07

75 9 0
                                    

~Sálvame, porque no puedo tener control sobre mí

No puedo...

Chaewon ni siquiera sabía por qué estaba reaccionando así ante los dos mensajes que le llegaron a su celular.

Oculta bajo las sábanas, pasada la medianoche, sus ojos se enfocaron en los remitentes de los mensajes. Yunjin le decía que podían salir a una pista de patinaje, y Chaewon la mandó al diablo, obteniendo como respuesta enseguida un emoticón llorando. Mientras, Kazuha le invitaba a los bolos, para demostrarle sus habilidades de jugadora, y también la mandó al diablo, teniendo la misma respuesta.

No podía evitarlo, y soltó una risa suave por sus reacciones. Sin embargo, la risa se transformó en un quejido debido a su costado adolorido. Había pasado más de una semana, pero todavía esa zona seguía muy sensible por el golpe que Dongyul le dio.

El recuerdo provocó que su estómago se contrajera en nervios. El alfa parecía estar más encima de ella que nunca, así que Chaewon debía tener especial cuidado de no responder ningún mensaje a Kazuha o Yunjin que pudiera incriminarla. Lo que menos quería ahora era provocarlo, porque sabía que iba a acabar mal.

Por eso mismo, Chaewon debería ser sensata y alejarse de esas dos alfas. Debería bloquearlas de su móvil y pedirles que no se le acerquen más, que eso debía llegar hasta allí. Chaewon debería resignarse a la vida que le tocó tener, y dejar que el destino le llevara hasta su fin.

Pero no puede hacerlo. Una parte de ella, esa parte rebelde y que es soñadora, esa parte que no es monocroma, tiene esperanzas de un futuro mejor. Eso lo hacía terrible, ya que sabía que cuando la realidad la golpee, las heridas serían más profundas y dolorosas. Debería evitar el dolor.

Sin embargo, quiere pensar que Yunjin y Kazuha no le iban a provocar dolor. Su omega, esa omega temblorosa y tierna, quiere el afecto que esas alfas se ofrecían a entregarle. Chaewon las odia. Y las quiere un poquito, lo que provoca más problemas. No sólo por quererlas, sino por quererlas a las dos.

Quiere la voz grave de Yunjin contra su oído, mientras le acaricia la mejilla con esas manos enormes de firmes dedos. Chaewon quiere los labios gruesos de Kazuha en su cuello, sobre su glándula de feromonas, con ese fuerte cuerpo rodeándola. Chaewon las desea a las dos, por lo que todo es más grave aún.

Un omega no puede tener dos alfas, era irrisorio y estúpido. Los alfas son posesivos, celosos, así que van a pelearse por la atención del omega, provocando una pelea que podía terminar en resultados desastrosos. Chaewon sabía que ellas eran amigas. ¿Cómo iba a meterse en medio? Además, ¿por qué ellas iban a cortejarla?

Sí, porque sumado a todos esos problemas, estaba otro muy importante: ellas eran de clase alta, mientras que Chaewon sobrevivía apenas con lo que su madre y ella ganaban en sus trabajos. Dongyul, de vez en cuando, aparecía con algún billete, pero no más allá de eso. No es como si los matrimonios entre distintas clases estuvieran prohibidos, podían ocurrir, pero no es normal.

Lo que volvía a la pregunta: ¿por qué la cortejarían? Chaewon no les aportaría ninguna posición social buena ni negocios para su familia. Y si llegaban a cortejarla, ¿qué le iba a asegurar que sería la única de una de ellas? De sólo pensar en compartir a una, a cualquiera de las dos, con otro omega, sentía ganas de estallar en llanto.

Eso no estaba bien. Chaewon no sabía cómo, pero se estaba volviendo dependiente de ellas, y eso estaba demasiado, demasiado mal. Eso jamás tuvo que pasar en primer lugar, nunca tuvo que permitirles acercarse tanto. ¿Qué haría ahora?

Su celular volvió a vibrar en nuevos mensajes y ahora no pudo evitarlo: unas lágrimas cayeron cuando los leyó, ambas diciendo lo mismo.

"¿Estás bien, Chae?"

monocromía; hot summerzWhere stories live. Discover now