta la última gota de sangre que quedara en nuestros cuerpos, pero no entendíamos la mierda emocional. No fuimos creados para eso.

¿Y qué infiernos significaba todo eso de informar todo?

Jaemin iba una y otra vez sobre eso. Si no lo murmuraba, lo pensaba, y no tenía ni idea de lo que significaba. ¿Qué era exactamente lo que Jaemin quería de mí?

Me giré a ver a mis hermanos, preguntando si sabían algo porque yo sinceramente me sentía muy desorientado. Mark estaba moviendo la cabeza hacia mí. Chenle estaba recostado contra la pared, con una sonrisa mientras veía a Jaemin pasear. Todos los demás parecían haber encontrado algo mejor que ver cuando los miraba.

Parecía como si estuviera por mi cuenta.

Este era un infierno de momento para que mis hermanos me abandonasen.

—Elska...

Mis ojos se abrieron y salté hacia atrás cuando Jaemin me señaló con el dedo. Jaemin me estaba dando la misma mirada llena de odio que tenía en su rostro cuando hablaba de su familia.

No me gustaba.

Eso hacía que mi alma se estremeciera.

—Elska...

—¡NO! —Jaemin gritó—. No me llames de esa forma hasta que me digas todo y deja de alimentarme con pedazos de información.

—Sí, hermano. —La risa de Chenle llenó la habitación, mientras lanzaba la cabeza hacia atrás con diversión—. Mejor acostúmbrate a toda la cosa de alimentación.

La cabeza de Jaemin se giró hacia Chenle tan lentamente que estaba sorprendido que no crujiera.

—¿Qué fue lo que dijiste?

—¡CHENLE! —gruñí en señal de advertencia.

—¡NO! —Jaemin levantó la mano para detenerme—. Tú mantén los labios cerrados. He tenido suficiente de ti guardando secretos, amigo. —Jaemin se giró hacia Chenle, una vez más, señalándolo con el dedo—. Tú, habla.

—Espera un minuto —respondió Chenle mientras se alejaba a la pared, su sonrisa cayó de sus labios—. No soy tu pareja. No te contestaré. ¿Qué te hace pensar que sólo puedes levantar tu pequeño dedo y lograr que haga lo que quieres?

—¿Recuerdas a tu hermano en el suelo sobre su culo, no es así?

Yo lo hacía.

Vívidamente.

Mi espalda aun me dolía.

Chenle se echó a reír.

—No me puedes amenazar con algo que realmente me va a gustar.

Bueno, yo ya estaba harto de esta mierda.

—Si quieres saber algo, necesito que me preguntes — repliqué—. Soy tu pareja, no Chenle.

Rojo dulce - NoMinDär berättelser lever. Upptäck nu