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Hogar del Teniente Coronel, 7 de abril de 1908 .

<<Alquimia; la ciencia de entender la estructura de las substancias, descomponerla y solamente entonces volver a reconstruirla como algo nuevo. Inclusive puede convertir mina de carbón en oro. Aún así, la alquimia es una ciencia, y como tal, debe seguir las reglas puestas por la naturaleza: Para crear, algo de igual valor tiene que perderse. Este es el principio del intercambio equivalente.>>

Una niña pelirroja dejó el libro encima de la mesa que tenía en frente, hecha de madera de cárcamo, así dejándole ver a un militar de complexión atlética, con cabello negro que levemente le caía sobre los ojos, que eran del mismo color.

- Podrías dejar de estudiar aunque sea un día, ¿Sabes? - Habló Roy con una sonrisa un tanto burlesca en el rostro. - Si no miras arriba de esos libros te quedarás sin vista, y dudo que eso sea plausible dadas tus circunstancias, bueno, aunque tampoco es que puedas reprochar mucho.- Él sacudió el pelo a la menor en forma de afecto, recibiendo así como respuesta una mirada molesta.

Hace un mes, Roy acogió a la hija de su difunta compañera de escuadrón, Ilse Köhler, quien se encontraba en el salón de la casa estudiando para el título de alquimista estatal. Por otro lado, Roy se dedicaba a hacer la cena con las pocas comodidades que el apartamento que rentó hace tiempo tenía, aunque no era el mejor cocinero, intentaba darle lo mejor que podía para poder hacer a la pequeña un poco más feliz en su miseria.

- Tu padre le dejó una carta a la teniente, si vas mañana a desayunar con ella a la cafetería de los Mayer te la dará.- Le dijo con la esperanza de convencer a la pelirroja de al menos salir un momento a pasar el rato, debido a que ella no había salido desde que se instauró en su casa.

Un apartamento pequeño y con lo justo para que una persona que no pasa mucho por casa viva, así era el hogar del coronel Roy Mustang, quien se arrepentía ahora de querer gastarse su sueldo en ropa y hobbies variados, esto debido a que con la Köhler en su casa, al inicio de mes no tenía ni donde dormir, puesto que ella había acaparado el sofá y no tenía cama alguna.

Una vez él había acabado de hacer la cena se encontró con la mesa puesta y los libros recogidos, parece ser que de tanto estudiar le había entrado hambre. Roy dejó encima de la mesa un par de platos con una tortilla cada uno, así después sentándose en el sofá.

- Alice, creo que ya estás más que lista para tomar el examen, pero, ¿Estás realmente segura de si esto es lo que quieres? Digo, ser un perro del ejército no es muy agradable para mí y soy un adulto, no quiero imaginar una chinchilla como tú ahí.- Ella le miraba con una mirada de determinación.- Ah, a quien quiero engañar, eres incluso más cabeza dura que tu madre, y mira que eso era difícil. Sabes, a tu hermana le hubiera encantado ver cómo te hacías alquimista, es por eso que lo haces, ¿No es así? - Recibió un asentimiento de la contraria, causando un suspiro de cansancio en el coronel.

Base de operaciones militar de ciudad central, 2 de junio de 1909 .

En la última fase del examen de ingreso sólo quedaba una persona en pie, la recién nombrada Alquimista Gélida, ahora caminando por los pasillos en busca de los únicos conocidos que tenía en la milicia, quienes se encontraban en Central expresamente por el examen de la pelirroja, un bonito detalle que a los ojos de la joven de 10 años significaba mucho.

- Coronel, cálmese un poco, sé que es joven, pero sus capacidades le han llevado muy lejos antes, esto no será nada para ella, al fin y al cabo ya había roto la ley hace tiempo... - Dijo la teniente Hawkeye.

Mustang se encontraba dando vueltas a la habitación, una situación un tanto cómica que al apellidado Hughes le recordaba de cuando su querida hija nació. La puerta se abrió, mostrando una pelirroja con un uniforme que no le quedaba del todo perfecto por la talla, aunque era el más pequeño que tenían en la milicia. Ella tenía una amplia sonrisa en la cara, hacía tiempo que nadie la había visto así de feliz.

Todos se giraron hacia la recién abierta puerta, orgullo invadiendo sus respectivos cuerpos cuando vieron el reloj en mano de esta.

<< Alquimista Gélida>> Decía la inscripción en este, todos celebraron por la pequeña, quien se encontraba aplastada por Maes Hughes, su nuevo compañero de equipo.

...

En un pequeño pueblo de Amestris, el desastre se desembocó, ¿El culpable? Anteriormente dos niños, actualmente una armadura y un niño.

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