29.- Un plan mayor

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Cerró la puerta con cuidado y revisó la hora en su reloj de pulsera, aún quedaban unos quince minutos antes de que se abriera un portal desde el templo de los guardianes. Bajó las escaleras despacio sin apenas detener la mirada sobre el guardaespaldas de Adrien que leía un cómic con los auriculares puestos mientras ignoraba el mundo. Nathalie sonrió y le abrió la puerta.

Iba a acabar con aquello de una vez. Aquella situación se había alargado demasiado en el tiempo.

º º º

Tirada boca arriba en la cama y con el ceño fruncido, Alix, no dejaba de darle vueltas a la conversación que había mantenido con Fu y Fong, en concreto a la frase «Marinette no es lo importante aquí». ¿Cómo no iba a ser importante? Quería chillar.

Marinette era Ladybug, la guardiana de los prodigios y estaba, literalmente, hecha polvo. Parecía un pajarillo abandonado junto a un huracán. Tal vez debería arrastrarles al interior de la madriguera y mostrarles aquella horrible escena de Hawk Moth derrotándola para que lo comprendiesen. Pero tenían razón en una cosa, no estaba sola, ella no iba a abandonarla nunca y se jugaría lo que fuera a que Luka tampoco pensaba hacerlo.

—Si no vamos a dejarte sola ¿cómo puede destruirte?

Fluff se acercó a ella, a veces no sabía si le estaba hablando o no, Alix le confundía.

—Si hubiera una manera de... ¡Pues claro! ¡La hay! ¡Fluff, somos un par de genios!

El kwami asintió complacido por ese inesperado cumplido y la observó tomar le móvil.

El chat con Luka seguía mostrando las breves frases que había intercambiado con él. Sabía que podía entrar en la madriguera para saber si estaba disponible, pero enviarle antes un mensaje le parecía menos invasivo y mucho más educado.

Música, aquí Patines. ¿Estás disponible para una charla?

Él no se conectó. Seguramente estaría ensayando, sólo tenía que esperar mientras intentaba ordenar sus ideas para que encajasen.

Una hora después su móvil vibró sobre el colchón, lo desbloqueó:

Perdona. Sí. ¿Te llamo?

Alix lo agradeció, porque ella no tenía mucho dinero para pagar una llamada internacional.

No, espérame en un sitio en el que podamos estar solos y hablar.

—Fluff, es hora de dar un paseo.

Se guardó un par de zanahorias en el bolsillo de la chaqueta y se transformó. Activó la madriguera. Tenía que localizar la ventana de Luka y asegurarse de que no les interrumpiría nadie. Se vio a sí misma conversando con él en una sala de música con un piano en la esquina y supo que era seguro. Genial, pues todo listo. Saltó afuera y él la recibió con una sonrisa.

—¿Música? ¿Patines? —preguntó con tono divertido.

—Necesitamos nombres en clave, era eso o nombres de salsas.

Luka se sentó en la banqueta del piano siendo lo suficientemente considerado como para no burlarse de ella, mientras se destransformaba y le ofrecía una zanahoria a su kwami.

—Vale, me voy a saltar algunas normas, bueno, muchas normas. Así que, cuando esto me estalle en la cara y la jefa Costuras me estrangule tú finge no saber nada.

—De acuerdo.

—En realidad, he venido a hablar con esa pared de ahí —declaró apuntando el tabique a su espalda—, dicen que sabe escuchar.

Luka rió. Fue una risa sincera y clara, a Alix le gustó saber que aún podía reír de aquella manera a pesar de estar tan mal como lo estaba la misma Marinette.

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⏰ Last updated: Apr 11 ⏰

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