💀 Capítulo: 27👑

20 6 0
                                    

Narra Gemma

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Narra Gemma

"Un día hermoso", sí, cuando dicen esa frase, se deben referir a un día como hoy, el azul del cielo bañándolo todo, exiguos rayos del sol que no llega a ser molestos, las hojas de los árboles en una quietud imperturbable, el aroma a rocío y a tierra mojada en el aire y el canto de avecillas furtivas que se esconden incluso a mi ávida mirada.

De camino al instituto al que por primera vez voy más temprano de lo usual me doy el tiempo de observar las cosas desde otra perspectiva y creo observar este mundo con ojos renovados, como quien observa algo por primera vez.

El ruido molesto de las personas y el putrefacto hedor a combustible parece haberse aplacado, me está dando una especie de tregua y mi codicia solo quiere más de esto.

Llego al instituto Saint Virmar y me doy el tiempo de recorrer el establecimiento casi vacío ¿Que tal si cuando encuentre al Rey Garel pudiera quedarme con esta vida?. Me doy el tiempo de imaginar cómo sería y contrario a mi reacción inicial al llegar aquí, ahora no me parece algo tan horrible.

Mi madre me dio un nombre humano, dinero humano y su esperanza de que yo pudiera ser feliz viviendo esta vida. ¿Qué tal si tomo esa esperanza y la vuelvo mía?

Al parecer soy un monstruo con corazón humano, sonrío al vacío salón de clases, soy la primera en llegar.

Al mediodía, voy junto a Jilian a la cafetería del instituto, la joven humana de carácter tranquilo y relajado, ríe con facilidad de sus propios chistes aunque yo no los puedo entender, me recomienda los mejores menús de la cafetería y como a mi lado todos los días; a pesar de su delgadez natural come como un soldado de Infernia.

Al principio somos solo nosotras dos en la mesa, pero pronto estamos rodeadas de más personas de las que caben de forma holgada, a pesar que apenas le dirijo la palabra, insisten en que son mis amigos. A estas alturas no sé si se sienten atraídas como polillas a la luz por Jilian o por mí; supongo que a ambas pero tampoco es que me importé demasiado. Los dejo ser, los dejo hablar, a veces incluso soy amable y finjo estar escuchando.

Jilian y yo nos despedimos al final de la jornada después de que tuve que rechazar por quinta vez su invitación al centro comercial. No porque no sintiera curiosidad de que se podía sentir el tener algo de compañía para ir de compras, es posible que nos estemos volviendo amigas, amigas de verdad, el tipo de amigas que salen juntas y hacen cosas. La idea no me disgusta.

Pero puedo permitirme perderme en mi ensoñación sólo hasta cierto punto, solo hasta el punto de fantasear con la posibilidad.

Encamino mis pasos en dirección a donde siento a David, dejándome guiar por ese hilo dorado invisible e intangible que flota entre nosotros. No está tan lejos, en menos de 20 minutos estoy frente a la Universidad de Virmar del Este.

Hay muchas personas caminando en todas direcciones diferentes, ralentizó mi paso y camino con la torpeza propia del ser humano, para pasar desapercibida, rodeo el edificio hasta llegar a la parte de atrás donde mesas y bancas de concreto reposaban al cobijo de grandes árboles de troncos espinosos. En unas de las bancas está sentado David, encorvado con su mirada clavada en un libro y sus rizos sueltos, agitándose levemente sobre su rostro.

Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]Where stories live. Discover now