Capítulo 48 (II)

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—Espera un segundo —pidió Isaac. Una idea empezaba a tomar forma, o varias de ellas empezaban a encajar. Más o menos. Los tres lo observaron expectante mientras acababa de situar las piezas—. Cuando Alma torturó el demonio en la nave industrial...

Naia lo interrumpió.

—¿Alma torturó a un demonio en una nave industrial? —mantenía las cejas alzadas con expectación.

—Sí —murmuró Asia. Bajó la mirada—. Fue cuando fuimos a buscar a Elia. Idara se llevó a Isaac y yo me quedé con ella. Mató a todos los demonios, pero... pero dejó a uno.

—Y ese uno mencionó por primera vez a Taiyr —continuó Isaac.

» Sabemos que es un demonio, posiblemente un demonio mayor, por lo que mencionó Nit una vez. Y sabemos que, si no todos, la mayoría de los demonios que nos hemos encontrado están a sus órdenes. Los demonios que torturaron a Elia posiblemente lo estaban.

—¿Y eso qué...?

Isaac continuó hablando, ignorando a Áleix. Aunque no tenían manera de saber a ciencia cierta si era verdad, parecía una combinación plausible de las piezas...

—También sabemos que este tal Taiyr está llevando a cabo lo que parece un golpe de estado en el infierno, derrocar al Rey Blanco... Y también sabemos gracias a la conversación que escuchasteis en el mercado que hubo una traición en las 'altas esferas'... ¿Y si... y es una hipótesis, y si lo que quieren no es el porqué las almas no pueden abandonar la tierra sino mi capacidad de controlar los fantasmas? Signifique lo que signifique.

» Los médiums saben cuidarse solitos, dijo. Menos yo. Y por eso los demonios me han escogido a mí y Alma y Nit han tenido que protegerme. A no ser... A no ser que Alma y Nit formen parte de esa traición... —Su cerebro trabajaba más deprisa que su mente.

» También dijeron que las parcas parecían preocupadas y en el mismo almacén donde Alma torturó al demonio había un cuerpo, y su espíritu. Alma se puso muy nerviosa, puede que como si no quisiera ser encontrada por ellas, que son las encargadas de llevarse las almas ¿no?

—¿Soy el único no está entendiendo nada? —Áleix examinó a ambas chicas en busca de confirmación.

—No —admitió. Y rectificó al instante cuando se le ocurrió una nueva idea que parecía encajar—. Sí.

» Cuando... —Naia se había girado hacia Áleix pero tenía los ojos perdidos, recordando—. Espiamos a Idara y a Alma cuando discutieron. Idara siguió con el tema de «el hechizo saldó la deuda», «te dije que no quería verte más» y «no quiero estar involucrada» mientras que Alma volvió a mencionar el hecho de que el hechizo no compensaba haber salvado sus vidas y que sus hermanos habían muerto por ello. Y que por tanto le debía algo a... ¿Anima? ¿Dijo Anima? —le preguntó a Áleix.

El chico asintió, pero Naia lo ignoró, continuando su línea de pensamiento.

—Idara también le echó en cara que estaba rompiendo el equilibrio... —pareció sorprendida con el recuerdo—. Y Alma contestó que no le incumbía. ¿Y si es eso? Eso suena a traición ¿no? Puede que hasta a ir en contra de las parcas y las Morias y todo.

—¿Que estaba rompiendo el equilibrio? —preguntó Isaac con el ceño fruncido.

—Sí. Y Idara volvió a sacar a Anima. Dijo que 'Anima' no tiene destino.

—Anima es alma en latín.

—¿Y lo sabes por qué...?

El médium se encogió de hombros. Lo sabía, simplemente lo sabía. Al escuchar la palabra su mente había hecho la traducción sin ser consciente de ello.

Cuando la muerte desaparecióWhere stories live. Discover now