17. El plan de Chris

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El sol comenzaba a asomarse tímidamente por el horizonte cuando Chris se despertó con un sobresalto. Había pasado otra noche inquieta, llena de pensamientos sobre el monstruo y la difícil situación por la que había tenido que pasar. Decidido a hacer algo al respecto, se levantó de la cama y se vistió con rapidez.

Bajó las escaleras del internado y salió al fresco aire de la mañana. El cielo estaba teñido de tonos rosados y naranjas mientras el sol ascendía lentamente, prometiendo un nuevo día lleno de posibilidades. Chris tomó una profunda bocanada de aire y se dirigió hacia el edificio principal del internado.

Una vez dentro, se dirigió directamente hacia la sala del director. Sabía que tenía que hablar con él sobre lo que estaba sucediendo y el miedo que crecía en su interior de que el monstruo diera un nuevo ataque. Una vez habían logrado escapar de él, pero no pasaría dos veces. Golpeó suavemente la puerta y entró cuando escuchó la voz del director invitándolo a pasar.

—Buenos días, señor Brown —saludó Chris con respeto mientras se sentaba frente al escritorio del director.

El director Brown levantó la vista de sus papeles y le dedicó una mirada interrogante a Chris.

—Buenos días, Chris. ¿Qué te trae por aquí tan temprano en la mañana? —preguntó el director, notando la expresión determinada en el rostro del joven.

Chris inhaló profundamente, reuniendo su coraje antes de hablar.

—Señor, necesito hablarle sobre un asunto muy serio que está sucediendo en el internado —comenzó Chris, su voz firme y decidida—. Se trata del mounstro.

El director frunció el ceño ligeramente, preocupado por lo que Chris iba a decir.

—¿Qué sucede con la criatura, Chris? —preguntó el director, instando al joven a continuar.

Chris procedió a contarle al director sobre lo que había ocurrido las semanas anteriores. Describió los ataques, el corte en el brazo de Alicia y los ataques físicos que había presenciado, y expresó su preocupación por la seguridad y el bienestar de Oceans.

El director escuchó atentamente, su expresión se endureció con cada palabra de Chris. Sabía que el monstruo marino era un problema grave que debía abordarse con urgencia.

—Gracias por traer esto a mi atención, Chris —dijo el director Brown, su voz grave y firme—. Tomaré medidas inmediatas para abordar este asunto. Nadie debería sentirse inseguro en nuestro internado.

Chris asintió con gratitud, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. Sabía que había hecho lo correcto al hablar en nombre de Alicia y sus amigos.

Con la promesa del director de tomar medidas, Chris salió de la oficina y se dirigió hacia el comedor para desayunar. Mientras saboreaba su comida, su mente estaba llena de pensamientos sobre Alicia y la esperanza de que pronto encontrarían una solución a los ataques de la criatura.

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Alicia se encontraba en la biblioteca del internado junto a sus amigos Blair, Abbie, Ted y Cherry. A pesar de tener entre 15 a 17 años, estaban decididos a desentrañar el misterio que envolvía al monstruo que los aterraba. Para ellos, este era el problema más importante en sus vidas en ese momento, incluso por encima de sus estudios y su vida social. No podían ignorar los escalofríos que recorrían sus cuerpos cada vez que pensaban en la criatura oscura que los acosaba en sus sueños y, ahora, en la realidad.

Mientras hojearon libros y buscaron en internet, una sensación de urgencia llenaba la sala de la biblioteca. Estaban decididos a encontrar respuestas antes de que fuera demasiado tarde, antes de que el monstruo causara más daño.

Alicia levantó la vista de su libro con una expresión preocupada en el rostro.

—Chicos, esto es serio —dijo, su voz temblorosa con emoción—. No podemos seguir ignorando lo que está pasando. Necesitamos encontrar una manera de detener al monstruo antes de que lastime a más personas.

Sus amigos asintieron en acuerdo, compartiendo su preocupación. A pesar de su juventud, sabían que tenían que actuar con valentía y determinación si querían proteger a su internado y a sus compañeros de las garras del monstruo.

Blair levantó la mano para llamar la atención del grupo.

—Creo que deberíamos buscar en los archivos del internado —sugirió—. Podría haber información útil sobre eventos pasados ​​que estén relacionados con el monstruo.

Abbie asintió, agregando:

—Y también deberíamos hablar con los otros habitantes de Sealand, ellos deben saber algo.

De repente, la puerta de la biblioteca se abrió y Chris entró con paso decidido. Su presencia trajo consigo una mezcla de alivio y ansiedad entre el grupo de amigos, sabiendo que podrían contar con su valentía y apoyo en esta situación tan difícil.

Alicia levantó la mirada al ver a Chris entrar, sintiendo un nudo en el estómago ante la perspectiva de enfrentar juntos el desafío que tenían por delante.

—Chris, ¿qué haces aquí? —preguntó, tratando de ocultar la emoción en su voz.

Chris se acercó al grupo con una expresión seria en el rostro.

—He estado investigando por mi cuenta —dijo—. Creo que he encontrado algo que podría ayudarnos a entender lo que está sucediendo con el monstruo.

Los ojos de Alicia se iluminaron de esperanza ante las palabras de Chris. Sabía que podía confiar en él para encontrar respuestas en momentos de necesidad.

—¿Qué has descubierto? —preguntó, ansiosa por escuchar lo que Chris tenía que decir.

Chris sacó un trozo de papel de su bolsillo y lo colocó sobre la mesa frente al grupo. Era un mapa del área circundante al internado, con varias ubicaciones marcadas con notas escritas a mano.

—He estado investigando los avistamientos del monstruo y he encontrado un patrón —explicó Chris—. Parece que ha estado apareciendo cerca de ciertos puntos en la costa, siempre en momentos específicos del día.

Los ojos de los amigos de Alicia se agrandaron mientras examinaban el mapa con atención. Blair señaló una de las ubicaciones marcadas en el mapa.

—Esa es la cueva abandonada en la costa —dijo—. ¿Crees que el monstruo podría estar escondido allí?

Chris asintió con solemnidad.

—Es una posibilidad —dijo—. Creo que deberíamos ir a investigar. Podría ser nuestra mejor oportunidad de encontrar al monstruo y detenerlo de una vez por todas.

El grupo intercambió miradas determinadas, sabiendo que no podían permitirse perder esta oportunidad. Se pusieron de pie con decisión, listos para enfrentar lo que sea que les esperara en la cueva abandonada.

Con Chris a la cabeza, el grupo salió de la biblioteca y se dirigió hacia la costa, preparados para enfrentar al monstruo y poner fin a su reinado de terror de una vez por todas.



1053 palabras 🥱estoy muy cansada. Ha sido una semana llena de exámenes pero no puedo permitirme más descansos ya que los necesitaré :C

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OCEANS: Misterios en las Profundidades de SealandWhere stories live. Discover now