Capítulo 18: Cenizas

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No fue hasta volver a verse en el reflejo de su mirada que se dió cuenta cuánto lo había extrañado. Su larga presencia inanimada solo prolongó lo evidente, que era aceptar lo mucho que estaba acostumbrada a él.

Aemond esbozó una ligera sonrisa, estaba cansado y demacrado pero vivo, y eso era todo lo que importaba.

-Iré por los Maestres -dijo Danny.

Él la tomó de la muñeca y negó con la cabeza.

-Solo un momento más -dijo, reforzando su agarre-. Es casi mágico que tú rostro haya sido lo primero que ví al despertar.

Danny se acomodó a su lado y sonrió de regreso, hasta ese momento no había notado lo tensa que se encontraba. Él aflojó lentamente su agarre hasta que su mano cayó a la cama, ella sintió un calor extraño dónde antes tenía los dedos de Aemond.

-Me alegra que despertarás -dijo ella finalmente-. Lucerys te hirió, han pasado semanas.

Aemond la miró de arriba a abajo cuidadosamente.

-¿Alguien murió? -preguntó con voz seca.

El corazón de Danny latía con fuerza bajo sus sienes.

-Solo Larys Strong, lo que él quería hacer se volvió público, tu familia ha permanecido unida esperando tu recuperación.

Él asintió y permaneció en silencio lo que pareció una eternidad.

-Yo debería... -empezó a decir la khaleesi.

-Se sintió como estar en un sueño... O una pesadilla, no sé cómo llamarlo, solo había oscuridad, pero podía oírte diciéndome que no iba a morir. No sé siquiera si fue real -clavó la mirada en ella tan profundo que sentía que podía ver su alma.

-No iba a dejar que mueras -respondió ella-. No después de todo lo que hiciste.

Aemond no dejaba de mirarla, como un animal hambriento acechando a su presa.

-No te sientas culpable, no fue por tí.

-Fue por la guerra, con más razón todavía.

Sus pómulos estaban más marcados que antes, había perdido mucho peso. Se arrepintió por no haberlo tomado en cuenta antes, tal vez debió tener cuidados especiales en ese aspecto. Además, a la luz de las velas sus venas se traslucian opacas a través de la piel.

-¿Podrías dejar de hacer eso? -su pregunta fue tan repentina que la tomó por sorpresa.

-¿De qué estás hablando?

-Deja de mirarme como si fuera a morirme en cualquier momento -bramó a la defensiva-. Es molesto.

Danny mordió el interior de sus mejillas y asintió poniéndose en pie, no sabía que más decir, tenía muchas palabras en mente pero ninguna se empujaba fuera de sus labios.

-Iré por un maestres -repitió, y esta vez no hubo objeción.

No volvió a la habitación por el resto del día, en la noche Lord Tywin pidió reunirse con ella y con Missandei.

-En agradecimiento a nuestras constantes muestras de lealtad, el Consejo ha decidido otorgarnos Antlers, es un buen castillo -dijo el hombre mayor-. No es el Oeste, pero tampoco está mal, es el asentamiento más grande de las Tierras de la Corona. Tiene su propia bahía y un lago que lo conecta con la Poza de la Doncella. Tus dragones podrán estar bien ahí. Además, nos dieron una recompensa bastante grande, no seremos tan ricos como los Lannister, pero en unos años podríamos posicionarnos como una de las Casas más poderosas. Hay buena exportación marítima hacia Essos, el comercio sin duda nos dará frutos.

La Princesa Del Mañana | Daenerys x AemondWhere stories live. Discover now