Una bastarda de Dorne. ¿Cuanto mal puede ella hacer?
La pequeña niña que llego al burdel de la mujer conocida como "la madame" apenas si entendía la vida cuando debía enfrentarla. Pero todo cambiará para ella cuando un hombre frustrado acepte sus se...
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{narrador omnisciente} {128 D.c}
Elyana leía recostada sobre el diván qué había en sus aposentos, lo había comprado con el oro qué Daemon había enviado para gastos de la casa hace algunos años.
—Viserys, hijo mio.
Sonrió, dejando el libro de lado cuando noto la presencia de su hijo en su habitación.
El niño que hasta hace poco se abrazaba de las piernas de su madre, ahora la sobrepasaba de altura apesar de solo tener 14 años.
—Querida madre.
Correspondio el menor, apretando a su madre contra su pecho en un fuerte abrazo.
—Madre, debes saber que hace tiempo he estado intercambiando cartas con el hijo del señor de Braavos, y acordamos reunirnos en unos días.
—Me alegra que te relaciones con gente buena hijo mio.
Sonrió la pelirroja, acomodando los hombros de la ropa del peliblanco.
—Quería pedir tu permiso para ir, y si quieres tu y Lirya podrán acompañarlos.
—Viserys, sabes que te tengo confianza hijo, no necesitas pedirme permiso. Y gracias, pero Lirya y yo estamos cómodas aquí.
Viserys agradeció, dejando un beso en la mejilla de su madre.
—¿Mi padre ya envió lo que corresponde?
—Si... Pero parece que cada vez envía menos.
Respondió Elyana después de suspirar.
—No puede desobligarse ahora. Te prometio ser nuestro sustento cuando diste a luz a Lirya.
Respondió algo ya alterado Viserys. No soportaba ver sufrir a la gente que amaba, mucho menos a su madre.
—Sabes como es tu padre, Viserys.
El peliblanco suspiro asintiendo, caminando hacia el diván junto a su madre.
—La princesa Rhaenyra dio a luz a su tercer hijo ya. Dicen que es hijo del comandante de la guardia de la ciudad.
Cambio de tema el menor, recargandose en los cojines.
—¿Dicen? Basta con escuchar a las doncellas de la reina para saberlo.
Sonrió brevemente la mujer, viendo a Viserys.
—Iré con Lirya, partiré en unos días y quisiera estar con ustedes lo más posible.
Murmuro Viserys, levantandose del diván mientras Elyana asentía con la cabeza.
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