6. EMBARRADOS

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Habían transcurrido varios días desde la última vez que vi a Isaac, y su ausencia había comenzado a ocupar mis pensamientos más de lo que me hubiera gustado

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Habían transcurrido varios días desde la última vez que vi a Isaac, y su ausencia había comenzado a ocupar mis pensamientos más de lo que me hubiera gustado. Me encontraba reflexionando sobre la extraña paradoja de mi situación: ¿por qué me preocupaba su ausencia si supuestamente lo detestaba y me caía mal?

Cada vez que me encontraba pensando en él, me esforzaba por recordar todas las razones por las que no me gustaba: su arrogancia, su actitud presumida, y su insistencia en hacerme sentir rara. Sin embargo, a pesar de mis esfuerzos por mantenerme alejada de él, no podía evitar que su imagen se colara en mi mente de vez en cuando.

Traté de despejar mi mente y concentrarme en otras cosas, pero cada vez que intentaba alejarlo de mis pensamientos, parecía que él regresaba con más fuerza.

Decidí tomar un respiro y salir a pasear con el auto de la abuela. Necesitaba despejar mi mente y alejarme de mis pensamientos sobre Isaac, al menos por un rato. Acomodé las llaves en mi bolsillo y salí de la casa con determinación, sintiendo el sol en mi rostro y el aire fresco acariciando mi piel.

Al subir al auto, me sentí algo liberada de las preocupaciones que me habían estado atormentando. Con la música sonando suavemente en la radio, me dejé llevar por el paisaje que se extendía frente a mí mientras conducía por las pintorescas calles de la ciudad.

Con cada kilómetro que recorría, sentía cómo la brisa revitalizaba mi espíritu y me devolvía un sentido de libertad que había estado perdiendo en medio de mis confusiones. Por un momento, me permití disfrutar del momento presente, dejando atrás mis preocupaciones y abrazando la sensación de aventura que me ofrecía el camino abierto ante mí.

Decidí estacionar en Central Park, buscando un lugar tranquilo donde poder relajarme y disfrutar del entorno natural. Apagué el motor y salí del auto, sintiendo la frescura del aire y el murmullo de la naturaleza a mi alrededor.

Caminé por los senderos del parque, dejando que mis pies me guiaran hacia donde quisieran llevarme. El verde exuberante de los árboles y el suave rumor de los arroyos me envolvían, proporcionándome un respiro de la agitación de la vida cotidiana.

Encontré un banco apartado bajo la sombra de un gran árbol y me senté, cerrando los ojos y dejando que la paz del lugar me envolviera. Por un momento, me permití simplemente ser, liberándome de las preocupaciones y permitiendo que el tranquilo ambiente del parque renovara mi espíritu.

Coloqué mis auriculares y seleccioné una lista de reproducción que había preparado previamente. La música llenó mis oídos, envolviéndome en su melodía y transportándome a otro mundo. Cerré los ojos y me dejé llevar por el ritmo, permitiendo que cada nota me llevara más lejos de mis pensamientos y preocupaciones.

Mientras la música fluía a través de mí, me sentí completamente inmersa en el momento presente, disfrutando de la belleza del lugar y dejando que la melodía me inspirara y revitalizara. Por un momento, todo lo demás desapareció y solo existía la música, el parque y yo, en perfecta armonía con el universo que me rodeaba.

REPUTACIÓN - Isaac ArellanesWhere stories live. Discover now