info: Es tu decimonoveno cumpleaños y tu hermanastro le da a su chica favorita un regalo de cumpleaños muy especial. (Segunda parte del capítulo anterior).
words count: 2.2k
warnings: AU de universidad, lectora inocente, Draco dominante, lectora sumisa, relaciones incestuosas entre hermanastros, contenido sexual explícito, muchos elogios.
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Entonces, estás de vuelta en la universidad, el nuevo semestre acaba de comenzar después de las vacaciones de Navidad y te ves obligada a volver a tu rutina habitual; lo cual no querías, porque eso significaba que Draco y tú tendrían que estar separados durante meses hasta que ambos regresaran a casa para las vacaciones de verano; las desventajas de ir a escuelas separadas, a kilómetros de distancia el uno del otro.
Hoy es viernes y es tu cumpleaños. Tu compañera de cuarto trató de convencerte, muy insistentemente, de que fueras con ella a una fiesta de fraternidad para celebrar, alegando que "se suponía que era divertido cumplir diecinueve", pero estabas demasiado deprimida para ir de fiesta, así que ella terminó yendo sola; simplemente extrañabas mucho a Draco. Sabías que lo que tenían ustedes era muy incorrecto, pero no podías dejar de pensar en esa noche en su habitación. La forma en que te había tocado, la forma en que te había besado, la forma en que te había hecho sentir...
Dioses, ahora estabas deprimida y caliente.
Un suave golpeteo en tu puerta te devolvió a la realidad y suspiraste, rodando los ojos. Te levantaste de tu cama, pensando que era tu compañera de cuarto otra vez —ella solía olvidar sus llaves con mucha frecuencia. Pero cuando abriste la puerta y viste a Draco parado allí, casi lloraste.
"feliz cumpleaños, princesa", dijo con esa voz sensual suya que tanto habías extrañado.
Llevaba un enorme ramo de flores en una mano y una bolsa de papel blanco en la otra. Te estaba mirando con la sonrisa más grande en su rostro, y no dudaste en lanzarte hacia él para abrazarlo fuertemente.
"¡Draco!" exclamaste, tu voz amortiguada por su carne mientras enterrabas tu rostro en el hueco de su cuello, inhalando su costoso perfume.
Draco rió, devolviendo el abrazo instantáneamente. "¿Me extrañaste tanto?" bromeó, besando suavemente tu sien.
"Sí, lo hice", murmuraste mientras asentías. Te retiraste ligeramente para mirarlo con un rubor lindo y ojos brillantes, "¡no puedo creer que hayas venido hasta aquí solo para verme! No tenías que..."
"bueno, no podía dejar que mi chica favorita pasara su día sola, ¿verdad?" preguntó Draco con una sonrisa burlona, colocando otro beso en tu frente esta vez.
Entró en tu dormitorio lentamente, levantándote con un brazo como si no pesaras nada para llevarte adentro. Luego, cerró la puerta detrás de él con el pie.
