19. DURA DESPEDIDA

147 20 14
                                    

Recuerden comentar,me ayudan muchísimo🫶🏼

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

Recuerden comentar,me ayudan muchísimo🫶🏼

⊰᯽⊱┈──╌❊ - ❊╌──┈⊰᯽⊱


Me desperté con un sobresalto, sintiendo una sensación de desconcierto al darme cuenta de que los cajones del hotel estaban abiertos y mi ropa ya no estaba en su lugar habitual.

La confusión se apoderó de mí mientras miraba a mi alrededor, tratando de entender lo que estaba sucediendo. ¿Había entrado alguien en la habitación mientras dormía? Las preguntas inundaron mi mente mientras me levantaba de la cama.

Corrí hacia el armario y abrí la puerta con ansiedad, pero mi peor temor se confirmó cuando vi que mis maletas ya no estaban allí. El pánico comenzó a burbujear dentro de mí mientras me preguntaba quién podría haber hecho algo así y por qué.

La incertidumbre me envolvía mientras me vestía apresuradamente y salía de la habitación en busca de respuestas.

Fui rápidamente hasta la sala y me encontré con mi padre,estaba parado frente a mis maletas, con una expresión desagradable en su rostro.

—¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté.

—Nos vamos de vuelta a Nueva York— contestó.

—No, no me iré—respondí con firmeza, plantando mis pies en el suelo con determinación.

—¡Te estás comportando como un niño terco!— exclamó con frustración.

Se acercó a mí con pasos pesados, su mirada estaba llena de furia.

—Nos vamos a Nueva York y te olvidarás de esa ridícula niña— gruñó—Volverás a hacer tu vida perfecta, como deberías haberlo hecho desde el principio.

Me negué una vez más, firme en no ceder ante su control.

—No me iré—dije con voz firme, mis ojos encontrando los suyos con determinación—No voy a dejar que decidas por mí lo que es mejor.

Sentí el agarre firme de mi padre en mis mejillas, sus dedos presionaban con fuerza contra mi piel.

—No te estoy preguntando— dijo con voz ruda—Te estoy obligando.

El dolor punzante en mis mejillas se mezclaba con la furia creciente dentro de mí.

Pero no podía rendirme tan fácilmente. Con un esfuerzo sobrehumano, logré liberar mi rostro de su agarre.

—No puedes obligarme a hacer algo que no quiero hacer— respondí, mis manos temblaban ligeramente por la emoción—No puedes controlar mi vida.

Mi padre ablandó su expresión, un gesto inesperado que me tomó por sorpresa.

REPUTACIÓN - Isaac ArellanesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt