El gran salón de ceremonias de la Academia estaba adornado con pancartas y efigies, lleno de dignatarios, maestros y familias orgullosas reunidas para el prestigioso evento. Coriolanus Snow estaba de pie en medio de la multitud, con una sonrisa engreída adornando sus labios mientras Dean Highbottom subía al escenario.
La voz de Dean Highbottom resonó por el pasillo, con un tono de admiración a regañadientes mientras se dirigía a Coriolanus. "Por su dedicación excepcional, perspicacia estratégica y compromiso inquebrantable con el éxito de los Décimos Juegos del Hambre, le entregó a Coriolanus Snow el Premio Dean Highbottom y el raro privilegio de graduarse anticipadamente de la Academia".
Coriolanus enderezó su postura, una sonrisa astuta apareció en sus labios mientras se encontraba con la mirada del decano. Había esperado durante mucho tiempo este momento, una oportunidad de escapar de las garras de la desdeñosa supervisión de Highbottom.
Mientras se acercaba al escenario para recibir el premio, la mirada gélida del decano lo atravesó. "Felicitaciones, Sr. Snow".
"Gracias, Dean Highbottom", respondió Coriolanus, su sonrisa ampliándose ligeramente. "Estoy agradecido por la oportunidad de sobresalir, aunque me atrevo a decir que no extrañaré mucho la Academia".
La expresión del decano se tensó, una mirada fugaz traicionó su desdén antes de que se recompusiera. "Su partida será sin duda un alivio para algunos."
Coriolanus aceptó el premio con una actitud fría, saboreando la victoria momentánea sobre las opiniones despectivas del Decano. Mientras salía del escenario, una sensación de triunfo bailaba en sus ojos.
Para su sorpresa, vio a su prima Tigris con otras dos mujeres, Lysistrata Vickers y Lucy Gray Ravinstill.
"¡Coriolanus! ¡Felicitaciones!" Exclamó Tigris, sonriendo mientras se acercaba, seguida de cerca por Lucy Gray.
Coriolano sonrió. "Tigris, gracias por venir. Y Lucy Gray, qué agradable sorpresa".
El rostro de Lucy Gray se iluminó con un deleite casi infantil cuando se acercó, incapaz de ocultar su placer por encontrarse con Coriolanus. "¡Felicidades!"
"Gracias, Lucy Gray", sonrió, deleitándose con la atención que ella le estaba prestando.
Estaba a punto de decir más pero sintió una mano pesada posarse sobre su hombro. Sorprendida, se volvió y encontró a su padre, el presidente Ravinstill, de pie junto a ella, con expresión ilegible.
"Lucy Gray, querida", dijo. "Me temo que es hora de que nos vayamos".
El corazón de Lucy Gray se hundió al darse cuenta de que su oportunidad de hablar con Coriolanus se había visto truncada. Ella lo miró y le ofreció una sonrisa fugaz antes de volverse hacia su padre.
"Por supuesto, padre", su sonrisa desapareció. "Te veré más tarde, Coriolanus."
Coriolanus asintió, su expresión era una máscara de compostura mientras se despedía cortésmente del presidente. "Fue un placer volver a verlo, señor presidente".
El presidente Ravinstill devolvió el gesto asintiendo antes de guiar suavemente a Lucy Gray lejos de la multitud. Mientras regresaban al palacio presidencial, Lucy Gray no podía deshacerse del sentimiento de anhelo que le atenazaba el corazón.
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Unos minutos más tarde, en el estacionamiento de la Academia, Lysistrata sintió un nudo en el estómago al ver la expresión severa de su tío. Intercambió una mirada preocupada con Lucy Gray antes de acercarse y caminar a su lado.
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Daughter of Song and War
FanficLucy Gray Baird a veces se sentía a la deriva en medio del reconfortante abrazo de Covey. Observó su reflejo en el pequeño y desgastado espejo que adornaba la pared, y su mirada recorrió los rasgos que parecían distinguirla. Recordó a sus padres, co...
