Una bastarda de Dorne. ¿Cuanto mal puede ella hacer?
La pequeña niña que llego al burdel de la mujer conocida como "la madame" apenas si entendía la vida cuando debía enfrentarla. Pero todo cambiará para ella cuando un hombre frustrado acepte sus se...
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{narrador omnisciente}
—Cuidate mucho mi amor.
Murmuro Elyana después de besar la mejilla de Viserys, dirigiendo su mirada hacia el barco.
Se encontraban en el puerto de Kings Landing, esperando a que Viserys deba abordar su barco.
—Estaré bien mamá, no tienes de que preocuparte.
Sonrió tranquilizadoramente el de cabello platino, tomando las manos de su madre.
—Eso espero, Viserys. Recuerda que cualquier cosa, si no te sientes cómodo, no era lo que esperabas o te hacen menos, debes regresar a casa.
—Lo se mamá, siempre que viajo me lo repites.
Dijo entre risitas Viserys, sintiendo como su madre acomodaba nerviosamente la capa de su hijo.
—Es hora de irme mamá, recuerda que te amo.
El menor abrazo a su madre, dejando un beso en su frente para después repetir la acción con Lirya.
Elyana le dio una última sonrisa a Viserys mientras este subía al barco, y la pequeña pelirroja se despedía de su hermano con la mano.
—Vamos Lirya.
Indico Elyana, tomando la mano de su hija para caminar de nuevo hacia casa.
—¿Podemos enviarle una carta a Viserys mamá?
—Es muy pronto para eso Lirya, estoy segura de que el barco no ha avanzado ni siquiera 20 kilómetros.
Río Elyana en respuesta, dirigiendo su vista brevemente a su hija.
Caminaron por un buen tiempo hasta llegar a casa de nuevo, siendo recibidas por Marial, quien quito sus capas y las fue a guardar mientras las pelirrojas se sentaban en el sofá junto a un gran libro.
—¿Hay algo sobre el principe Jacaerys, mami?
Pregunto la niña, recostada en el pecho de su madre mientras leía por partes la extensas hojas llenas de palabras finamente escritas.
—¿El principe Jacaerys? — Se confundio la pelirroja —. ¿Que hay con el hijo de la princesa Rhaenyra?
—Me casaré con el. — Hablo en casi una afirmación Lirya, separándose del pecho de su madre para sentarse y verla a los ojos —. Tu me dijiste que, yo era una princesa Targaryen, y merezco estar junto a un Targaryen.
Elyana miro a su hija expectante, antes de acomodarle un mechón de cabello y cerrar el libro.
—Ordenare qué preparen la cena. Ve a ponerte el camisón.
Murmuro la mayor, levantandose del sofá y caminando hacia la cocina.
Lirya permaneció viendo como la figura de su madre se alejaba por la gran casa, suspirando y levantandose también del sofá para caminar hacia su habitación.
