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   Dos semana habían pasado después de lo sucedido con Lauren, necesitaba hablar con ella y disculparme por lo que le dije, me dejé llevar por la rabia o los celos. Da igual, Lauren no me hablaba cuando estaba en casa y cuando era la hora de la cena que podíamos coincidir, comíamos en cuartos diferentes, me había acostumbrado demasiado rápido, hablar de nuestro día, hacer cosas en conjunto, ella lavaba los trastes, yo los secaba, cosas sencillas pero no sé, en algún punto significativas para mí. 

   Shawn ni siquiera me había llamado, sabía que él no era ningún ángel de Dios y ya tendría otra chica, lo cual no me molestaba, yo también estaba tratando de llamar la atención de una, y la perdí por mi manera egoísta de actuar.

  No tuve que ir al estudio y estuve en el cuarto todo el día, leyendo, viendo mis redes, durmiendo más que todo, no tenía ánimos de hacer nada. Lauren se había marchado en la mañana, sabía que cuando ella llegara, hoy era el día que tenía que hablarle. 

   Después de algunas horas ya estaba oscureciendo, escuché la puerta principal cerrarse, respiré hondo y me dije...

Orgullo adiós.  

   Bajé las escaleras y la busqué, estaba en la cocina dejando algunas cosas que había comprado, hablé.

—Hola Lauren. —Dejó lo que estaba haciendo y se volteó a mirarme, su semblante estaba relajado, pero mirándome fijamente, no sabía que decirle, estaba atrapada en mis propios pensamientos sin saber siquiera como hablarle.

—Hola Camila. —Agarré aire y arreglé un poco mi cabello.

—Es para disculparme por la situación del otro día. —Liberando todo mientras exhalaba todo el aire que tomé.

—Bien, ya no importa —Se giró y siguió en lo suyo, tenía que decir o hacer algo más, no podía dejar la conversación que ya había comenzado.

—Me preguntaba si querías ir a ver mi presentación el jueves a las ocho de la noche en el estudio, será en la parte de la sala de conciertos. —Esperé unos segundos y no contestó. —Aquí tienes la entrada. —La dejé en la isla de la cocina, pero seguía sin respuesta, mis ojos se cristalizaron un poco y sollocé. Me dirigí de nuevo a mi cuarto.

[...]

   Ya faltaba un día y seguía sin hablarme, solo me decía lo necesario.

  Cuando llegó el día, me fui temprano al estudio para los últimos ensayos y preparar todo, tenía mi cabeza en lo que haría dentro de unos minutos, pero mi corazón aún estaba muy pequeño por todo lo que pasaba con Lauren, mil y un veces no dejaba de culparme.

  Llegó la hora y todo salió a la perfección, en todo el acto estuve pendiente del público y el asiento que había guardado para ella se quedo vacío, con eso me dio a demostrar de que de verdad estaba dolida, sé y entendía muy bien que solo eramos amigas, algo que yo no quería, y ya estaba segura de ello.

   Me fui a los vestuarios, me cambié y arreglé todo en mi bolso, para mala suerte mi carro se descompuso hace unos días, tenía que caminar a casa en medio de la noche, no me quedaba muy lejos de todas maneras, todas mis compañeras fueron a celebrar, les regalaban flores, algo que me hizo acordarme de Lauren inmediatamente, al salir del estudio empecé mi camino a casa. No había avanzado tanto cuando escuché una dulce y rasposa voz, que hizo que mi corazón comenzara a bombear sangre fuera de tiempo.

—Estuviste asombrosa, pero te falta algo. —Al girarme, estaba ella allí con un gran ramo de flores, sonreímos mutuamente y corrí abrazarla.

—Pensé que no habías venido —Respondió a mi abrazo.

—Te dije que iría a todas tus presentaciones, es mágico verte bailar y nunca me perdería esa magia. —Nos separamos y sus ojos brillaban igual que los míos.

—¿Estamos bien verdad? Dime que sí. —Frunció sus labios, colocó sus brazos alrededor de mi cuello y caminamos de vuelta al estudio.

—Olvidemos eso, ¿ok? —Abrió la puerta del lugar. —Acepto que mi actitud tampoco fue la mejor, y ahora soy yo la que se disculpa. 

—No pasa nada, olvidado. —Sonreí —¿Para que regresamos? Ya no hay nadie,  tendremos problemas si nos encuentran. —Me tomó de la mano y entramos.

—Quiero que me enseñes a bailar como lo hiciste hoy, ademas acabas de decir que no hay nadie, ¿como nos meteremos en problemas? —Sonreí. —Me dijiste que lo harías. —Asentí con una sonrisa.

—Lauren no es tan fácil hacer ballet, pero te puedo enseñar algo de contemporáneo —Dejé mis cosas y las hermosas flores aun lado, ella se quitó su chaqueta y sus zapatos. —Nos paramos sobre el piso de parqué en frente del gran espejo que cubría todo el espacio.

—Bien, ¿que me enseñaras? —Me paré en frente de ella pero de espaldas, sentí su respiración en mi cuello, respiré hondo.

—Vas a tener que agarrarme de la cintura con tu mano izquierda, y con la derecha sujetarás la mía, daremos unos cuantos pasos hacia la derecha, ¿me captas? Este baile es muy lento, solo tenemos que dejarnos llevar —Asintió —Colocaré la música, fui al radio y empezó a sonar Work Song de Hozier, sonrió.

—Es una buena canción —Me dirigía hacia ella de nuevo.

—Lo sé —Me coloqué en mi posición inicial, y dejamos que el ritmo de la música nos llevara por todo el lugar, Lauren si sabía bailar, me engañó, pudo ser tan apasionada como yo al bailar, nuestros cuerpos se movían a la perfección, me cargaba en sus brazos y me elevaba mientras dábamos vueltas, me bajaba cerca de su rostro y ya empezábamos a sudar, agarraba su rostro y lo acercaba a mis labios, pero ella jugaba sucio y hacía un movimiento para alejarse, su manera de sujetarme por la cintura era única, al tirarme lejos corría hacia ella y volvía a tenerme entre sus brazos. 

   Este momento era tan perfecto que solo era de nosotras, sabía que nunca encontraría a nadie como Lauren, tenía que llegar a sus labios ésta noche porque sé que ella siente lo mismo, en un paso pude quedar cerca y mis labios se acercaron, cuando iba a besarla, percibí que tenía tantas ganas como yo de hacerlo. Un idiota, guardia de seguridad entró gritando un montón de cosas, tuvimos que salir corriendo para que no nos vieran.

*****

Mi hogar es Contigo | CAMRENWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu