Capitulo 8

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Alastor se encontraba en el hospital, el quería irse pero para su desgracia el doctor no le ha dado el alta.

El no entendía por el doctor no le daba el alta, su herida ya etsa curada y lo único que tenía era una cicatriz, el se sentía bien y no sentía dolor, pero aún así nada, cada vez que habla con el doctor para que le dé el alta, el inventa una excusa o simplemente lo ignora, no sabía por qué, pero por el tiempo que ha estado, tiene 2 hipótesis de porque aún sigue en el hospital, la número 1, es que cuando llegó y el doctor lo examinó noto que la herida estaba casi curada, parecía una herida superficial en lugar de lo que era o según lo que especificaron era que el hombre fue apuñalado con una navaja de 15 cm y en lugar que lo apuñalaron, pudo hacer perdido mucha sangre o apuntado a un órgano, pero él estaba bien, los doctores aún no lo creían y la policía menos, ellos tienen el arma con la cual fue atacado, una navaja de 15 cm,  la hoja estaba algo oxidada, por lo tanto el tendría que haberse desangrado o tener una infección, Alastor pensaba que tal vez por riesgo de infección es que está allí, sin embargo ya lleva como 2 semanas allí dentro, se sentía cansando, quería ir a su casa a relajarse y al trabajo, mientras estaba en sus pensamientos, una voz lo interrumpe.

- Buenos días Alastor, ¿Como te siente hoy?- pregunta Charlie entrando en la habitación del hospital, teniendo en sus manos un ramo de rosas, poniéndolas en agua.

- Me siento bien Charlie, solo me gustaría estar en casa- dijo Alastor sonriendole, desde su accidente Charlie siempre está con el, excepto en las noches, el quería que ella descansará, ella se negó a irse pero al final se fue ya que él le dijo que entonces durmiera en la Camilla, ya que no sería muy caballeroso que ella durmiera en un incómodo sofá, el sonrió victorioso, pero Charlie siempre regresaba en la mañanas.

- ¿Aún no te ha dado de alta el médico?- pregunta Charlie, el niega con la cabeza- voy a hablar con el doctor- dice y se va.

Y allí es que Alastor pensó que era la segunda opción por la cual no le daban de alta, todos los doctores y todos los hombres del hospital siempre se quedaban mirando a Charlie, el doctor sabía que al darle el alta, dejarían de ver a Charlie, así que por eso lo esta retrasando lo más que se pueda, pero obvio no pueden tenerlo eternamente así que sabía que en cualquier momento me pueden dar el alta, pero por los momentos tenía que soportar que todos los hombres mirarán a Charlie, el no sabía pero esto lo molestaba mucho, hay veces en que solo quisiera quedarse en casa y ver a Charlie, luego movía la cabeza para negar esos de sentimientos.

- Buenas noticias Al, mañana ya serás dado de alta- dijo Charlie entrando y aplaudiendo emocionada.

- Que bueno, ya no quería estar más aquí- dijo Alastor soltando un suspiro.

- Si, no te preocupes mañana estaras en casa y no tendrás que volver al hospital- dijo ella sonriendo.

- Eso espero Charlie- dijo el también sonriendo.

A la mañana siguiente.

Alastor finalmente estaba en casa, quería ir a trabajar pero su jefe le dijo que se tomará el día, mañana iría a trabajar.

Ahora estaba sentado en el sillón tomando su taza de café mirando por la ventana a Charlie quien estaba como siempre arreglando el jardín, plantada las rosas que le había llevado al hospital, según ella no merecen marchitarse unas rosas tan hermosas, el la dejo plantarlas y se dedicó a observarla.

Charlie se encontraba en el jardín, pero sus pensamientos estaban inmersos en Alastor, están 2 semanas en el hospital, la han hecho entender sus sentimientos, finalmente sabía que sentia por Alastor un sentimiento hermoso el cual una vez creo sentir por alguien más, pero ahora sabe que ese sentimiento no se comparaba nada a lo que sentía por Alastor, es decir, Seviathan solo la quería para convertirse en rey del infierno, ella lo sospechaba, pero aún así creyó que con tiempo sentía algo más, que ingenua fue, se enteró por su hermana Helsa, siempre fue muy bocona, pero ahora no importaba, ahora el problema sería decirlo a Alastor como lo tomará y le corresponderá, ¡No lo sabía!, decidió cambiar sus pensamientos y concentrarse en el jardín, empezó a tararear.

Ya en la tarde, ambos decidieron recorrer el pantano, Charlie quedó maravillada con las garzas, se quedó un buen rato mirandolas mientras Alastor cazaba un conejo, a él le gustaban más los ciervos, pero a Charlie no le gustaba el ruido de la escopeta, así que simplemente cazaba conejos con ayuda de una antigua trampa, para evitar molestias para Charlie.

Ya en la noche, ellos estaban cenando, como siempre con ánimos, desde que Charlie llegó, las cenas de Alastor ya no son solitarias, son muy entretenidas, las cuales Charlie ayudaba mucho, al finalizar de cenar y lavar los trates, Charlie prendió la radio y empezaba a sonar una canción la cual ella seguia el ritmo con su pie, Alastor noto que ella quería bailar, asi que toma su mano y ambos empiezan a bailar, sin duda ellos tenían una química para bailar, ambos reían y se divertían, cuando acabó la música, ambos se quedan mirando a los ojos, Charlie no sabía por qué, pero ella quería acercarse y juntos sus labios con los de el, al final se sonrojo por su pensamiento.

- Charlie te encuentras bien- dijo Alastor, al ver que ella estaba sonrojada.

Charlie miro algo en los ojos de Alastor un brillo, un brillo muy diferente a todos los demás, era mínimo pero estaba allí, así que ella suspiró y dijo:

- Alastor, hace un tiempo, eh estado sintiendo algo mas por ti, al principio creí que solo era el entusiasmo de estar aquí y ver todas las maravillas de este mundo, pero luego cuando vi que te apuñalaron, me sentí tan imponente, sentí miedo y mucha rabia, tanta que incluso mate a ese hombre, algo que nunca pensé que haría y cuando estabas en el hospital fue lo que supe- sus mejillas tomaron un poco más de color y lo miro a los ojos- Alastor, eres la primera persona que siempre fue sincero conmigo, que no me ha utilizado y yo, yo te amo Al- terminó de decir Charlie, sus ojos fijos en los de el y sus mejillas estaban mucho más rojas que lo normal, mirando expectante a Alastor el cual no había dicho nada aún, el tiempo que pasó fue una eternidad para Charlie y cuando hablo:

- Lo siento Charlie pero yo no...- dijo por fin Alastor.

Charlie sintió como su corazón se rompió y como las lágrimas amenazan con salir, no era la respuesta que esperaba y tampoco esperaba el dolor que sintió en su corazón.

Vuelve a mi Where stories live. Discover now