41. Decepción

53 17 16
                                    

Cada segundo que pasa es devastador para mí. El chico de mis sueños, mi chico, está ahí, tirado, y yo tengo que actuar con la cabeza fría para no entrar en pánico ni entorpecer nada. Y me cuesta. Muchas cosas pasan por mi mente. No sé si Blake morirá, si padece alguna peste pasajera, si está hechizado o... si está sufriendo las consecuencias de una probable mordida de licántropo (yo).

Está claro: no sirvo para actuar en casos como estos, pero tendré que aprenderlo. No siempre tendré la suerte de estar rodeada de gente idónea como los chicos de la reserva, quienes atendieron a Blake de inmediato.

—Elle... ¡Pasa! —me invita a ingresar más tarde la señora Hanson a la habitación de su casa, donde se encuentra él, tras haberlo auxiliado—. Estoy segura de que le cayó mal el desayuno de esta mañana: él mismo se preparó una tonelada de tocino...

—Supongo que me alivia escuchar eso —le digo de forma genuina, pero ella se sorprende. No tiene idea de que yo pensaba en maldiciones y demás cuestiones "fantásticas".

—Bueno, los dejaré en paz. —Esboza una sonrisa incómoda y se va.

—Elle... —me habla Blake al segundo.

—Blake, ¿te encuentras bien?

—Sí, mejor. Nada de qué preocuparnos, supongo.

—Bueno, quédate tranquilo y continúa tu reposo —lo exhorto, y vuelve a dormirse.

Es tan precioso cuando duerme...

¿Quién iba a decir que yo iba a terminar así, cuidando a un muchacho cuando no sé ni valerme por mí misma? Si unos meses atrás me hubieran preguntado esto, habría dado una respuesta nada más alejada de esta realidad. Aunque no me quejo. Me creía un témpano, una egoísta, pero aquí estoy, enamorada y velando motu proprio por mi chico. Después de todo, creo que no solo los besos apasionados que nos dimos sellan mi nuevo destino, sino también estos desafíos. De hecho, esperaba atravesar situaciones como estas para confirmarlo y sentirme más segura con lo que tenga que venir.

Si hay algo que más desee en este momento es que sigamos juntos. Y por siempre. Ahora bien, lo cierto es que ni siquiera sé qué somos Blake y yo. Pienso que estoy entablando una intensa relación con él. Pero ¿es necesario alguna etiqueta? Quizás, si no ponemos un nombre a esto, él pueda irse con otra. De modo que, de repente, una idea aterriza en mi cabeza y es la siguiente: tomar la iniciativa y proponerle oficializar lo nuestro. No porque sea mujer tengo que esperar a que él lo haga...

—Blake —le digo nerviosa, y él abre los ojos.

—¿Sí?

—Disfruto cada segundo a tu lado, incluso en momentos como estos.

—Gracias, Elle. Igual yo.

—Blake...

—¿Sí?

—Tengo que decirte algo muy importante. —Empiezo a temblar, con el corazón alterado. Abro la boca otra vez y le digo—: Mejor descansa...

Blake volvió a dormirse, así que eso mitiga esta escena embarazosa.

Vaya suerte, reflexiono, y de repente:

—¡Elle! —me grita Rose con una sonrisa, al entrar—. ¡Ven a comer!

Por suerte ella no escuchó nada o eso espero. Lo importante es que trajo comida y almorzaré a solas con ella.

—Estos burritos son deliciosos —me comenta apenas vamos a la mesa.

—Oh, gracias. Seguro. Me encantarán —le digo, y sirvo Pepsi para ambas.

Plenilunio: Luna del Lobo (Concluida)✔️ [+13]Where stories live. Discover now