Capítulo 25.

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" El arte de seducir".

Antes de entrar a casa me quite los tacones para hacer el menor ruido posible, al cerrar la puerta, me giré quedando frente a frente con Elena.

— Creí que estarías dormida.

— No pudo conciliar el sueño, sí no tengo noticias tuyas. ¿Dónde te metiste?

— Con Emiliano ¿recuerdas? — Respondí confundida, ella era quien me había pedido esto.

— Cierto, ¿y cómo te fue? — Elena me examinó un poco de pies a cabeza. — Me informaron que hicieron varias paradas.

— No entiendo, ¿estás molestas? — Cuestioné. — Me pediste salir, divertirme y conocer gente, fue lo que hice y a decir verdad la pasé increíble.

— No me molesta, sólo me preocupé, mira la hora que es, linda. — Elena tomo un respiro. — Pero es cierto, estabas con Emiliano no debía porque preocuparme, su familia es de confianza.

— Perdimos la noción del tiempo y mi batería murió.

—  Entiendo, deberías ir a descansar.

— Tú igual. — Me acerqué y bese su mejilla. — Prometo avisar a la siguiente. — Me aparte y caminé hasta las escaleras.

— Irina. — Al escucharla me detuve. — ¿Qué te parecen los Zanetti?

— Sólo conocí a Emiliano y es agradable.

Subí las escaleras hasta mi habitación al entrar solté mis tacones y sobresalte un poco al ver a Josh.

— ¿Qué haces?

—  Por fin llegas, ¿dónde te habías metido? — Pregunto Josh mientras comía una bolsa de frituras.

— Salí a conocer, con alguien. —  Dije a medias mientras me acercaba al closet para buscar una pijama.

— ¿Una cita? — Josh se levanto. — ¿Con quién? cuéntamelo todo, yo he estado todo el día aburrido, a tu tía no le agrado mucho.

— No, digamos que son amigos de la familia. — Suspiré. — A la tía Elena le importa mucho mi bienestar y cree que conocer personas nuevas me va ayudar. — Hice una pausa. — Quiere que me quede.

— ¿Personas nuevas? — Josh negó. — Tu tia es una mujer clasista que trata de alejarte de lo que en verdad quieres.

— Ví a Damián.

— ¿QUÉ? — Preguntó sorprendido. — ¿Hablaron? ¿Qué pasó?

— Sigue con Marce, ¿de qué debimos hablar? — Tomé mi pijama y me dirigí al baño.

— No, basta. Dijimos que no hablaríamos más de ese hombre.

Entre al baño para ponerme la pijama y lavarme el rostro. Josh tenía razón, yo sola me saboteó, además dije que trataría de conocer nuevas personas, como Daniel.

¡Mierda, Daniel!

Salí del baño rápidamente buscando mi teléfono y el cargador.

—  ¿Qué pasa?

— Me olvidé de Daniel, toda esta situación paso hace dos días y yo tenía una cita con él, aparte el trabajo. — ¡Mierda!

— Él seguro lo entenderá, tranquila y sobre el trabajo. — Josh soltó una risita. — Mira donde estas, ¿crees qué necesitas trabajar?

Tenía cientos de mensajes y llamadas perdidas por parte de Daniel, me sentía tan mal porque es de las pocas personas que siempre fue atento conmigo y yo lo trate de la patada.

Peligrosa atracción.Where stories live. Discover now