01

167 32 11
                                    

La idea de manejar desde casa hasta Beacon Hills parecía buena al principio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La idea de manejar desde casa hasta Beacon Hills parecía buena al principio. Yo en carretera escuchando a mis artistas favoritos por la radio, parando cuando quiero, cantando, etc. Parecía genial.

Excepto por la parte en que mi casa queda literalmente en Nebraska... 1092 millas de distancia.

¿Sabes lo que son casi 24 horas manejando? porque hace 20 horas yo tampoco lo sabría. Pero ahora sí que lo sé y mis pantorrillas adormecidas también.

Dios, ¿Por qué diosito me hizo tan terca? Fran me ofreció más de dos veces pagarme un pasaje de avión y dije que no...

Lo único que me reconforta es que según el mapa me quedan veinte minutos para entrar a Beacon Hills.

—Voy bien, Fran.— digo por quinta vez, es la quinta vez que me llama por teléfono para saber cómo estoy y juro que la primera vez fue divertido pero ahora me dan ganas de lanzar el celular por la puta ventana.

—¿segura?

—te aseguro que estoy bien, mira, ¡aleluya!

—¿que?

—es el cartel de "bienvenidos a Beacon Hills"

—¿llegaste?

—Al pueblo si, me falta para llegar a la casa del Tío, te voy a colgar para revisar bien que calles debo tomar.

—oh mi hermanita, tan adulta viviendo...

—Chao Francisco.— cortó la llamada con un poco más de agresividad de la necesaria.

Escucho un ruido horrible proveniente del auto y decido detenerme,

—No jodas, 20 horas conduciendo y decides fallarme ahora que ya me queda tan poco.

Toco la llave rezando todos los padrenuestros posibles antes de girar la llave, el motor interna con todo lo que tiene por arrancar, trato dos y tres veces mas pero me rindo en cuando miro el tablero del auto, la aguja de la gasolina indica que no queda

—Mierda pero si te llené el tanque recién.— apoyo mi frente en el volante, cierro los ojos buscando paciencia en mi cuerpo exhausto

joder, solo a mi me pasa esto.

Abro la puerta y salgo del auto, son las siete de la tarde y el sol se está ocultando.

—Piensa, Alexandra, piensa...

Un auto cruza a toda velocidad por la calle, entonces la ampolleta ficticia sobre mi cabeza se enciende.

—Como en las películas.— digo para mi misma. Me paro justo al borde de la calle, me inclino y apoyo mi culo en el auto esperando que otro auto se digne a aparecer antes de que el sol desaparezca.

Si nada pasa en los próximos veinte minutos entonces tendré que tomar mis maletas y caminar...

Miro al cielo como las estrellas poco a poco empiezan a aparecer aun cuando el cielo sigue claro. Lo bueno de este lado de california es la tranquilidad, Me encuentro en compañía del viento, los árboles y los pájaros que no paran de cantar.

ADICTIVO | Derek HaleWhere stories live. Discover now