La Princesa Del Mañana | Daenerys x Aemond

Capítulo 17: Sangre De Mi Sangre

Lo necesitaba. Sabía que él lo sentía, que dónde quiera que estuviera, sentía que necesitaba que fuera a su lado. Siempre había ido por ella, Drogon volvería, esperaba que fuera a tiempo.

Salió de la habitación por primera vez en semanas cuando el maestre y los expertos en veneno se fueron. Quedaban algunas horas antes del amanecer y de la inminente ejecución. Pensó que tal vez ordenarian cambiar el día solo para poder interrogarlo más, pero era casi imposible. Todo el pueblo estaría en la plaza, y Larys no haría más que usar esa extensión como un medio inútil de seguir con vida por más tiempo, tiempo que no tenían, tiempo que le estaban quitando a Aemond. Se había prometido que no dejaría que muriera.

Entró a la habitación que compartía con Missandei y su amiga estuvo visiblemente sorprendida de verla. Danny le contó a grandes rasgos lo que estaba pasando.

—Drogon vendrá, lo usaré para que Strong me diga el nombre del veneno.

—Tendrias que torturarlo —dijo Missandei.

—Lo sé —asintió nerviosamente—. Lo haré, no quería más muertes, pero Larys Strong merece morir y no dejaré que Aemond muera junto con él.

—Khaleesi, ¿Por qué de pronto te importa tanto lo que le pase? No digo que esté bien que muera, también es triste ver a Aegon sufriendo por ello a diario lo entiendo porque es su hermano, pero tú... Apenas lo conoces.

—Porque está así porque yo le dije que debíamos hacer lo que fuera por evitar la guerra y el decidió morir para lograrlo.

—Él decidió morir —repitió Missandei.

—Si de alguna forma puedo salvarlo, lo haré. No es... Él es... No quiere una guerra, no quiere que su familia se mate entre sí.

Missandei quiso decirle algo más, pero Danny no tenía tiempo de oírla. Necesitaba estar alerta, porque si Drogon no llegaba a tiempo tendría que buscar otro método. Pidió que le prepararan un baño de agua caliente, se mantuvo en la bañera hasta que el agua se enfrió.

Cuando salió encontró a Missandei vestida y peinada.

—No pensarás que te dejaré hacer esto sola —dijo la naathiense.

—Miss...

—Nada, estás demasiado nerviosa. ¿Qué clase de amiga sería si dejo que tortures a un prisionero sin mí?

Danny se vistió de prisa, peinó su cabello en una trenza simple y luego se encaminó junto a Missandei hacia las celdas negras. Encontró a Sir Erryk y a Sir Arryk afuera de las habitaciones de Tywin.

—Caballeros —saludó con cordialidad—. ¿Qué saben de Larys Strong?

—Mi Lady, solo que hoy es su ejecución —dijo Sir Erryk.

—Sé que lo han torturado durante toda la noche —dijo Sir Arryk con tono mordaz—. Fui su guardia durante algún tiempo, sea lo que sea que quieran que confiese, él no lo dirá.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de la khaleesi.

—Necesito verlo —dijo—. Es... Aemond es mi prometido, me importa mucho la información que Larys debe decir.

—Mi lady no creo que eso sea correcto, Lord Larys ha sido torturado debe entender que es muy difícil de ver —dijo Erryk.

—He visto cosas peores —replicó Danny—. Necesito que me lleven con él, soy la hija del Maestro de Monedas, díganle a los guardias que tengo algo de autoridad.

Usar el título de su falso padre era bajo, pero necesitaba que lo hagan.

Antes de tener una respuesta, hubo voces provenientes de las otras alas, algunos gritos y exclamaciones. Lord Tywin salió de su habitación alertado por el ruido, ni siquiera se sorprendió de ver a Danny y a Missandei afuera de su alcoba.