◖7◗ No acuario = Pogo triste.

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-No puedo creer que aunque tengamos casi diecinueve años nos sigan exigiendo que nuestros padres firmen mierdas- reclamaba mientras caminaba con sus amigos hacia comisaría para buscar a su padre -no toman en cuenta que a algunos no les importamos una mierda a nuestros padres-. Al llegar a comisaría entraron a la recepción en búsqueda de algún agente. A penas entraron, Isidoro se fué a ligar con una agente y Filadelfo comenzó escudriñar la comisaría en la cual trabajaría en un futuro no muy lejano.

Cada uno se fué por su lado. Gustabo buscó el número de Conway y lo llamó "𝘚𝘰𝘺 𝘦𝘭 𝘚𝘶𝘱𝘦𝘳𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘯𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘰𝘯𝘪𝘣𝘭𝘦" sonó el tono indicando el inicio para dejar un menasaje en el buzón de voz -viejo cabrón- dejó su celular en el suelo mientras se sentaba a un lado al inicio de las escaleras.
Sus amigos seguían cada uno en lo suyo, Isidoro ligando con distintas agentes y Filadelfo a su lado hablando con una de ellas "par de planchabragas de mierda" -sí... Pero no son malas personas- "mmh Pogo opina igual, son tontos pero cuidan a Gustabo" -son los únicos a los que les importamos- "y al señor Freddy también" -... Esperó que así sea-

Gustabo a veces dudaba de todos los que lo rodeaban. Al no sentirse merecedor de amor, le costaba entender que existía gente que lo quería. Le costaba entender que Freddy, sus amigos e inclusive su familia disfuncional le apreciaban, de lo único que estaba seguro, era de que Pogo lo adoraba y al menos eso lo había ayudado a seguir en pie desde que fue consciente de su existencia.

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Dos disparos y cayó al suelo de rodillas presionando sus manos en el mismo, soltó un quejido seguido de insultos varios, el perpetrador de acerco a el herido y lo cargó en su hombro como si de un ciervo herido se tratase -en qué estabas pensando neno, como si no me conocieras- caminó hacia el coche K, abrió la puerta trasera y lanzó al viejo herido, sin ningún cuidado en los asientos traseros para luego cerrar la puerta; se adentró en el lugar del piloto y encendió el motor para partir rumbo al hospital.

Mientras se dirigían al hospital a una velocidad moderada, tirando a lenta, él de atrás habló -eres un gilipollas, yo lo hice con buena intención, nunca te he visto más feliz que cuando estabas con ella- soltó un gruñido de dolor mientras se apretaba las heridas en un intento de parar la no tan grave hemorragia -igual te la morreaste hasta quedar sin ganas- cuando rió el auto frenó.

Freddy, el conductor, se sacó sus lentes para pasar sus manos por su cara y cabello intentando calmar su vergüenza al recordar la estupidez que había hecho el día anterior; volvió a poner las gafas en su lugar y se giró hacia el idiota que tenía por amigo -parece que el auto se podría quedar sin gasolina neno, si no te callas, claro- sonrió enojado viendo como su amigo hacía el gesto de cerrar su boca con un cierre imaginario, indicando que no volvería a hablar, suspiro y volvió a su lugar.

-No negaste que te gustó morrearte a la chica- volvió a hablar.

El Comisario abrió la puerta del vehículo bajandose de el y caminando lejos del mismo, ignorando los gritos del Superintendente.

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-No me entra en la cabeza como ustedes son los altos cargos de la ciudad- la doctora los había acompañado hacia comisaría, solo para enterarse del chisme, con la excusa de querer ver a su esposo -aunque sí entiendo a Freddy, yo también te habría metido dos balas en las piernas por eso. ¿Cómo se te ocurre hacer esa estupidez, Conway? -

-Solo hice lo que me gustaría que hicieran por mí-

-SÍ PAVO, PORQUE TÚ ERES UN TRANSTORNADO QUE NO SUELTA A SU EX ESPOSA- gritó alterandose nuevamente -que tú no logres superar y dejar tranquila a esa pobre mujer, no significa que los demás seamos igual, gilipollas- se encontraban a un par de metros de las escaleras de comisaría.

◖Vínculo Prohibido◗ Where stories live. Discover now