👑 Capítulo: 36⚔️

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Al mismos tiempo en Infernia

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Al mismos tiempo en Infernia

Alfaget

La primera vez que la vi, sentí que ya la conocía, había escuchado hablar tanto de ella que era imposible no imaginarme cómo sería su voz, su forma de caminar, como ladería un poco la cabeza cuando quería evitar responder una pregunta; desde su llegada a nuestro mundo ella era de lo que más se hablaba, entre susurros, con críticas y reproches que no llegaban nunca a ser pronunciados en voz alta.

La orgullosa raza de los demonios ahora tenía una princesa mitad humana. A puertas cerradas se hablaba de ella como una debilidad, algo que debía ser erradicado. Pero decir aquello en público implicaba el mayor acto de traición. Nadie estaba dispuesto a decirle eso al rey para luego morir de una forma muy estúpida.

Mis padres pensaban un poco diferente, si ya existía una princesa, aunque fuera mitad humana, sería mejor conseguir una forma de utilizarla que desecharla ¿Eran traidores por pensar de esa forma?. Me lo pregunte en innumerables ocasiones.

Pero no me opuse cuando de entre todos mis hermanos fue el designado para acercarme a ella, tenía que ser útil de alguna forma a los propósitos de mi familia. Mi tarea era sencilla, una vez me acercara a ella debía reportar a mi familia todos los movimientos de la princesa y encontrar sus debilidades.

Aún era joven pero sabía algo de los movimientos políticos de nuestro reino y las pretensiones de mis padres, a quienes era conveniente acercarse y a quienes no...

Volviendo al día que la conocí, debo reconocer que me decepcioné un poco, por la forma en que se hablaba de ella había imaginado que como mínimo era un ser deforme. 

Pero ella era una criatura magnífica, de ojos y cabello como la obsidiana que contrastaba de sobremanera con un tono de piel muy blanco y pálido. Si ella no era la criatura más hermosa que había visto en mi vida, se asemejaba bastante.

Pensé que por cosas del destino seríamos compañeros en la academia, pero pronto me di cuenta que tal cosa como el destino no existía. Fue obra de mis padres moviendo algunos hilos, no tardaron en restregarme en cara lo afortunado que era por tener unos padres como ellos que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para darle las mejores oportunidades a sus hijos.

—Te hemos puesto en el lugar más cercano que se puede estar de la bastarda del Rey, esperamos de ti que sepas aprovechar esta oportunidad —me había dicho más tarde esa misma noche mi madre.

¿La oportunidad?

¿Cuáles eran mis oportunidades en este mundo?

Había nacido como el menor de 7 hermanos, con una diferencia de edad abismal, no era ni el más fuerte, ni el mal inteligente y ni siquiera el más atractivo.

Mientras este mundo continuará de esta manera, inerte, estancado; yo no tenía oportunidades, necesitaba un terremoto que lo cambiará todo, algo que pusiera en movimiento este mundo, un incendio que lo consumiera todo, solo así podría tener alguna oportunidad.

Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora