POV NIGEL
Caminaba por el pasillo con las manos en los bolsillos durante el almuerzo, fingiendo estar perdido en mis propios pensamientos. Pero la verdad era que estaba prestando atención a todo lo que sucedía a mi alrededor. Las clases alternativas que mi padre me obligaba a tomar en Londres me dieron una perfecta comprensión del japonés, aunque no quería que eso se supiera por ahora.
Shohoku era diferente de cualquier otro lugar donde hubiera estado antes. Aquí, todos parecían conocerse. Era un poco extraño para mí, acostumbrado a sitios donde la gente te daba la espalda tan rápido como te saludaba.
Entré al aula de forma discreta y sentí el aire frío que se filtraba por las ventanas mal cerradas. Un grupo de estudiantes charlaba cerca del pizarrón y otros en sus asientos, con abrigos y bufandas bien ajustadas. Había tensión en el ambiente; dos chicas, Katora y Haruko, parecían estar discutiendo, y Stella estaba con ellas, intentando ser la pacificadora. No podía oír bien, pero por la forma en que gesticulaban, no parecía una conversación amigable. Stella intentaba calmar las cosas, pero era evidente que tenía sus propios problemas. Había algo en su actitud que me recordaba a mí mismo: esa manera de mantener la compostura, aunque todo estuviera a punto de desmoronarse.
La discusión terminó y las clases comenzaron. Stella se quedó sola por un momento, mirando al suelo como si buscara respuestas. Recordé la cena donde nos presentamos y cómo me comporté como un idiota. Me dio una punzada de culpa en mi pecho. Suelo ser popular, pero estar rodeado de gente todo el tiempo me agota. Ese fue uno más, uno de tantos eventos formales a los que debía asistir constantemente y apenas recordaba lo que pasó antes del anuncio. Solo recuerdo su actitud salvaje y esta era bastante diferente a la que estaba mostrando en clase. Esta chica no era la persona irreverente que había imaginado, y parecía agotada.
Dejé de verla, pero seguí pensando en ella. Siempre he sido quien quieren que sea, incluso si eso implica ser un chico mimado y maleducado. Pero el compromiso me tomó por sorpresa. No sé qué planeaba mi padre con eso; incluso parecía que solo quería alejarme de casa. En cualquier caso, es mejor para mí.
Desde que llegué hace un par de días, las chicas no hacen más que mirarme, incluso intentan hablar conmigo en un inglés torpe. Pero después de todo lo que ha pasado, no tengo energía para socializar tanto, lo cual me vino terrible, ya que al finalizar las clases, me tocó esta costumbre de "hacer limpieza" en el aula. Los chicos intentaron explicarme con gestos cavernícolas lo que debía hacer, pero solo perdí tiempo moviendo sillas y mesas.
Al terminar, salí a fumar a la azotea, buscando un lugar escondido para hacerlo. El aire frío era cortante, el tipo de frío que te hace desear estar en casa con una manta, pero no me importaba. No es que me importara mucho la escuela o lo que se suponía que debía hacer allí. Solo quería un poco de tiempo lejos de todo el ajetreo y las expectativas de mi padre. Había tantas cosas en juego, pero realmente no me importaba lo que mi padre planeaba con todo esto. Fue mi oportunidad para sentirme libre. En casa, ni siquiera podía sacar la cámara sin que él, su esposa (una mujer joven que no tiene edad para ser mi madre), o algunos de sus lacayos chupamedias, me miraran con desaprobación. Aunque el departamento que me alcanzó para alquilar en esta ciudad no era muy agradable, era mucho mejor que esa fría mansión.
Cuando estaba por terminar mi cigarrillo, escuché una voz familiar que venía desde abajo. Era Stella, hablando con un chico, por su lenguaje corporal me atrevería a decir que probablemente era su novio. Sonreía, pero su sonrisa parecía forzada, como si intentara mantener la calma mientras todo a su interior se caía a pedazos.
¿Por qué me importaba si esta chica estaba bien o no? No era mi problema, ¿verdad? Pero ahí estaba yo, pensando en ella en lugar de preocuparme por mis propios problemas.
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Stella 🏀 *SlamDunk*
Fanfiction*No amas a alguien por su apariencia, por la ropa, o por su carro costoso, sino porque canta una canción que sólo tú escuchas* Stella ha ido y venido entre Florida y Kanagawa, pero cuando conoce al capitán de Ryonan, tiene más de una razón para qued...