—Señor Orión déjeme recomendarle darle un poco de espacio, si me permitiera—trago saliva con una sonrisa fingida— Soy un Omega, déjeme que intente resolver esto con ella estoy seguro que podemos entendernos bien—


El Alfa gruño ¿Qué se creía el doctor? El era su compañero ninguna le diría que el podía encargarse de nada con respecto a su Omega, menos solo porque pensara que compartían algún tipo de complicidad y entendimiento solo por ser Omegas.


—No. Debería retirarse—musito como advertencia mirándole de arriba a abajo.Phoebe escuchaba con atención, tal vez si Orión la dejara un rato con el hombre ella podría discutir sus opciones dejar en claro que podía hacer para resolver esa maraña de problemas que era ahora. Entonces alcanzo a levantarse con las piernas temblando y a recostar su cabeza contra la puerta.


—Por favor deja que el hable conmigo—susurro dejando a ambos callados—A solas— El orgullo de cierto hombre casi se escucho quebrarse en pedazos, sus manos se apretaron a cada lado de su cuerpo con fuerzas y sus dientes rechistaron en su boca. Aun así quería respetar a Phoebe, quería dejar la bandera blanca izada en su relación.


—Esta bien Phoebe—cedió pero sus palabras sonaron muy duras, casi como si pudiera palparse lo herido que estaba al salir de allí.


Bee no podía dejar de sentir que estaba haciendo las cosas mal, herir así a su alfa, embarazarse, alejarlo dios le palpitaba la cabeza, solo podía reír amargamente con el pensamiento de que dios tal vez podría regalarle un par de días de tranquilidad para variar.


—Tranquila, ¿quieres abrirme la puerta o prefieres que me quede de este lado?— le pregunto el doctor con cuidado, estaba palpando terreno y tratando de abordarla suavemente.


Bee trago saliva y tomo sus manos juntándola, tratando de calentar lo heladas que estaban—Esta bien si te quedas allí, yo...bueno, necesito tiempo—


Gerard se recostó en la puerta, en lo que los dividía en ese instante con resignación.—Entiendo, la noticia debe ser muy complicada. ¿Es que acaso no deseas una familia con tu pareja?— la curiosidad por saber si el la maltrataba, el porque su Omega no querría cargar con los cachorros de su supuesto destinado a menos, claro que este no lo fuera.


Bee sintió la opresión en sus instintos, su yo animal casi rugiendo que aclarara eso—No es que no lo desee, cada fibra de mi cuerpo corresponde, se mueve y orbita para Orión. Es solo que no tuve madre, no tuve amigos, ni siquiera se me permitía acercarme a los cachorros de la manada—confesó hecha lagrimas— ¿Cómo voy a ofrecerle el amor que nunca conocí? Además, no hice nada con mi vida. Trabajo ahora en la fundación pero no tengo estudios como tú, tampoco soy un general de guerra como Orión, no se sobre cosas como medicina como Baharí. Simplemente soy yo— Y eso no parecía ser suficiente.


Gerard quedo acojonado, quería decirle que esas cosas no eran su culpa pero sabia que decirlo no haría ninguna diferencia— Un hijo no te va a impedir hacer nada de esas cosas, si de verdad quieres superarte lo harás con cualquier cosa a cuestas, además—suspiro mirando por donde se había perdido el pelinegro— Jamás había visto a un alfa reaccionar tan bien a un rechazo, quizá este dispuesto a ayudar—

Un zorro para un loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora