42. Decepción II

64 16 23
                                    

Estoy tan triste, preocupada y desahuciada conmigo, con mi vida, con Blake, con todo. Debería estar bien, disfrutando mis mejores años de adolescencia, pero nada de eso sucede.

No estoy loca. Ya he comprobado que soy una mujer lobo, que tal vez no soy la única y que hay personas, como las de la reserva, que tienen conocimiento de esto. Además, creo que sigo corriendo peligro. Puede que el mismísimo licántropo que me infectó y pasó esta maldición en enero, sea quien estuvo acechándome. Aunque tampoco pude identificar hasta ahora quién rayos es ni por qué podría estar persiguiéndome. ¿Será un alfa queriendo reclutarme a su manada o un "lobo" independiente buscando devorarme por alguna razón? Asimismo, la propia Rosemary Hanson me confirmó algo que quise intentar olvidar: los brujos son una realidad, por ende, aún tengo una cuenta pendiente con ellos. Eso es aterrador. Desconozco si son seres dignos de confianza, acaso si pertenecen al bando de los benévolos. Si tienen sed de sangre, ¿me habrán buscado por algún motivo? ¿Usaron mentiras como señuelo o de verdad quieren unirme a su aquelarre?

Al día siguiente, pretendo que las cosas sean diferentes.

Desde temprano, fracaso.

Suelo adorar los viernes, esperarlos con mucho entusiasmo. Sin embargo, tampoco disfruto de este feriado. Son las peores minivacaciones de Acción de Gracias de mi vida. ¡Y todo por Blake!

Estoy muerta de rabia y a la vez lo extraño. Todo marchaba sobre ruedas, todo venía muy bien con él. Y, de pronto, algo cambió. No quisiera que esta sea su verdadera cara; en cambio, deseo creer que algo está sucediéndole y que ese no es él. ¡Estoy segura de ello!

Durante todo este tiempo, Blake no solo ha logrado demostrar su hombría de bien ante todo mi entorno, que son mis amigos o compañeros de preparatoria, sino también ante mi madre (y eso sí que es súper complicado o, mejor dicho, una misión imposible). Él ha cambiado bastante, y para bien. Su comportamiento conmigo y con la gente en general se tornó más cálido, ni hablar del modo amistoso y educado con la que trata a todo el mundo. Blake pudo hacerme ver que, bajo ese aparente orgullo de clase con el que se movía, yacía una naturaleza más que generosa y leal.

No obstante, ahora mismo, no puedo dejar de preguntarme dónde ha quedado eso. Yo estoy aquí, destruida, tirada en la cama todo el día, como su carta en el piso. ¿Qué estoy haciendo? No puedo permitirme esto, pienso, así que, para darme valor, decido ir a romper su carta. En consecuencia, la levanto, pero acabo guardándola en un cajón para otro momento. Es que no puedo destruirla, porque quien acabará echada abajo seré yo. Además, como si fuera poco, mamá está ofendida conmigo ya que me negué a ir de compras navideñas con ella, así que no estoy para sumar más complicaciones.

Mi único remedio hoy es lograr dormir todo el día, pienso, pero justo cuando me relajo, en medio de este sepulcral silencio, el teléfono suena.

De inmediato, salto de la cama todo alterada.

—¿Hola? —digo, con el corazón en la boca.

Pero no oigo respuesta.

—¿Hola...? —insisto.

A los segundos, por fin escucho una voz.

—Hola, Elle.

Es Blake. No sé qué querrá, no sé qué decirle.

Quiero engañarme a mí misma, porque siempre caigo como una tonta. No puedo evitar, en cierto modo, alegrarme por escucharlo de nuevo.

Respiro profundo y suelto muy seca:

—Ah, hola. —No tiene que creer que todo está bien, ni que dejaré pasar lo que ayer me hizo...

—Supongo que aún debes de estar molesta.

Plenilunio: Luna del Lobo (Concluida)✔️ [+13]Where stories live. Discover now