『 𝐍𝐄𝐕𝐄𝐑 𝐀 𝐆𝐎𝐃 』 ❝ 𝘈𝘭𝘸𝘢𝘺𝘴 𝘢𝘯 𝘢𝘯𝘨𝘦𝘭, 𝘯𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘨𝘰𝘥 ❞
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𝗜𝘀𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮 𝗪𝗮𝗹𝗸𝗲𝗿 a soñado toda su vida con unos ojos aguamarina igual de hermosos que el mar, los cuales nunca ha conocido...
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❝ Corazones rotos ❞
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Isadora jamás había querido ser una mestiza.
Jamás quiso cargar con una maldición, una profecía, o el mismísimo destino del Olimpo sobre sus hombros.
Solo quería ser una niña normal.
Lástima que ya era muy tarde para eso.
Ya habían pasado varios días desde la traición de Luke e Isadora no había dicho ni una palabra desde entonces.
Literalmente, ninguna.
No había hecho ningún voto de silencio o algo por el estilo, simplemente no tenía nada que decir.
Perder a Luke había sido simplemente devastador. Se sentía rota, destuida, vacía. No tenía ni siquiera ganas de entrenar o levantarse de la cama.
No había entrado a la cabaña de Hermes ni siquiera para buscar sus cosas. No planeaba volver a pisar esa cabaña jamás, mucho menos dormiría ahí.
Y cuando Quirón y el señor D notaron que la mestiza planeaba dormir sola en el bosque, no tuvieron otra opción que ofrecerle una habitación en la casa grande.
Isadora se hubiera negado si hubiera tenido las fuerzas. No quería lástima. Pero no tenía ninguna fuerza para discutir o protestar, así que solo se había alojado en la habitación que le habían dado y casi no salía de ahí.
Percy, Annabeth y Grover eran los más preocupados por el estado de su amiga. Habían tratado de hacer de todo para que su amiga al menos los mirara, pero a pesar de estar físicamente allí era como si Luke se hubiera llevado todo su ser con él.
Annabeth no podía estar más triste. Había perdido a Luke, y al mismo tiempo a su mejor amiga. Quería ayudarla, pero a pesar de siempre tener respuestas para todo, esta vez no sabía que más hacer para que Isa volviera a ser ella misma.
Grover le había cantado, contado chistes, y todo lo que pudiese ocurrirsele, pero nada funcionaba. Isadora parecía un fantasma en vida.
Y Percy... oh, Percy. El estaba devastado. Haber sido traicionado por Luke y ver a Isadora en ese estado lo destrozaba. Trató de hacer todo lo posible por Isadora, pero al igual que todos, no conseguía nada, eso lo hacía sentir impotente. Sobretodo por el hecho de que a diferencia de sus amigos, a quienes Isadora recibía en su habitación a pesar de todo, a él simplemente no quería verlo. Él era el problema.
Percy se pasaba todo el día suplicando a Isadora que lo dejara pasar para poder estar a su lado, pero nunca recibía respuesta. Ella no quería verlo ni hablar con él, eso estaba claro.
Annabeth y Grover trataban de tranquilizarlo diciéndole que Isadora solo necesitaba espacio y ya pronto hablaría con el, pero Percy sabía en el fondo que solo estaban tratando de hacerlo sentir mejor.
