Capítulo 3

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Lunes... 8 de la mañana... Los pájaros cantaban y las personas continuaban o comenzaban sus rutinas diarias, sin embargo... Había un joven de cabello blanco que no estaba del todo feliz por despertar, sobretodo por el estado en el que se encontraba después del ataque que había realizado la noche anterior

Tn: No quiero ir... Pero no tengo opción...

El albino con mucho cuidado se quitó su "traje" para después ponerse unos shorts azules y una playera blanca y salir de su habitación con su toalla en mano asegurándose de ocultar los vendajes que Selina le había puesto... Después de bañarse, cambiarse las vendas y vestirse, Tn tomó asiento en una de las sillas del comedor donde Marinette, Sabine y su madre lo esperaban

Tm: Buenos días dormilón

Sabine/Marinette: Buenos días Tn 

Tn: Buenos días mamá, buenos señora Sabine, buenos días Marinette, ¿Descansaron bien?

Tm: Descansé como nunca, a diferencia de cierto jovencito que se nota a leguas que no durmió bien

Las palabras de su madre hicieron que Tn comenzara a reírse nerviosamente ya que el albino tenía unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos, señal de cansancio y falta de sueño

Tn: U-Últimamente no he podido dormir bien, y no te he querido despertar para no causarte molestia, además que tienes el sueño "algo" pesado

Tm: Yo no tengo el sueño pesado, lo que pasa es que yo SÍ sé dormir bien

Tn: Jaja está bien

El chico de cabello blanco comenzó a degustar de su desayuno mientras escuchaba la charla de las tres mujeres que estaban con él... El albino y la peliazul, después de comer y lavarse los dientes, tomaron sus mochilas para irse a la escuela, no sin antes despedirse de su madre

Tn: Ya me voy mamá, volvemos más tarde

Tm: Está bien hijo, cuídense mucho

Tn: Si mamá

Sabine: Cuídate mucho hija, espera a Tn para que regresen juntos

Marinette: Jeje si mamá, no volveré a dejarlo sólo

Sabine: Eso espero hija, Tn

Tn: ¿Si?

Sabine: Cuida de Marinette, por favor

Tn: Claro señora Cheng, confíe en mí

Así el albino y la peliazul abandonaron el lugar... Al bajar las escaleras los jóvenes se encontrarían con el padre de Marinette quien estaba poniendo un par de moldes dentro de un horno, al notar la presencia de su hija y el albino, Tom no pudo evitar formar una sonrisa de total alegría

Tom: ¿Ya es hora de ir a la escuela?

Marinette: Si papá, ya no quiero seguir llegando tarde

Tom: Eso es bueno hija, sabía que estar cerca de Tn te traería cosas buenas 

Marinette: Lo único que faltaría es que me ayude con mi torpeza, pero eso sería imposible

Tn: Tampoco exageres, tarde o temprano esa torpeza desaparecerá

Marinette: ¡¿En serio?!

Tn: Claro, solo es cuestión de tiempo

Tom: Bueno tortolitos, no quiero interrumpirlos, pero si no lo hago llegarán tarde a la escuela

Tn: Tiene razón señor Dupain, vámonos Marinette

El albino tomó de la mano a la peliazul para llevarla a la escuela provocándole un pequeño sonrojo

Un Antihéroe en París Where stories live. Discover now