15 «ODIAR»

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He tenido tiempo suficiente para reflexionar algunas cosas desde que Darío se fue

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He tenido tiempo suficiente para reflexionar algunas cosas desde que Darío se fue. No quiero salir y encontrármelo, porque es cierto que pensé cosas terribles de él cuando eran solo imaginaciones mías y ahora lo sabe todo y bastó solo una imagen para hacerme quedar expuesta; sin embargo, aun con lo irritante que debió ser, no demostró cuan enojado pudo estar.

Hace un rato que nos han dejado las maletas frente a las habitaciones, así que cuando llaman a la puerta de nuevo, no puede ser otra persona más que él. Me sorprende la rapidez con la que salto de la cama y abro.

—¡Darío, de verdad lo siento!

Pero frente a mí solo hay vacío y al bajar la mirada, no es su rostro sino el de Tatiana el que me observa extrañado.

—¿Llego en mal momento?

Me acomodo el cabello en un gesto nervioso y me hago a un lado para dejarla pasar. Trae consigo la maleta con sus pertenencias y la deja apoyada junto a la mía; de su cuello pende la foto de su credencial y otra del hotel rotulada con «Logística».

—¿Hay una para mí?

Niega con la cabeza y repite:

—¿Llego en mal momento? —Mira a su espalda, donde Darío acaba de aparecer para recoger sus pertenencias, que esperaban todavía en el pasillo. Él pasa la vista por encima de Tatiana, pero clava sus ojos en mí y una sonrisa comienza a expandirse en su rostro.

—¡No, para nada! —Y tiro de ella para encerrarnos en el cuarto en el que me he atrincherado toda esta hora.

Doy un portazo. Tatiana se sienta a mi lado en la cama y se muerde los carrillos. Se ha cambiado de ropa y ahora viste un uniforme que tiene bordado las iniciales del hotel en una manga.

—Nos pidieron que las habitaciones fueran compartidas para darle espacio a los invitados. ¿Puedo quedarme contigo?

—Por supuesto, estoy sola. ¿Y la persona con la que te fuiste en el viaje?

—Creo que está en una aventura con alguien porque los vi escabullirse por ahí. Da igual. —Traga saliva y aclara la voz—. No quiero ser entrometida, pero ¿cómo han ido las cosas con... tu novio? Me enteré de algo de lo que pasó fuera del edificio.

—Ya terminé con él —digo. Aquellas palabras son reales hace poco más de un día pero se sienten lejanas. Tatiana asiente en gesto comprensivo. Recuerdo que tengo un asunto pendiente por hablar con Gabriela y descifrar los retazos de mi mente respecto a Ilán—. Quisiera decir que con eso acabó todo.

—Esther. —Me hace verla—. ¿Tú odias a Darío?

¿Lo odio?

Analizo en silencio el vuelco que da mi corazón al oír su pregunta; como si lo rechazara, el estómago se me aprieta y un cosquilleo se apodera de mis manos. No puedo odiarlo. Es... una amenaza, o eso he pensado desde que supe que trabajaríamos juntos, pero los últimos días han sido eternos y he recibido su ayuda en numerosas situaciones.

Voz, radio y (des)amor #ONC2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora