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Si existiera una manera de poder expresar todo lo que Satoru estaba provocando en su cuerpo y alma, no dudaría en hacerlo para demostrar su inmenso amor.

Se estremecía con cada ligera caricia en sus muslos y espalda baja, su barbilla reposando sobre el hombro de Gojo, chocando el lóbulo de su oreja con su respiración pesada y cálida.

Se aferraba a la espalda del albino aún encima suyo, sus miembros rozando en un tortuoso vaivén.

—S-satoru, ese punto...

Apretaba sus dientes con fuerza tratando de resistir el mar de gemidos que quería salir de su boca.

El mayor sonreía con picardía mientras aumentaba la velocidad de las fuertes embestidas con sus dedos dentro del cálido interior del pelinegro.

Podía sentir cómo su entrada se contraía con cada ligero estímulo, los temblores en todo su cuerpo y sus suaves gemidos tan cerca de su oído. Era el mayor deleite que podría sentir, solo aumentaba su deseo de querer tomarlo por completo.

—Satoru...

Suguru se alejó apoyándose en los hombros del contrario para poder mirarlo a los ojos.

Se inclinó para unir sus labios con necesidad, entrelazando al instante sus lenguas en un pasional beso.

Su mano descendió hasta sus miembros, los tomó con fuerza y comenzó a frotarlos, logrando sacarle un sonoro gemido a su prometido.

Se separó del húmedo beso con un chasquido, un delgado hilo de saliva aún unía sus calientes lenguas.

Geto recorrió con ambas manos desde el cuello del albino hasta su pelvis, acariciando sus bíceps y abdomen.

Se acomodó delante de la zona estirando su mano hasta tomar su miembro con firmeza y bombearlo con lentitud.

Satoru se apoyó sobre sus brazos para no caer y tener una buena vista de cada acción del menor.

—¿Podrías sostenerme el cabello, querido?

—¿Querido?, ¿estás ansioso por ser esposos, no?

Suguru estrujó el miembro del chico con su ceño levemente fruncido —hazlo.

Gojo recogió con una de sus manos cada hebra del cabello azabache, ver los morados orbes de Suguru mirando sus atributos de manera tan deseosa lo volvía loco.

Suguru se inclinó un poco más, sacó su lengua y lamió desde la base del miembro hasta la punta.

Gemidos roncos salieron del albino al instante, quien apretó su agarre en el largo cabello del menor.

Este capturó la rojiza e hinchada punta con sus labios. Satoru mordió su labio con fuerza, podía sentir su lengua recorrer cada parte de su miembro.

Suguru se separó mirándolo a los ojos en todo momento, atento a sus reacciones. Repartió besos y lamidas por toda la extensión humedeciéndola por completo.

Abrió su boca aún más para poder llegar más profundo. Cerró sus ojos con fuerza concentrándose en soportar el gran tamaño.

—Te ves tan precioso, totalmente mío...

Suguru aferró ambas manos a los muslos del mayor para introducir todo su miembro dentro de su boca.

—Carajo, S-suguru. —Exclamó entre gemidos y una risa llena de satisfacción.

Suguru ahuecó sus mejillas moviendo su cabeza de atrás hacia adelante de manera lenta, acariciando la extensión con su lengua y chupándola con sus rojizos e hinchados labios brillantes.

BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin