Capitulo 13.

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Ceremonia Lunar.

No sabía cómo pero ahora Ámbar se encontraba boca abajo en la cama, con su trasero levantado y con el semen de Gian escurriendo por sus muslos...

—Date la vuelta—le ordenó una vez estuvo fuera de Ámbar.

Ella se giró para mirar fijamente al chico arrodillado frente a ella, el sudor bañaba de manera sexy todo su cuerpo y su frente tenía algunos cabellos pegados. Llevó su miembro venoso y erecto hasta su entrada.

—¿Por qué estás tan callada?—inquirió el moreno con una sonrisa ladina.

Cuando Ámbar iba a hablar, Gian se introdujo dentro de su humedad sin avisar, robándole el aliento y haciendo que su espalda se arquee. Empezó a enbestirla, y aprisionó sus labios en un beso enfusibo...

Ámbar despertó con sus piernas a débiles, su cuerpo exhausto y sobre todo, con una palpitante sensación en su zona íntima.

—Lunas, era un sueño—se estrujó el rostro—.¿Cómo llegué aquí?—se sentó en la cama.

En su mente vinieron flashbacks de todo lo que hizo ayer con Gian, aunque no sabía cómo había llegado a su habitación, recordaba claramente todo lo que su cuerpo experimentó con Gian... Sobre todo lo último.

—Diosas...—levantó la delgada tela de su bata de dormir y tocó su humedad... Estaba empapado ahí abajo y solo por un sueño.

Allí se percató... No olía a sexo, y a pesar de eso, el olor de Gian estaba impregnado en ella y en toda la habitación, pero, si estaba vestida y limpia sobre su cama, eso significaba que... Gian la había bañado y vestido. ¡Diosas!, no pudo evitar imaginarse a Gian detrás de ella, acariciando con la esponjas cada parte de ella. La sangre subió a sus mejillas, al imaginarlo buscando ropa para ella... ¿Y si se aprovechó de ella?, bueno tampoco era para tanto, después de todo Ámbar sentía que le pertenecía a él y solo a él.

Aún era temprano cuando despertó, la Luna aún seguía en el Cielo o mejor dicho... ¡Las Lunas estaban en el Cielo!.

Recordó lo de la Ceremonia Lunar, dónde iba a ser presentada como mate a Dany. No puede ser, qué iba a hacer ahora, ya sus padres habían arreglado todo y en verdad, Ámbar sería incapaz de hacer quedar mal a sus padres y si lo hacía su castigo era incuestionable... Pero Asher no le prometió nada a Tomy, Ámbar recordó claramente que su madre le dijo que Asher no iba a obligar a su hijo a unirse con una chica que no quería. Por lo tanto, solo era cuestión de explicar a Dany lo que ella sentía por Gian, al fin y al cabo Dany nunca se le había acercado para platicar. Ni siquiera a saludar, lo cual era una buena señal. Decirle que compartía el Lazo con Gian, sería la razón suficiente para que Dany entendiera.

—Estoy estresada—se frotó la cara y resopló.

Y con una sonrisa estúpida en el rostro, decidió que se daría una ducha para aliviar su mente. Tomó la toalla y se dirigió al baño, cuando entró y vió su reflejo en el espejo, tuvo que parpadear un par de veces para creerlo... Sus manos habían cambiado, sus uñas eran filosas, sus orejas tomaron forma de Lobo, osea estaban sobre su cabeza y no a los lados, sus colmillos sobresalían de su boca y sus pecho... Estaban algo crecidos y ni hablar de sus caderas, piernas y glúteos.

—¡Oh por la diosa Luna!—tocó su abdomen, que tenía una ligeras marcas de dedos a sus costados.

Y no fué hasta que se colocó de lado, que se percató de que tenía una cola... ¡Blanca!.

Tragó grueso. Respiró calmadamente... ¿qué carajos le pasaba?. Y para completar la cerezita del pastel, había entrado en Celo... Otra vez.

***

Ya casi era media noche, Ámbar había pasado todo el día tratando de darse una explicación a su repentino cambio. Simplemente no entendía, pero ya se había juntado con su madre y ésta le dijo que no había problemas, que era algo normal en los Lobos y sobre todo que era una señal de que ya estaba lista para estar con un macho... Qué cosas ¿no?.

Estaba nerviosa, pero decidida a llevar a cabo su plan. Cuando las posibles futuras parejas se encuentran, las manadas le dan un cierto tiempo a solas para que se expresen, Ámbar iba a aprovechar ese momento.

Faltaban unos treinta minutos para la media noche, dónde la segunda Luna, la diosa Valnia iba a hacer acto de presencia y con ella la decisión que tomaran la pareja iba a quedar como pacto. Ámbar solo estaba vestida con unas delicadas telas de lino blanco, sus pies descalzos y su cabello suelto caía hasta la parte media de su espalda.

—Está lista señorita—anunció una chica de ojos azules y cabello gris—
—, ya puede salir al encuentro con mi hermano—se tapó la boca—. Los siento, con el joven Dany—se inclinó y se fué.

Es hermosa, su cuerpo esbelto y sus labios rojos contrastando con su pálida piel.

—Bien, es hora de entrar—dijo Linda mientras sostenía las manos de su hija—. Es el momento que hemos esperado con ansias—sonrió.

—Si...

Sin más, entró a la sala donde una cantidad pequeña de personas estaban presentes. No lo vió, pero sintió su olor, el cual se había quedado grabado en ella.

La sala tenía un círculo abierto en el techo, pilares en forma de hermosas damas sostenían las paredes y el techo, el mismo círculo se reflejaban en el suelo, donde estaba parado la silueta de Dany, envuelto desde la cintura para abajo con la misma tela que Ámbar. Sus ojos brillaban bajo el escaso reflejo de las Lunas, su cabello gris estaba desordenado y su postura era neutral.

Ámbar hizo lo que su madre la había dicho, entró al círculo y se arrodilló frente a Dany y agachó la mirada.

—Eres muy hermosa—la voz grave de Dany invadió sus oídos, que ahora podían escuchar todo—. Levanta el rostro-le ordenó.

Ámbar lo hizo, sus ojos se toparon y una corriente la recorrió el cuerpo... Lunas, era un encanto.

Dany se arrodilló frente a ella, apoyándose en una de sus rodillas.

—¿Tienes algo que decirme?—inquirió el chico—. ¿O ya puedo llamarte mi Luna?—le sostuvo la barbilla.

Ámbar tragó grueso y exhaló. Se aseguró de decirlo con la suficiente fuerza, como para que solo Dany la escuche:

—Hablemos primero—dijo nerviosa—, creo que no te corresponda y ya he encontrado a mi compañero.

Dany sonrió.

—Te entiendo—dijo acariciando los labios de Ámbar—. Pero eso me importa una mierda—su gesto cambió a uno sombrío—, tu serás mi Luna quieras o no—Ámbar quedó petrificada—. Estoy dispuesto a hacerte cambiar de opinión cueste lo que cueste—se levantó—. La ceremonia puede comenzar—dijo a toda voz—, mi amada y yo, hemos decidido que no retrasaremos nuestra ceremonia de apareamiento—sus ojos azules se tornaron oscuro al ver a Ámbar—. Será con la llegada de la tercera Luna, o... Podría ser en dos días.

Si has llegado hasta aquí, no olvides dejar tu voto y seguirme.

El Celo de Una Luna ✅Completa✅Where stories live. Discover now