—Excelente Luz, ¿Y que hay de la Blight bebé? ¿Que tienes con ella?—esa pregunta para nada se la esperaba, ella era muy precavida con su relación con Amity.

—¿De que hablas?—por el tono de Eda, sospechaba que ya sabía a la perfección sobre esa relación, pero igual trato de verse indeferente, divertida y extrañada.

—Tienes algo con ella, ¿Cierto? No me mientas, lo he estado pensando y hay muchas cosas que concuerdan con esa... teoría.

—¿Como que cosas?—aún podía salvarse.

—Varias, entre ellas, que llegas con los labios más rosados, con labial pero que tu no te pusiste, más bien que se te marcó.

De solo pensar aquello sus mejillas enrojecieron, le era vergonzoso ser descubierta por algo tan estupido, pero que amaba.

Eda siempre fue muy comprensiva con ella, puede que demasiado pero vaya que lo agradecía. Finalmente salieron de ese barrio y entraron a la camioneta y ahí pudo quitarse la máscara, y con ella no solía fingir tanto sus expresiones.

—Eda, perdóname—volteó a ver a la mujer de cabello grisáceo que prendía el auto y ella solo sonreía ladeadamente mientras empezaba a manejar—. Originalmente yo seguía tu plan, ya tenía mucho progreso pero... en el trayecto..

—Te enamoraste—terminó la adulta, mientras suspiraba—. Kiddo... no se que hacer contigo.—confesó, pero no parecía estar molesta y no parecía querer reprenderla.

Estuvo callada un momento, como si pensara en algo que no sabía si contar o no. Pero al final lo hizo.

—¿Sabes quién es Raine Whispers?

No entendía esa pregunta, ¿Que tenía que ver un capitán de policía con todo este asunto?

—Claro... es el policía más competente que conozco—admitió la morena—. Pero ni así puede atraparnos.

—No subestimes a Raine, Luz. Sabe como hacer su trabajo de policía y sabes que siempre nos está pisando los talones.

—Bueno pero, ¿Que tiene que ver Raine con todo esto?

—Que tu romance con esa princesita, me recuerda al romance que yo tuve alguna vez con Raine.

—¿¡Que!?

—¡Mira, ya casi llegamos!—al parecer se arrepintió de lo que iba a contarle, aceleró pero a la latina no se le iba a olvidar tan fácil.

—¡Cuéntamelo todo!—ladeó el cuerpo algo incómoda con el cinturón de seguridad.

—No, no estoy lista. Olvida lo que dije—pidió, con los ojos puestos en la carretera—. ¿Por qué mejor no me cuentas cómo pasó todo tu romance con la niñita Blight?

—Ya no estamos hablando de mi y de Amity. Hablamos de ti y Raine Whispers.

—Kiddo, te prometo que algún día sabrás la historia, pero hoy no. Lo que si te puedo decir, es que no terminó para nada bien.

Le parecía una falta de respeto que le dejaran con el chisme a medias, pero no iba a presionar a Eda con algo que aparentemente, le seguía haciendo daño. El camino se le hizo largo para llegar a casa, pero en cuánto llegaron vieron como King salía molesto de la casa.

—¿¡Cuantas veces les he dicho que no me dejen con Hooty!?—les gritó mientras ellas bajaban del auto y el nombrado salía riendose.

—No entiendo porqué se enoja, jugué con el al ejercito de peluches.

—¡No sabes dar ordenes, eres un fracaso cómo teniente! Para la próxima serás un simple cabo—el pequeño fue a abrazar a su hermana, quién lo recibió con los brazos abiertos.

—Es que tu también King. ¿No viste a quién ponías de teniente?—la morena cargó a King y lo llevó de regreso a la sala caminando, regañándolo por su error en broma.

—Gracias por cuidarlo Hooty—la mujer le dió varios giros al juego de llaves que tenía en mano, viendo al rubio—. Ya vete.

—Oh, claro. De nada.—el ojos cafés le sonrió a Edalyn una última vez antes de irse alegremente, era demasiado... sonriente.

—Iré a dormir un rato, hoy fue un día muy ocupado—la cara de King se llenó de besos por parte de la castaña y con eso quedó satisfecho por ahora—. Descansen.

Tan pronto llegó a su cuarto, se acostó y le mandó mensaje a su noviecita. En cuánto el mensaje fue mandado fue leído de inmediato y la Blight empezó una videollamada. Contestó.

—¿Cómo es que no has dormido? Son las 12:00 de la noche.—le extrañaba que la niña con horario de bebé estuviera despierta a esas horas.

Pero la pinta de zombie viviente que Amity tenía le decía que, estaba esperando su mensaje desde hace rato.

—Estaba por hacerlo. Ya no te iba a esperar.—el tono ronco le hizo reír, esa chica era muy inocente.

—Mañana te lo voy a compensar, te lo prometo.

—¿Me vas a llevar a los baños para besarme?—preguntó sonriendo con los ojos cerrados, no era mala idea.

—Hexide es muy grande, ya se me ocurrirá algo—prometió, admirando lo bonita que era su novia en ese estado somnoliento—. ¿No prefieres ir al cine?

—¿Me vas a besar en el cine?

—En el cine, en los baños. En donde quieras, princesita—ambas rieron contentas con esa afirmación, la más feliz de saber aquello era Amity, claramente.

—Bueno. Pero no quiero películas de terror.—exigió.

—Buscaré una, deberías ir viendo que le dirás a tus padres.

A la peliverde no le gustó esa parte de la cita y se quejó, arropándose y tapando la mitad de su rostro, solo enseñando desde su nariz para arriba.

—Cuélgame, tengo sueño.

—Niña berrinchuda—reprochó, simulando molestia para después sonreír por la vista—. Buenas noches. princesa.

Pudo ver a la perfección como la cobija se movia un poco, seguramente por la sonrisa amplia que Amity tendría.

—Buenas noches, amor.—abrió los ojos para ver por última vez a su novia y Luz lo agradeció, quería ver esos orbes dorados antes de dormir.

Colgó la llamada con una sonrisa en el rostro y se preparó para dormir, tenía un día muy ocupado con Amity y no podía estar como un zombie en su cita.

Aunque muy probablemente estarían igual de dormidas y cansadas.


Aprobé matemáticas. Toda esa felicidad se irá en momentos Lumity en este fic.

Buenas noches.

DelincuenteWhere stories live. Discover now